Quiero pedir disculpas por desaparecer, porque ni siquiera tengo una buena excusa. Solo puedo decir que mi inspiración es una caca 😭👉👈 La hora para publicar tampoco es buena (2:50 hora argentina), pero ya no podía esperar más.
No leíste mal, ahí dice "17". Sacaré los capítulos a mi gusto así no siento obligación para escribir uno u otro.
Por la extrema demora, hice un capítulo bastante más largo de los que suelo escribir. Espero sea de su agrado aunque no contenga tanta marranada.
Siempre leo los comentarios con mucha emoción y agradezco infinitamente los votos aunq no me paguen por ello JJQJDKWK
Disfruta, corazón <3
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—Le traje su té señor.
—Gracias Rusia, déjalo ahí en la mesa y toma asiento.
Estaban afuera, era un día precioso: el sol brillaba sobre las cabezas de todos, pero el calor no era para nada sofocante, siendo mejor descrito como un beso a la piel. Los ojos de color impar del príncipe admiraban el pintoresco pantano desde su asiento, bajo la sombra que le otorgaba la glorieta. Aspiraba el fresco aire del exterior, pudiendo llegar a olvidar los inconvenientes que atormentaban su mente, al menos por unos segundos. Sus labios se posaron sobre la taza de té que su sirviente le había traído recientemente, y mientras bebía su contenido, cerró sus ojos, saboreando su exquisita amargura.
—¿Azúcar?
—No Rusia. Gracias. —¿Qué tal el día, eh? Pocas veces es tan agradable por aquí.
—Apenas ayer había lluvia y viento. No comprendo.
—Primavera Rus, primavera.
—El señor Reino Unido tenía la razón en detestar ésta estación del año.
—Tal vez.—Con aparente tranquilidad, volvió a sorber el té mientras se cruzaba de piernas.
La tarde era dulce, al igual que los múltiples dulces y postres que elaboró Rusia para su príncipe. Ambos observaban las rosáceas y bellas flores de los nenúfares que flotaban sobre el agua, y aunque el escenario se podría notar pacífico, lo cierto era que el sirviente no lo sentía de esa manera. La tranquilidad de su amo no le convencía en lo absoluto, no era propia de él. Hace poco había tenido un enfrentamiento algo fuerte con su padre por un tema ciertamente delicado y estaba seguro de que eso le afectó hasta el día de hoy.
—Disculpe mi atrevimiento...—Habló finalmente, en un tono donde aquel que lo escuche, no notaría la ansiedad que le causaba entrometerse en los asuntos de su superior, y más específicamente en ese.
