CAPITULO 3

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-Malia, Malia, despierta!- gritó la pelirroja mientras tenía en brazos a la castaña

-Debemos llevarnosla de aquí- dijo Stiles con el aliento acelerado

-Es verdad pero no podemos llevarla al hospital, y si no la llevamos a ningún lado, morirá.- volvió a hablar Lydia

-Ya sé, Deaton- replicó Scott- debemos llevarla a la veterinaria.

Rápidamente se acercó a Malia y la sostuvo para luego cargarla, Lydia acomodó la mano de Malia sobre el hombro de Scott, mientras Stiles corría a abrir la puerta del Jeep.
En la parte de adelante iban Stiles manejando y Scott de acompañante, y en los asientos traseros estaban Lydia y Malia. La pelirroja tenía la cabeza de la castaña sobre sus piernas, y no sacaba la vista de ella, como si tuviera miedo de que cuando ella no mirara fuese a morir.
Al llegar a la veterinaria Scott volvió a cargar a la coyote, y Stiles se apresuró a tocar la puerta, enseguida Deaton se asomó y con una expresión de asombro abrió la puerta permitiendo que los adolescentes pasaran. Stiles tiró todo lo que había sobre la mesa y ayudó a Scott a acomodarme a Malia sobre esta, cuando Deaton vió todo tirado en el suelo le dedicó una mirada de desagrado para luego proseguir con su trabajo.

-¿Qué fue lo que le sucedió?- preguntó Deaton examinando el abdomen de Malia dónde yacía la herida

-Algo le clavó sus garras- pronunció Scott

-Por su constectura física y su sombra parecía un hombre lobo o tal vez un wendigo- le siguió Stiles

Deaton alumbró la herida en dónde se lograba ver uñas clavadas. Enseguida tomó un frasco de un cajón y miró a los chicos.

-De acuerdo puedo salvarla- inquirió Deaton

-Entonces hazlo- respondió Stiles apresurado

-Pero tiene un costo- volvió a hablar Deaton pero está vez su expresión cambio por completo- Esta solución traerá efectos secundarios para Malia y no solo eso, talvez no logre salvarla.

El grupo se miró entre sí pero la primera en responder fue la pelirroja

-Hazlo- dijo decidida- No podemos perder a nadie más, y la verdad que me gustaría conocer a esta chica.

El dúo de amigos asintió. Deaton preparó una aguja con un líquido blanco espeso.

- Scott ven aquí necesito que sostengas su brazo izquierdo y Stiles tu el derecho- Deaton movió la cabeza para mirar a Lydia- Lydia tu alejate un poco, pero no te vayas, si todo sale bien Malia te necesitará.-Lydia asintió y dió tres pasos hacia atrás.

Deaton colocó la aguja en el cuello de la castaña, para luego inyecatarle el líquido, apenas el líquido comenzó a inyectarse la castaña abrió los ojos de par en par, pero estos eran Azules, comenzó a gruñir y escrabar sus garras contra la mesa, pero el alfa y el humano no dejarían que se safara de su agarre. Los gruñidos se convirtieron en gritos desesperados que se iban paralizando cada vez más y más, se veía en las caras de los adolecentes que querían detener el sufrimiento de la chica, pero si querían que viviese, no podían.
Luego de unos minutos los gritos cesaron, los ojos de Malia volvieron a ser café, en cuanto Deaton retiró la aguja, Scott y Stiles recostaron a la castaña otra vez sobre la mesa.

-Con eso bastará por ahora- dijo Deaton

-¿Por ahora?- preguntó Scott

-Así es, su herida es muy profunda, no me sorprendería si se infectase.-respondió el hombre- Deben dejarla aquí, yo la vigilaré, pero cuando no esté aquí deberán venir a cuidarla.

-Claro que si, yo vendré- exclamó Stiles mirando de reojo a Malia.

-Todos vendremos- aclaró Lydia

Teen Wolf-Su propia historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora