Descubrimiento

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"Los secretos no pueden estar escondidos en la ciencia. La medicina tiene toda una forma de exponer las mentiras."

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Ye-Ran pasaba por unas pequeñas vacaciones de un mes en estos momentos. ¿El motivo? Bueno, el laboratorio de la escuela ahora estaba a cargo de Frankenstein a pesar de que él ya no era el director. Se encontraba enseñando como profesor; el cómo obtener nuevas mezclas para poder conseguir hacer un pequeño experimento con vegetales. La intención era hacerlos madurar antes de tiempo.

La demostración por parte del nuevo maestro había sido impresionante. Sólo que no contó con que uno de sus estudiantes no prestaría la debida atención a la explicación, agregándole a causa de ello otro tipo de líquido a la mezcla la cual fue vertida sobre una cebolla, haciendo que ésta tomara una forma monstruosamente grande para seguidamente estallar en plena clase.

Ahora, la escuela Ye-Ran estaba pasando por una crisis donde todos los pabellones tenían pegado el aroma a cebolla. Se suponía que la limpieza sólo duraría una semana, incluso menos ya que había todo tipo de elementos de limpieza y químicos que quitaban el fuerte aroma de cualquier cosa, pero ésta situación era diferente. La mezcla de por sí tenía un aroma de lo más raro, pero no fuerte, al mezclarse con el aroma picante de la cebolla... allí sí que las cosas cambiaron; al día siguiente causó molestia incluso a los alrededores.

Frankenstein tuvo que poner mano en el asunto, contratando a un equipo para ayudar a poner en cuarentena total el edificio; carpas blancas, incluso plástico revistiendo toda la escuela para que el aroma sólo quedara atrapado adentro y no se expandiera por toda Corea... era un caos total. Y un dolor de cabeza para Tao, que siendo el director, debía de atender llamadas de los padres de los niños. Frankenstein también estaba por las nubes, solo le faltaba la cereza del pastel para que estallara. Menos mal que el proceso de limpieza solo duraría un mes, no quisiera que Ye-Ran cayera a cero luego de haber sido catalogada como la escuela más prestigiosa del área.

Ahora y en su laboratorio, un montón de papeles se encontraban apilados sobre su escritorio. Algunos trozos de lo que parecían notas descartadas en el suelo, y otras hechas pequeñas bolas cerca del basurero. El cual ya había rebozado. A un costado y sobre una silla cerca del rubio, cierta gatita tomaba la siesta luego de que Tao haya estado jugando toda la tarde con ella. El informático quería saber si, ya que los felinos poseían un equilibrio bastante agudo, podría caminar de manera tranquila sobre la cuerda floja. Como no resultó, utilizó la cuerda (en realidad era uno de esos cables que salían de entre sus ropas) para que ella pudiera ir tras él. El rubio soltó un largo bostezo de cansancio y eso hizo que la felino despertara.

- Uhm... ¿Frankenstein?.

Rodó sobre su lugar quedando así panza arriba y pasó sus dos patitas delanteras sobre su rostro para no tener que encontrarse con la luz de los focos. Seguidamente, ella también bostezó y volvió a girarse para luego estirar su cuerpo. Como el humano no le respondió, bajó de su sitio y caminó hacia donde él estaba. Se subió sobre sus piernas y trató de mirar hacia arriba para encontrarse con sus ojos.

- Frankenstein. Mírame.

El mencionado soltó un suspiro y bajó la mirada hacia aquellos ojos azules que lo miraban con curiosa preocupación. Franky notó que el humano tenía ligeras ojeras y que a su vez parecía un tanto más pálido, eso la alertó aún poco haciendo que saltara de sobre sus piernas y fuera corriendo hacia la salida del laboratorio, rumbo a quien sabe donde.

Frankenstein solo la siguió con la mirada algo extrañado, pasaron un par de segundos y como no volvió a verla, se centró nuevamente en sus labores.

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