Permaneciste sentada en el suelo sin formular una sola palabra, aunque tenías ganas de ir al campo del que Hange te hablaba aún conservabas la idea de quedarte donde estabas, te sentías cansada y sin energías como siempre.
Tus pensamientos fueron interrumpidos por la castaña que tomó tu brazo con fuerza y comenzó a tirar de este, la miraste con curiosidad, al parecer tenía muchas ganas de ir al lugar.—¡Levántate! Dijiste que iríamos, cumple tu promesa—
Te regañó como solía hacerlo, no recordabas haberle prometido eso pero no querías llevarle la contraria, te levantaste con dificultad y sacudiste tu capa que tenía un poco de tierra, no te molestaba estar "sucia" pero sabías que el Capitán Levi iba a darte una buena golpiza si veía tu ropa en ese estado.
Se subieron en sus caballos y comenzaron su camino, ibas detrás de Hange ya que ella sabía donde se localizaba el campo. Durante el trayecto ella te contaba sus experimentos para romper el silencio entre ustedes, la escuchabas con atención aunque no pareciera, te parecía muy lindo verla tan feliz y motivada hablando de sus nuevos proyectos.
—¡¿No te parece genial?! ¡El titán habló! Si...había hablado—
De un tono lleno de emoción por el relato que te estaba compartiendo pasó a ser uno lleno de angustia y nostalgia, eso te llamó bastante la atención.
—Más que genial me parece algo raro ¿Cómo un titán tendría la capacidad de hablar? No digo que no sea posible pero nunca se había descubierto algo así—
Le respondiste mientras jugabas con tus manos, sabías que te estaba observando pero a ti no te gustaba en lo absoluto el contacto visual, te ponías nerviosa y podrías llegar a trabarte al hablar.
—En eso tienes razón pero....—
—¿Pero?—
—Si nunca se supo algo como esto, entonces soy la primera en descubrirlo ¡Los titanes son realmente increíbles!—
Te dedicó una gran sonrisa entre dientes, sus ojitos se cerraron involuntariamente dándole un aspecto muy bonito y tierno, en verdad le apasionaba este tema.
Siguieron hablando un rato hasta que llegaron a su destino, se bajaron de sus caballos y pudiste ver el enorme campo lleno de margaritas, rosas, tulipanes, entre otras flores. De inmediato Hange tomó tu mano y comenzó a correr ¿Acaso esta mujer nunca de cansaba?—¡Mira peque, un girasol!—
Miraste la planta detalladamente, aunque parezca mentira nunca habías visto un girasol, solo en dibujos que hacía tu hermano menor Anddy ¿Que estaría haciendo ahora? Te preguntaste a ti misma, el chico tenía un gran talento en el dibujo y siempre te pedía para dibujarte así él nunca olvidaría tu rostro. Unos dedos fueron chasqueados en tu cara, te sobresaltaste por el movimiento.
(H: Hange, Y: You)
H: —¿En qué estás pensando eh? Te ves muy distraída—
Y: —Estaba pensando en mi hermano, y no estoy distraída—
H: —Claro que lo estás, te puse una flor en tu cabeza y no te diste cuenta—
Y: —No había visto que pusiste una...—
Te sonrojaste de la pena apartando la vista, Hange al notar esto se quitó los lentes y te los puso; abriste los ojos y la miraste, ella solo reía mientras veía tu cara cubierta por el sonrojo.
H: —¡Te quedan mejor que a mí!— Dijo entre risas, no sabías si te lo estaba diciendo en serio o solo se estaba burlando. Le tiraste una flor en el rostro a lo que ella te la tiró de vuelta y así estuvieron varios minutos, hasta que en un intento de tomar la pequeña planta sus manos se tocaron dando una perfecta vista de sus brazos, Hange miró con atención el tuyo, de inmediato lo apartaste al darte cuenta de que lo estaba observando.
Ella te dió una mirada de...¿Tristeza? ¿Angustia? ¿Decepción? No te dijo nada al respecto y agarró tu muñeca con firmeza tirando de esta viendo con claridad tu brazo.—¿Por qué?—
Te preguntó con su voz quebrada, te quedaste helada sin saber que responderle.