El mejor amigo de mi hermano// ft. Yoloriana

Capitulo 10 (30)

Mariana:
Estaba en mi habitación con la puerta abierta, justo como Yolo lo pidió.

Mientras el llegaba yo solo pensaba, pensaba en lo que me dijo Yolo hace unas horas. La verdad es que no se si dejar que el se quede.
Lo único que me da miedo es lo que Emilio sea capaz de hacerle a Yolo.

Pero decidí dejar de lados todos esos pensamientos y solo centrarme en estos dos días que estaría con Yolo, por que aun no estoy segura de permitir que se quede.

—Piensas en mi?— dijo una voz que me saco de mis pensamientos, la voz del amor de mi vida.

—Siempre.— me acerque a abrazándolo y besándolo

—Bueno, estas lista?

—Sip, a donde me llevarás?

—Es una sorpresa y si te digo, dejaría de serlo

—Jajaja tienes razón, vamos.— avance hasta la puerta del cuarto

—Espera— me detuvo con su mano.— Estas segura de que quieres hacer esto?

—A que te refieres con que si estoy segura?

—De ir conmigo ahora, van a ser las una de la mañana y tu y yo solos....— lo interrumpí

—Andrés de lo unico que estoy segura en la vida es de ti, de estar contigo y pasar mi tiempo contigo.

—Esta bien, vamos.— dijo entusiasmado.

Salimos de la casa y nos subimos a su auto. Claro, es un hombre millonario, por su puesto que hizo llegar uno de sus autos hasta acá o lo compro, la verdad no lo se.

—Y este auto lo comparaste acá?— pregunte.

—Estas muy curiosa, pero si.
Antes de venir arregle todos los papeles para tener un auto acá y después se lo dejaría a los chicos, pero ahora que me quedo, mejor les compro uno.

—No lo aceptaran, un auto es muy costoso

—Tendrán que hacerlo, sera el regalo de bodas, no tendran otra opción jajaja

—Buen truco.— rei —Estas seguro?— dije cambiando el tono de mi voz a uno serio.

—Seguro de que?— tomo mi mano y la entrelazo con la de el apoyandola en la palanca del auto.

—Seguro de quedarte...
Andrés tienes una vida en Londres y proyectos allá, no quiero que dejes tus cosas por mi y lo sabes.— beso mi mano y hablo

—Mariana te lo dije una vez y lo vuelvo a repetir sin dudarlo.
No me importa si no tengo nada pero estoy contigo.
Mi vida no esta completa si no es contigo, tu eres mi vida y sin ti, no tendría sentido nada.
Y si tengo que dejarlo todo por ti, lo haré.
Por que con tal de estar contigo soy capaz hasta de lo imposible princesa.

—Te amo tanto.— una lágrima salio de mi mejilla.

—Te amo más.— dijo.— y llegamos.

—Este lugar!... Woow no venia acá desde hace 5 años

—Lo imagine y a pesar de que no todos los recuerdos que tuvimos acá son lindos, son nuestros momentos.

—Lo se, vamos.

Comenzamos a subir al cerro donde estaba aun el cartel de "Bogota" y cuando llegamos estaba todo arreglado. Era obvio que Yolo tenia todo planeado y decoro todo románticamente.
Esta vez, había una carpa grande y blanca, afuera de ella velas y una mesa con una canasta que seguramente tenia comida.

—Te gusto?

—Me encanto! Esta hermoso.— agarre sus mejillas con mis manos y lo bese

—Me alegra, ven sientate

—Me gusta esta elegancia

—Jajaja adivina que comida hay en la canasta

—Mmmm, dame una pista

—Te encanta

—Umm, tu no estas en la canasta, así que hay... Hamburguesas!!??

—Si jajajaja

Después de comer y conversar como si solo estuviéramos nosotros dos solos en el mundo, entramos a la carpa y nos acostamos mirando hacia arriba en silencio. Hasta que hable

—Quiero quedarme así para siempre, solos tu y yo.

—Yo también.— acaricio mi cabello

—Te extrañe mucho, extrañe mucho estar así contigo.

—Mariana, por que te casaste?— dijo despues de un silencio

—Andrés, no quiero hablar de eso ahora, este es nuestro momento, solo tu y yo.
Solo quiero que sepas que en mi vida nunca seras el "otro" o el "segundo", por el contrario, eres el primero y unico.

—Esta bien... también eres la única en mi vida.

Dijo eso, me coloque sobre el y lo bese.
Un beso tierno pero con pasión. El coloco sus manos en mi cintura y comencé a mover mis caderas en círculos sobre el.
Comencé a sentir su bulto, algo que hizo que soltara un gemido ahogandolo en el beso.
Quite mi vestido, quedando solo en ropa interior. Aun nos besábamos, teníamos pequeñas separaciónes para recuperar el aire pero sin dejar de sentir esa electricidad entre nosotros.
Quite el saco y camisa de Yolo dejando su torso desnudo. Sus besos comenzaron a bajar por mi cuello hasta el pecho.
Quite mi ropa interior y el sus pantalones y boxers.
Estábamos piel con piel besándonos, mis manos en su espalda hundiendo suavemente mis uñas y el con sus manos subiendo y bajando de mi cintura hasta mis muslos.

—Estas segura?— pregunto, refiriéndose como permiso para entrar en mi.

—Lo estoy, completamente.— dije dándole la autorización

Y entonces entro en mi y sentí esa conexión y placer que no sentia hace tanto tiempo.
Ambos soltamos gemidos fuertes y llenos de placer y lujuria, 5 años sin relaciones no es fácil, mucho menos cuando solías hacerlo todos los dias.
Entre besos, gemidos, sudor y placer estabamos el y yo, como si no hubiera nada más en el mundo.
Dio la vuelta y se coloco el sobre mi y sus besos bajaron por mi abdomen llegando a mi zona V. Con dos de sus dedos comenzó a acariciar mi clitoris en círculos, aumenta y bajando la velocidad. Ya no eran solo sus dedos, también metió su lengua, dios amo los orales que me hace.
Succiono todo el fluido que salia volviendo a subir para besarme.

—Te extrañe tanto.— dijo en un susurro agitado

—También te extrañe demasiado.— le dije y lo volvi a besar

Volvio a embestirme, ya estabamos listos los dos para llegar al climax.
Una, dos, tres embestidas bastaron para llegar.
—Aaa~ sabes lo que increíble que eres?— dije.

—Mmj~ tu eres la maravillosa.— respondió.

Luego de terminar, salio de mi y yo baje hacia su miembro. Comencé a besarlo y acariciarlo de arriba abajo para meterlo en mi boca.
En el senti el sabor de su semen y mi fluido, es una perfecta combinación.
—Aaa~ Ma-mariana.— dijo completamente excitado mientras yo aumente la velocidad de mi boca hasta que llego a su punto.

Volvimos a besarnos y nos acostamos, yo apoyandome en su pecho y el rodeando mi espalda con su brazo.

—Te amo Andrés, en serio lo hago.

—También te amo Mariana y siempre lo haré, no lo dudes.
Aun que me pidas que deje de amarte, no lo haré.

—Tampoco dejare de amarte.— dicho esto lo volví a besar

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Continuara...