quatre

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Escape.

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narración en tercera persona.

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   El chocar débil de dos copas dejó de hacer eco en la, ahora no tan sola, terraza. Kim y Jung sonriéndose cómplices del escape no planeado y uno con el corazón más acelerado que el otro. Por la cercanía quizás, o por estar a minutos de escapar, ni él lo sabía y la primera opción estaba ganando el debate. 

— Creo que dejé mi celular en la mesa... —Jung comentó con vergüenza.

— Deberíamos volver por él, ¿verdad? —habló coqueto, dando un paso más para acercarse al más bajo. 

   Jung asintió sin saber qué decir, Kim le ponía nervioso, ansioso, tímido y todo eso mezclado más la embriagadora colonia de Kim, su voz y los escalofríos que esta le causaban: iban a dejar de él hecho un desastre y ni siquiera pudo probar los labios del causante de todo todavía. 

— Hyung, una pregunta —susurró Kim con sus ojos fijos en los labios contrarios, dirigió su vista a los ojos de su mayor y prosiguió al verlo atento a él— ¿Sabe qué es lo que más quiero hacer en éste momento? 

   Jung observó los oscuros ojos del azabache y relamió sus labios al captar la indirecta. 

— Besarme —soltaron sus labios sin siquiera pensarlo, Kim sonrió— ¿Qué esperas para hacerlo? 

   Las palabras cesaron al instante en el que los tibios labios de Kim se pegaron a los fríos de Jung. Tardó no más que dos segundos en responder, se derritió al sentir la mano del menor paseando por su cintura y un gemido ahogado hizo eco en el silencio de la terraza cuando Kim lo pegó a él. Lo sintió, claro que lo sintió, y eso fue lo que más lo prendió.
   Entre beso y beso volvieron al gran salón, la bachata aún sonando logró que esta vez fuera Jung quien invitara a bailar a TaeHyung. Le regaló una sonrisa coqueta, obteniendo como respuesta la caricia en su cuello por parte de los exquisitos labios de Kim, quien aceptó encantado bailar con el mayor.

— JungKook, ¿no crees que tu amigo éste... Vante, anda de mano larga ahora? —preguntó con ironía Min YoonGi, con su mano aferrada a la cintura de JiMin, haciendo presión al ver a HoSeok recibir gustoso los besos en el cuello por parte del de cabellos alborotados.

— ¿Le molesta ver a su novio con otro cuando está perfectamente agarrado de la cintura de mi amigo, Min? —preguntó un serio NamJoon, sin dejar a Jeon responder la pregunta del más bajo. JiMin parpadeó sin entender.

— ¿Tienes pareja? —le preguntó a Min mirándolo de mala manera cuando el pálido asintió en respuesta— Que idiota. ¿Hyung, me invitas una copa? —pidió a NamJoon cuando se soltó del agarre de Min, quien bufó ofendido. 

— YoonGi hyung, disculpa a JiMin, es que no es de los que disfrutan de arruinar relaciones —JungKook habló luego de que sus dos amigos se alejaran de allí.

— Ni siquiera te molestes, JungKook —cortó enojado, cuando Jung por fin se dignó a mirarlo, le hizo señas para que fuera donde él. 

   Los ojos de HoSeok voltearon a ver a Kim, le sonrió al sentir como la mano del contrario bajaba por sus caderas en dirección a su muslo, levantando su pierna y siendo levemente tirado hacia atrás. Kim dejó un beso en su pecho como regalo. 
   Entre un jadeo impresionado, Jung acarició el rostro de Kim al volver a ver sus ojos, sobre sus labios sintió su aliento y una sonrisa más adornó el rostro del mayor. 

— YoonGi me llama —murmuró sin ganas de ir donde su novio, Kim puso sus ojos en blanco, había olvidado por minutos que Jung tenía pareja. 

— Ve, te espero en la mesa de bebidas que está cerca de la salida —animó separándose un poco del mayor— No te arrepientas —soltó cuando besó la mano de Jung, él no lo supo, pero HoSeok tembló al escucharlo pronunciar eso. 

   Sin mirar atrás se alejó de la pista de baile, YoonGi lo esperaba en la sección de “especiales”, subiendo las escaleras. Acomodó su ropa, peinó torpemente con su mano sus cabellos y por fin llegó donde él. 

— ¿Sucede algo? —preguntó al ver a su novio totalmente serio, se sentó a su lado y se arrepintió al instante en que sintió la mano de Min agarrarle fuerte del brazo. 

— ¿Para eso querías venir? —se quejó, HoSeok sabía a lo que se refería, pero él no era idiota, YoonGi también había venido para eso. 

— Por favor, YoonGi, no me vengas con eso ahora. ¿El chico bonito no quiso acostarse contigo? ¿O quiso ser el de arriba? —preguntó sarcástico, Min podría ser el mayor vendedor de armas de toda Corea, pero estaban en París y él no tenía nada que perder. 

— Cuida cómo me hablas, Jung. 

— Cuida tú como me tratas —señaló su brazo, Min lo soltó al notar que estaban llamando la atención de quienes cruzaban por allí— ¿Sabes qué? Tengo mejores que hacer, que estar aquí y tener que aguantarte —se paró y miró totalmente enojado a Min— Y a partir de ahora, estoy oficialmente soltero, maldito idiota —se alejó a paso apurado ignorando los llamados de su ahora ex novio.

   Fue hasta la mesa en la que había bebido una copa con Kim y tomó rápidamente su celular, fue hasta donde le había dicho antes que se encontraría y lo observó sonreír apoyado en la puerta. 

— Corre, acabo de decirle un par de cosas a Min YoonGi y entre ellas, que es un idiota —su mano se entrelazó con la del de cabellos alborotados y salieron corriendo del gran salón. 

   Entre risas le pidieron al valet parking que le trajeran el coche de Kim. En la espera, los besos no se hicieron esperar y pasaron a ser expuestos a la vista de todo aquel que pasara por allí. Encantado, Kim no quería alejarse del mayor. 

— No tardará en salir, ¿verdad? —le preguntó refiriéndose a YoonGi, HoSeok negó. 

   Cuando estuvo por responder, un precioso R8 se estacionó frente a ellos, el valet parking salió de este, le entregó las llaves a Kim y junto con ellas la botella de martini rosso que no se acabaron en la terraza.

— Que se divierta, joven Vante —una sonrisa y un guiño de parte del valet parking logró que TaeHyung diera una buena reseña del Salón Etoile. Excelente, mejor dicho.

   Sin esperar más, los dos se subieron al R8 y apenas las puertas cerraron Kim arrancó sin importarle que YoonGi estuviera gritando el nombre de Jung afuera del salón. 
































Propuesta Indecente - KTH + JHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora