Separación

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Fue un mundo sin sentido, en donde toda relación era irrelevante, solo tenían que seguir el ciclo de la existencia misma, toda mi vida pudo ser planeada y lo único que tendría que hacer era seguir el libreto, pero quien para seguir las ordenes de los demás sin mostrar un poco de interés por mi mismo, que había de mi propia felicidad, una en donde me expresaba por quien era y no por lo que los demás querían que fuera, abrir mi corazón ante los demás, abrir mi corazón ser tan frágil para llorar y lo suficientemente fuerte para aceptar mis errores. Algo así se asemeja a lo que sentía, en aquel octubre, una liberación interior. 

Para mi ese octubre fue mi todo, y a su paso el resto de las cosas a mi alrededor cambiaron conmigo; empecé a tener gustos propios para mi, empecé a preocuparme por gente que era importante para mi, poco a poco sentí como me estaba volviendo alguien no un simple títere, algo mas, para alguien. Nunca olvidare todos esos grandiosos días al lado de ella, pero las cosas empezaron a cambiar en casa.

Al parecer mi madre consiguió un novio, y tuvimos ella y yo que pasarnos de casa, a mi la verdad no me importaba mucho, eran asuntos de ella, y seguiría en la misma escuela; al mudarnos, la casa era mas grande y contaba con muchas cualidades que me gustaba, una de ellas era una casa de dos pisos con una pequeña terraza, que por cierto no tenia una gran vista, en especial la odiaba, pero el resto era increíble, los recuerdos del patio eran muy borros, solo recuerdo un viejo perro y un gato que no me quería mucho. El muchacho vivía con sus padres, yo los consideraba como mis abuelos, pero los llamaba siempre con el prefijo de don/doña por respeto a su persona y era muy agradable pasar con ellos, tenían siempre pequeñas rutinas en el día, y mi favorita siempre fue que jugaban cartas en la noche, siempre me unía a la mesa solo para saber quien ganaba porque no sabia como se jugaba, y jugar con los frijoles, si...pues todas las noches el que ganaba tenia un frijol como un puntaje y yo me ponía a jugar con ellos sin saber que era al principio. Y aunque la casa fuera grande y espaciosa, no tenían cuartos para mi, solo era el de esos abuelos míos y el del novio, entonces, no se si lo tenían planeado pero en el cuarto del novio pusieron dos camas juntas pegadas y no me doy cuenta hasta ahora pero pudo ser muy incomodo si no hubiera sido un niño. Pero eso no es lo que verdaderamente importa, lo que sucedía es que poco a poco me fui encariñando con los de esa casa, los fui considerando mas una familia; como no tenia un padre y no tenia una imagen para saber como era, entonces viví con la idea de que nunca lo conocería y cada día del padre no sabia que podría hacer, no tenia a quien dar un obsequio o algún abrazo, mi padre en mi mente, nunca existió. Y fue cuando un día del padre en aquella casa por fin tendría algún sentido para mi, a ese novio lo quería considerar mi padre, a ese alguien que formara mi figura paterna de una ves por todas, y así fue, le di obsequios y por primera vez lo celebre como una persona normal. Y fui feliz, llore, sonreí y sin saberlo algo parecido a una nueva familia se formo y era muy agradable.

Las cosas en aquella casa eran diferentes, mis vacaciones fueron diferentes, me iba con mis abuelos de esa casa a un nuevo lugar, un nuevo rincón del planeta en donde las cosas circulaban de una manera distinta; puesto que solo iba con mis abuelos y con una prima... bueno la consideraba una prima pero no lo era, es parte de esa familia y nos hicimos muy conocidos, tanto, como para pasar nuestras vacaciones juntos, y fue así como nos fuimos acercando cada vez mas, mi prima era mayor pero las edades no eran muy diferente entonces no tuvimos muchos problemas para conocernos, al principio, siempre fui tímido pero que ella haya sido tan introvertida conmigo ayudo a todo.

El problema no era pasar tiempo con ella en nuestras vacaciones, el problema fue que siempre íbamos al mismo lugar por mucho tiempo, y las personas de ese pequeño pueblo empezaron a saber quien era de donde venia, y se fueron a acercarse nuevos niños para que jugara con ellos, era muy extraño para mi, nunca nadie me pedía eso, pero fue divertido pasar tiempo con esos niños y un día me dieron una cometa mis abuelos, y decidí ir con esas nuevas personas a probar la cometa, pero al llegar a la puerta de su casa me dio la sorpresa de que ellos estaban hablando de mi, y como todo niño curioso decidí escuchar un poco, y para mi sorpresa no fue algo muy agradable, ellos me buscaban todos los días por su propio beneficio, pensaban que como venia de la gran ciudad podría ser una persona de dinero, y solo querían salir victoriosos al estar junto  mi. Ese mismo día me fui lejos, aun mas lejos en ese sitio desolado, a un campo libre para volar la cometa, me prepare, empecé a correr y mientras la pequeña cometa daba sus vueltas en el cielo, yo estaba en la tierra desahogando mi llanto mientras corría por el campo; me vi a la mitad de ese gran campo donde nadie nunca llegaba sentado, cansado y adolorido, mis lagrimas no podían ser secadas con facilidad y mis ganas de volver a la pequeña casa de ese no eran muchas. 

Mi pequeña alma se había resquebrajado, esa fría soledad en medio del campo, sabiendo que las personas que consideraste alguna ves amigos fueron totalmente una farsa para ti. Sin darme cuenta las horas fueron posando y llego la noche, tenia que devolverme pero que diría al volver? En el camino devuelta, vi una silueta, alguien que venia corriendo hacia mi, me oculte entre todos los arboles y arbustos que tenia a mi alrededor, estaba asustado y con miedo, al pasar la persona frente mío mientras permanecía ocultado, hizo que me percatara de algo importante, la persona que venia por el camino era mi prima con gesto de preocupación, supuse que fue porque no llegué temprano, sin pensarlo salí de los arbustos corriendo a abrazarla con lagrimas desbordando mi cara. Ella me toma entre sus brazos y ambos llorando junto a la luz de un pequeño faro ella dijo "todo esta bien ahora, no volverás a estar solo nunca mas, volvamos juntos a casa" y tomados de las manos caminamos los kilómetros necesarios para volver a la casa; yo me fui directo a mi habitación que era la misma que compartía con ella, la habitación era pequeña, apenas cabían dos camas pero yo tenia miedo de dormir solo, pensaba que debajo de la cama habían insectos que me podrían hacer daño, entonces me pasaba al lado con ella, me calmaba en la noche para que durmiera bien, juntos hacíamos pequeñas y divertidas historias, era una gran persona, siempre fue amable y considerada, mis temores siempre se iban al estar con ella. Lo importante fue que esa noche al regresar ella me cuido como a ningún otro.

Pero las cosas no duran para siempre, nos tuvimos que devolver todos a nuestras casas nuevamente, al volver no le conté nada a mi madre de lo sucedido, y tampoco pregunto sobre las cosas que hice. Por otro lado me estaba emocionando volver a la escuela y estar con la única persona que puedo considerar tener una amistad, volvería con la persona que empecé a considerar mi mejor amiga.



Una Vida Sin SanaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora