Incompleto

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Mi mundo siguió siendo el mismo de siempre, pase los años sin complicación alguna, siempre siendo el mejor de mi clase, de la escuela inclusive, pero eso no significaba nada para mi, era como una marioneta que lo usaban todo el tiempo para sus fines personales. Nunca supe pensar por mi mismo, era con un fiel esclavo a la orden de algún rey, para los profesores, compañeros de clase, y para mi familia de aquel entonces, solo esperaban que fuera el mejor en todo sin importar que, y se los cumplía sin poner escusas.

Mis emociones siempre retenidas por pensamientos de subyugación ante mi ser, los demás lo podrían ver de manera desagradable, o incluso podrían verme con odio ante admiración, pero al ver lo que realmente era, solo me tomaban como una persona mas del montón, o incluso ni existía en ese montón. Los profesores hacían burlas a mi ser, de manera que los demás del aula lo tomaban con una gracia que lo usaban para tomar una ofendía a mi ser. Como el pasar de un pasillo a otro donde todos podrían verme caminar, me golpeaban sin que los profesores veían, me insultaban y ridiculizaban todo el tiempo. Pero a quien en mi vida le iba a estar importando o me intentaría ayudar en algo, cualquier familiar se echaría a carcajadas diciendo que solo somos niños jugando, los profesores ni entenderían porque me harían tal cosa, se quedan callados sin decir nada, y no hablar de mis compañeros, eso seria un disturbio para toda la escuela.

Pero sin mas, alguien llego, una persona de un corazón tan puro, para mi era como un rayo de esperanza. Mi mundo empezó a cambiar cuando esa persona me empezó a hablar sin un propósito alguno, solo quería ser mi amiga; era una deportista grande de admirar por todo su esfuerzo, siempre estaba feliz con una gran sonrisa todo el tiempo. Las cosas en mi cabeza empezaron a cambiar poco a poco, no comprendía lo que me sucedía. Mi periodo de escuela empezaba a tornar de un color diferente, todos los días ella venia a saludarme, pasar conmigo en los tiempos libres de la clase, comer juntos en los almuerzos y en los recesos jugar con los demás, aunque siempre me sentía incomodo, los demás hacían un esfuerzo por integrarme, seguro ella hacia lo posible para que todo a mi alrededor empezara a cambiar. Aunque ella intentara incorporarme en el grupo, todos me seguían haciendo el mismo daño de todos los días, aunque un poco menos por ayuda de ella, sin importar que los demás se burlaran o me golpearan eso no me importaba, con tal de pasar tiempo juntos, solo eso hacia que valiera la pena.

Me di cuenta un octubre de mi tercer año de escuela que siempre me estuvo faltando algo que todos tenían, y era la felicidad, y a diferencia de otros yo la obtengo estando con una persona especial para mi. Mis ojos tornándose de un color diferente, vi todo a mi alrededor lleno de colores vivos, como si todo antes estuviera en una oscuridad en la que casi me consume.

Una Vida Sin SanaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora