CAPITULO 2

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Habían pasado 2 días desde que Malia se cruzó con Stiles. La verdad que no había pensado en lo que había ocurrido.
Malia estaba yendo a su casa luego de la escuela cuando a lo lejos se escucha una voz diciendo su nombre, era una voz áspera que con tan solo oírla escalofríos comenzaban a correr por su cuerpo.

–Malia...Malia...– la voz no dejaba de pronunciar su nombre.

Malia comenzó a ponerse tranza y sus garras comenzaron a salir

–¿Que quieres?– gritó entre gruñidos

–Estas triste Malia...– comenzó a hablar– Sientes dolor pero yo puedo ayudarte.

–Muestrate antes que te arranque todas las partes del cuerpo si es que tienes uno.–pronuncio la castaña

–No vine a hacerte daño, es más te daré una prueba de que puedes confiar en mí...

–De que rayos hablas...

–En la escuela justo ahora es probable que mueran muchos.

–Porque me importaría, cada uno se salva solo y los que no pueden están destinados a morir.

–Incluído ese chico, cuál era su nombre ¿Stiles...?

Malia comenzó a sentirse rara, como si Stiles le importara, aún así decidió no mostrar debilidad ante la misteriosa voz.

–No me interesa...–Respondió

–Tus latidos aumentaton, no creo que sea así.

–¿¿Porque me dices esto?? ¿¿Acaso necesitas algo de mí??

–No necesito nada de ti... sino a ti y creo que tú también me necesitas... ya es hora de que me vaya, pero volveré y te llevaré conmigo la próxima vez...

La vista de Malia comenzó a nublarse y cayó al suelo.
Al despertar se sintió mareada, se levantó y empezó a correr lo más rápido posible tambaleandose hacia la escuela de Beacon Hills.

BEACON HILLS HIGH SCHOOL

Al llegar a la puerta percibió el intenso olor a sangre y un frágil olor a lobo, la verdad que no sabía porque estaba ahí, ese chico la privó de lo que amaba.. aquello que fue su hogar después de la muerte.

Aún así se adentro por los pasillos siendo llamada por el olor a sangre, el aroma se intensificó al llegar al salón de química, Malia abrió la puerta y lo primero que vió fueron 3 cadáveres sus garras salieron y ella solo quería sangre.. más y más sangre.

No tuvo tiempo de entrar al salón cuando algo le clavó las garras y la empujó hacia el piso intentando devorarla. Al parecer no era la única que quería sangre.

–Coyote...– la criatura adentraba sus garras aún más adentro de ella

Malia comenzó a gritar y sacó las garras de la criatura de su cuerpo,en cambio ella le enterró las suyas una y otra vez , hasta que la criatura comenzó a agonizar.

–¡Ya basta Malia! –una voz femenina  gritó.

Pero Malia no se detuvo...
alguien la empujó lejos de la criatura justo antes de que la matase.

–Grrr– La castaña comenzó a gruñirle– ¡Aléjate lobo!

–Ya basta o lo matarás!– pronunció el hombre lobo.

Los ojos de Malia comenzaron a hacerse azules se notaba aún más su ansia de sangre, sus colmillos y garras salieron al exterior y un gran gruñido salió de su boca.
El hombre lobo no se quedó atrás y le gruñió aún más fuerte , pero los ojos de este eran de un color rojo intenso.

–Scott dentente ya!– la chica se interpuso en medio de los dos, era una pelirroja con una voz suave pero  fuerte.

–Malia tu también ya basta, estamos del mismo lado.– dijo otro chico pero este era humano.

Malia reconoció su aroma, era aquel chico que al principio le había parecido insoportable era Stiles.

La pelirroja se acercó a Malia y le dijo:

–No te haremos daño solo queremos habl...–la chica intentó tocarle el brazo a Malia pero está le gruñió muy fuerte.

Ante esto Scott pensó lo peor y la tiró hacia la pared.

Malia se golpeó fuerte y cayó al piso se notaba mucha sangre en el piso...

–Malia!– gritó la pelirroja.

Mientras Malia se levantaba cada vez más sangre caía. Los ojos de Scott se veían con mucha culpa.
Pero cuando Malia se levantó por completo se dieron cuenta, que era la herida que le habia hecho la criatura lo que le causaba ese dolor...

–Malia espera no te muevas!!– pronunció Stiles

Los ojos de Malia comenzaron a perder el color hasta que no pudo mantenerse en pie y colapso.
La pelirroja era quien más cerca estaba de ella y corrió lo más rápido que pudo por su auxilio.

–Malia... Malia todo va a estar bien!– pronunció la chica

Los ojos de Malia se cerraron y la voz de la pelirroja resonó en su cabeza hasta que perdió la conciencia.









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