Reina Serás

Reina serás fue creado por Pandizzy y publicado en AO3 el 21 de agosto de 2020.

Todos los créditos a ella yo solo lo estoy traduciendo.

Todos los personajes utilizados pertenecen a George R.R Martín.

Advertencia: incesto medio hermano, cambios de género.

Nota de autor: Entonces, obviamente, cambié a Maegor de un niño a una niña, y luché mucho con eso porque George R.R. Martin no hizo sutil la crueldad de su infancia. Obviamente, quería hacerla menos agradable, porque sigue siendo Maegor, solo que en un cuerpo diferente. Aenys x Maegor es mi otp tóxico y estoy aquí para ello.

Iba a hacer que esto fuera solo un fic relativamente largo, pero me di cuenta de que tendría más sentido, en cuanto al nombre de los capítulos, si fuera así.

Maegara Targaryen es la única hija de la reina Visenya y su hermano-marido, el rey Aegon. Al nacer, le prometieron una corona y un marido.

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Visenya no puede evitar que su decepción crezca, ni siquiera un día después del nacimiento. Ella había estado tan segura de sus capacidades y se aseguró de que todos lo supieran también.

—Es un placer para mí anunciar que llevo al hijo del Rey en mi vientre —había anunciado, sólo seis vueltas de luna antes.

Ella retrocede con disgusto al recordar lo alta que era su voz y lo orgullosa que sonaba. Se había sentido muy bien ese día, cuando los miembros de la corte de Aegon aplaudieron cortésmente, incluso mientras se miraban con incertidumbre. Visenya sabía por qué dudaban tanto. Fruncieron el ceño ante su seguridad y arrogancia, porque una mujer que no tuvo hijos durante veinte años de matrimonio no podía esperar un hijo tan tarde en su vida.

Ella le dijo al mundo que tendría un hijo. No solo el hijo del Rey, sino su hijo. Un niño nacido de un señor dragón y una dama dragón, hermano y hermana unidos por juramento. El hijo de sus esperanzas y sueños.

Los maestres de la corte le dijeron que no se determinara tanto con el género del niño, ya que solo se puede saber con seguridad al nacer, pero Visenya lo sabía. Ella lo pidió, sus fosas nasales se llenaron con el humo de sus velas de vidrio. Sus intenciones en la concepción habían sido para un hijo, un hijo fuerte que podría heredar el trono si el debilucho de Aegon no prosperaba. Un hijo, no una hija, y sin embargo, una hija es lo que se le dio. Grande y fuerte, tal como ella rezaba, el doble del tamaño del pequeño Aenys, pero sin todas las partes necesarias para un Rey.

Frota sus dedos sobre sus labios curvados, deseando que se suavicen en una sonrisa, y se dice a sí misma que debe respirar profundamente. Visenya había orado por un niño sano que engendraría un largo linaje de reyes, y tal vez no se pierda toda esperanza. El rey ya tenía un hijo y el príncipe necesitaría una esposa. Su padre se casó con sus hermanas, por lo que no habría nada que impidiera que Aenys hiciera lo mismo con la única hija del rey. Una diferencia de edad de cinco años no es tan infrecuente ni tan mala como para evitar que se produzca el partido.

La herencia de un segundo hijo era demasiado para esperar, se dice a sí misma, pero una hija tenía la posibilidad de ser reina. Aenys sería el Rey de Poniente algún día y, sin embargo, su Reina no podría ser una Ponienti. Los Targaryen eran de la Antigua Valyria, los últimos señores dragón, y la línea de sangre debe permanecer pura.

Visenya decide que no está decepcionada por haber dado a luz a una hija, sino por la vergüenza que surgirá. Hasta que se decida un nombre, no se anunciará el nacimiento de la niña, pero pronto todos lo sabrán y todos recordarán su promesa. Su ira solo está dirigida a los nobles de Poniente, no a ella misma, y ​​mucho menos a su preciosa hija.