Capítulo 6

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Cinco años después

Como si fuera poco, la estancia en su antiguo hogar se retrasó, tanto, ya que su padre había recaído varias veces, necesitó ayuda de su pequeña hija, la cual, debía de asistirlo todas las noches con su poder, efectivamente, Gália, tenía el don de saciar la sed del más sediento y sanar al más herido, una bendición que las santas solo obtienen.

Al ser santa su crecimiento fue en aumento conforme pasaban los meses, su edad mental era de dieciocho años y su cuerpo el de una adolescente de quince años.

Al saber la academia esta información, se le solicitó su presencia rápidamente, debía de ser educada conforme las normas de una santa.

El 16 de mayo de 1890

La joven Gália, montó sin preocupaciones esa mañana su carruaje, el mismo la llevaría a la academia.

Se aseguró de salir rápidamente de ese violento hogar que la acogía.

Aplastó levemente sus ya grandes mejillas entre sus manos, el frío de Castellar Burns agolpó de lleno su mañana, el vestido cubierto con un gran manto de piel de oso blanco, cubría todo su cuerpo dándole un poco de calor.

—Al fin, logré mi cometido — se dijo en forma de consuelo.

Tardaría un día o dos con suerte llegar a la academia.

Mientras la curiosa adolescente deleitaba su visual con los árboles nevados del bosque.
En otro lado se encontraba Adler completamente débil, su crecimiento era abismal, cada día que pasara su cuerpo cambiaba rápidamente, en la noche la luna susurraba actos pecaminosos para cometer.

(•••)

El viaje duró poco de lo esperado, la capital la recibía con brazos abiertos, comerciantes iban en todas las direcciones, niños vendiendo periódico, mujeres con vestidos voluminosos y hombres con trajes apretados.

—La belleza en este mundo es indescriptible —miraba embobada los trajes de los hombres los cuales se cernían como una segunda piel, los hombres de este mundo parecían modelos.

Entre tanta belleza, Gália fue atraída como un imán hacía una muchedumbre la cual gritaba enardecida.

Pidió al cochero que disminuyera la velocidad para observar más de cerca el objeto que atraía a esos hombres y mujeres.

Cómo su curiosidad crecía y no lograba apreciar con gran detalle, exclamó.

—¡Paremos aquí un momento!— gritó sacando su cabeza por la ventana del carruaje, sus ondas doradas se movieron conforme el viento.

Abrió rápidamente la puerta del carruaje, sin esperar esa atención del cochero, un calor comenzó a apoderarse de su pecho, mientras más cerca de la muchedumbre estaba.

Se abrió paso entre toda esa gente, en esa calle se encontraba el cuerpo desnudo de un hombre, rápidamente al ver esto, Gália, cubrió sus ojos.

Quitó su abrigo y cubrió sin mirar al ser ante sus ojos.
Ya segura de su cometido, abrió los ojos, ante ella, tenía un chico que no pasaba de los dieciocho, su cabello negro cubría su rostro, tanto su cuerpo entero, se encontraba lleno de cabello negro.

—¿Qué te hicieron?—susurró observando con detenimiento al chico.

—¡Señorita!, ¡Apártese de él!— gritó una mujer, y así le siguieron los demás.

—¡Es lucifer!, ¡Está maldito!— gritaban a todo pulmón.

—¡¿Entonces?!, ¡¿Por qué no lo matan?!, ¡¿ah!?— le contestó Gália cubriéndose con su brazos, el frío calaba sus huesos, pero ella no se movería de ahí hasta llevarse al chico.

—No podemos señorita— dijo un hombre entre la multitud, hizo una señal con su cabeza haciendo que todos lo que estaban alrededor de alejaran rápidamente a esconderse en en sus hogares, la calle quedó vacía, lo único que quedaba, era, el cuerpo de ese chico, Gália y el cochero.

—Ven aquí, ayúdame a moverlo— exclamó Gália en dirección al cochero.

—S..señorita, ¿No escuchó lo que dijeron?, nos matará si se despierta—soltó el cochero asustado.

—Deja de llorar, y ver a ayudarme.

La tarde de visita de Gália pasó rápidamente, en el asiento de enfrente descansaba el hombre que había encontrado en la calle, una manta de piel envolvía su cuerpo, en cambio Gália había cambiado su capa por un gran tapado de algodón.

Con detenimiento observó las facciones del ser que tenía ante sus ojos, el cabello negro caía cubriendo sus ojos, unos labios finos, pero brillantes acompañaban su rostro, la barba de hace unos días se hacía presente en rostro inmaculado del hombre.

El calor que sintió en su pecho antes de verlo, la inquietó, eso jamás pasaba.

Algo en la muñeca derecha llamó su atención, eran cortes profundos, heridas sin cicatrizar y como si de un flashback, la vida de la anterior Gália pasó ante sus ojos.

Era él, efectivamente era Adler Varick.

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2021 ⏰

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