Kankuro.
Hoy... tal ves... cometí un error.
Corro con prisa y no lo encuentro, lo busco en casa de sus amigos y tampoco lo encuentro, camino por las calles de Konoha en un intento inútil por encontrar a Kiba y tratar de remediar mi error.
Todo comenzó en las primeras horas de mi cumpleaños número veintitrés, cuando aún era de madrugada y yo le estaba haciendo el amor a Kiba.
Si, justo a el.
Al principio mis intenciones eran desinteresadas, sólo algo de sexo y nada más, volvería a mi aldea y ambos actuariamos como si nada hubiera pasado.
Creo que bajé mi guardia demasiado.
Mi primer error... fue besarlo.
Nunca beso a las personas con las que sólo quiero tener sexo y ya, los besos son sagrados, para alguien especial, o eso es lo que pienso.
Pero al mirar sus ojos feroces combinados con una mirada tierna me fue imposible no hacerlo, fue imposible evitarlo.
Nuestros besos eran feroces, ardientes, dramáticos, el si que sabía como hacerlo, si que sabe como hacerme perder el control.
El sonrojo en sus mejillas me hacían sonreir, ¿como alguien podia verse sensual y tierno a la ves?
Sólo el.
Mi segundo error... fue haberme ido.
No se que me pasó, no se porque lo hice, bueno, en realidad... si lo se.
¡Me dijo que fue su primera ves!
Aún me asusta pensarlo, las primeras veces no son lo mío, la mía fue un desastre. Un completo horror.
Sufrí tanto en mi primera ves que no quería causarle algo así a nadie nunca, no podia.
Al enterarme de eso no pude evitar entrar en pánico, había sido algo tan lindo y placentero para mi que tenía miedo que para el haya sido un horror, placer a medias, más sufrimiento e incomodidad que otra cosa.
La delicadeza no es lo mío, así que me asusté al pensar que lo lastimé.
Salí del sótano con prisa y me detuve al llegar a la sala, aún era de noche, por lo que me senté en el sofá a calmarme.
Pasé mi mano por mi cara y suspire frustrado.
No me di cuenta cuando me dormí, pero desperté por el fuerte ladrido de un perro en mi oído.
-Akamaru déjalo, ven aquí.
Abrí los ojos y vi a Kiba y su perro sentados en el suelo comiendo, me hubiera reído por lo tonto que se veían pero luego recordé lo que pasó, lo que hice, la razón por la que estaba acostado en el sofá.
-Kiba ¿podemos hablar?
-Tranquilo, no hace falta.
-Pero... es que yo...
-No te preocupes, no tenías que irte, pudiste simplemente haberlo dicho, si me hubieras dicho que sólo querías sexo de igual forma lo hubiéramos hecho, o tal ves no, no lo sé, ya no importa.
-No es eso, es que me asusté, yo no quería ser tu primera ves, ser así de insensible ¿Te lastime?
-No, no lo hiciste, estoy bien y la pasé bien, así que la próxima vez que nos veamos puedes estar tranquilo, seguimos siendo amigos. Ven Akamaru.
Kiba salió de casa junto a Akamaru dejandome en su casa.
Mi corazón se apretó más.
¿Amigos? ¿Todo está bien?
Sentí deseos de llorar por la frustración.
-Si todo se resolvió ¿Porque me siento así?
No quería que las cosas terminarán así, pero era justo así como debía terminar, entonces ¿Que me sucede?
No lo lastimé, no me odia, somos amigos.
¡Que rayos es lo que quiero ahora!
Y como si mi mente y corazón hubieran despertado lo entendí.
Simplemente lo quería a el.
Mi tercer error... fue dejarlo ir.
Comencé a correr por todas partes, ni siquiera recuerdo si cerré la puerta antes de salir de la casa, no importa, no me interesa.
Corrí, corrí y corrí.
-¡Kiba!
No aparecía en ningún lado, comencé a desesperar, fui a casa de sus amigos y no estaba.
Cuando estaba a punto de rendirme vi a Akamaru en el parque.
Si el perro está ahí Kiba también lo está.
Tomé toda la energía que me quedaba y corrí esta allí y lo encontré.
-¡Kiba! ¿Podemos hablar?
-Claro, ¿que sucede?
Caminé hasta estar más cerca de el y tomé su mano.
-Perdóname.
-Ya lo hice, te dije que todo está bien.
-Entonces ¿Puedo hacer... esto?
Me acerqué a sus labios y le robé un beso, el se alejó un poco y me miró sorprendido.
-¿Que haces?
-No quiero ser tu amigo ¿vale?
El perro se acercó a Kiba y este lo acarició.
-¿Porque me dices esto ahora?
-¿Es demasiado tarde?
Kiba agachó la cabeza y negó.
-No, no lo es.
Sonreí y lo besé, el me abrazó y al final del beso ambos sonreimos como tontos.
-¿Kankuro?
Me giré y vi a Gaara mirándonos.
Gaara junto con Temari, Naruto, Lee, Hinata, Shino, Shikamaru, Sai, Ino y otros más que no me di tiempo a identificar antes de que todos nos rodearan con un montón de preguntas.
Y yo que pensé que lo más difícil había pasado.
Fin
Lo sé, que poquito, pero bueno ahí está humildemente.
