CAP. 4 MALDITO AZAEL

5 0 0
                                    

Narra Sky

Caminé hacia atrás despacio.

–¿No planeas hacerme nada cierto..?

-No -rió-

-Bien, gracias, quiero salir de aquí sin ningún rasguño

-No lo haré si no me provocas, y solo yo sé cómo lo haces -Sonrió algo feliz de ser el único que lo sabe-

-¿O sea que..?

-Solo yo decido cuando me provocas o no, y en este momento lo estás haciendo con esa cara de confundido que tienes -Se levantó y se dirigió a mí a paso lento-

-¿Qué planeas hacer entonces? -Lo miré con algo de disgusto-

-Nada, solo quiero hacer esto -tomó mi mentón y se acercó a mis labios-

Antes de que pudiera besarme, mi puño golpeó su cara haciéndolo retroceder.

-¡Quita tus sucias manos de mí!

-Au au au... -Tapó el golpe con sus manos y lo sobó un poco- ¿Por qué hiciste eso? -Se hizo el inocente-

-Ay vamos, no te hagas, querías acostarte conmigo después de ese beso, y seguro me trajiste aquí solo para eso -Estaba enojado, era obvio que deseaba traerme aquí solo para eso-

-Sólo era una beso Sky, nada más, no sería capaz de hacerte nada

- Sí, cómo no, no te creo en nada, al final creo que no era mala idea salir de este maldito lugar -A paso rápido fui a la puerta, la abrí, pero Azael me tomó de la ropa y me empujó hacia adentro-

-¡No te vallas! -lucía preocupado-

-¿Por qué no? Será mejor que estar contigo aquí adentro

-Sabes lo que te dijeron, allá afuera hay demonios que van a hacerte cualquier cosa que se les antoje -Me tomó de los hombros-

-¿A sí? Habla el que quiere violarme sin descanso

-Yo... No quiero hacerte eso, entiende que no haría nada que tú no quieras -Parecía que habla enserio-

Suspiré, pensé un poco antes de decir algo, no estaba tan seguro de si decía la verdad o es bueno para las mentiras.

-Bien, me quedaré, pero no te acerques demasiado a mí o te golpearé otra vez -Me senté en único sillón que estaba ahí-

-No lo haré si no lo quieres -Se sentó a mi lado, lejos de mí-

-Gracias... -Lo miré un poco y después fijé mi vista en el suelo-

Nos quedamos un tiempo en silencio, la verdad no sé qué era más incómodo, el silencio o tener que romper yo el hielo, porque parece que él está entretenido con su teléfono, o bueno, eso parece.

-Aah... Azael ¿Aquí también tienen teléfonos? -Miré a otro lugar algo avergonzado, no tenía ni idea de qué decir-

-¿Hmm? No todos tienen uno, solo los demonios que tienen la habilidad de ir al mundo humano, como yo -No quitó la vista del teléfono-

-Ya veo ¿Y por qué no todos pueden ir ahí? -Me incliné un poco tratando de ver su rostro-

-No todos los demonios pueden aguantar las vibras de el mundo humano

-¿Vibras? ¿Cómo así? 

-Pues las vibras es más o menos... Emm... ¿Cómo te lo explico? -Pensativo-

-No lo sé, tú eres el que sabe

-Humm... Digamos que es algo así como una fuerza invisible, los humanos tienen emociones muy complicadas y esas mismas crean vibras de todo tipo, odio, amor, felicidades, etc

-¿Mhm...? -Estaba algo confundido, no entendía nada-

-Bueno, los demonios que pueden venir aquí pueden ser de dos tipos, son de primera clase o son mitad humanos

-¿Hay demonios mitad humano?

-Sí, pero por lo general ellos viven en el mundo humano ya que son muy parecidos a ellos, aquí los verían mal algunas veces

-Ya veo, creo que entiendo -La verdad es que no entendí- ¿Y por qué los humanos sí puede venir aquí?

-Bueno, aquí solo pueden llegar los humanos a los que se les permite entrar, como a ti

-Oh entiendo, gracias por explicarme

Volvimos al silencio incómodo, pero ésta vez él lo rompió.

-Oye... ¿Quieres ir a dar un paseo por el lugar? Es como un castillo, yo te cuidaré

-Está bien, solo no te me acerques mucho -nos levantamos y salimos del lugar-

Caminamos un rato, el lugar era grande y muy hermoso, era oscuro pero tenía un toque de belleza único, nunca había visto algo así.

-Este lugar es muy bello... Y también es bastante tranquilo, no he visto a nadie por aquí

-Es porque deben estar arreglando los preparativos para tu presentación ante el pueblo

-Ajá... Bueno, mejor, así nadie me hará lo que me dijiste que me harían

-Yo también me alegro, así no tengo que cuidarte y asustarme cada que alguien se acerque a ti

-No creo que cada persona que me vea quiera hacerme algo

-No, pero no se sabe quién es el que podría hacerte daño

-Bueno sí -Seguí caminando-

Pasamos unas horas recorriendo el lugar, cada pasillo, por pequeño que fuera siempre era hermoso, lo dije anteriormente pero no me canso de repetirlo, era magnífico.

Se hizo de noche, volvimos a la habitación, ahí estaba el jefe esperándonos.

𝐒𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬, 𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐏𝐥𝐚𝐭𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora