VI

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Cuando subí al auto de Mei lo único que dije fue llevame a casa, y me dedique a cerrar los ojos para recordar todos los momentos que he pasado junto a mi hermanita cuando siento el auto detenerse salgo del auto y levanto la mirada quedándome asombrada.

— Mei te dije que me llevarás a casa—

— eso hice dulce tontita bienvenida a tu nueva casa, oh mejor dicho a la mansión Aihara ven conmigo para enseñartela—

— Mei agradezco que me quieras cuidar pero no hace falta que me traigas a tú " Mansión " —  cada paso que daba y lo que veía me asombrava hasta el punto de quedar con la boca abierta.

— Así que tú eres yuzu, soy Matsuri conocida de Mei, por cierto felicidades por su boda o como sea, yo tengo que irme a resolver unos problemas — 

— Hmm okay,  ¿Boda? — pregunta yuzu.

— yuzu no estoy de humor ahora así que mejor sube a tu habitación te cambias esa ropa que llevas puesto por algo que resalte tú bella figura y vas a mi Despacho —

(...)

Un largo pasillo frío, mi cabeza intentando prosesar lo que esta pasando.  Observo una habitación que tiene un pequeño letrero que dice yuzu, abro la puerta y wow... Era el sueño de cualquier mujer, después de todo hice lo que dijo Mei.

Una ducha muy relajante y un vestido que extrañamente me quedaba muy bien como si estuviera echo para mí.

Busque mi teléfono y le envié un mensaje a Kenia con el vestido con un texto que decía donde me encontraba.

Fui en busca de Mei, debo admitir que es una pésima anfitriona al no mostrarme la casa, pero mi intuición es muy buena así que no tarde en llegar al Despacho de Mei, cuando sus ojos me observaron con un aire de lujuria solo pude sonrojarme.

— No me equivoque contigo yuzu, eres más hermosa que cualquier otra mujer que haya visto, soy afortunada por tenerte como esposa —

that never Mei, mira me agradas pero no soy nada tuyo, además estoy con Kenia —  sentí los labios de Mei sobre los míos mientras sus manos apretaban mis muslos, con todas las fuerzas que pude la empuje haciendo que ella se acerque y empieze a reír —

—  Acaso no lo entiendes tontita omega, eres mía, ya firmaste los papeles la otra vez y vaya que fue facil hacerlo contigo llorando por tu hermana, escuchame yuzu. Nadie pero nadie nos podrá separar ni siquiera esa estúpida de Kenia porque adivina, si crees que ella es Rica pues yo tengo diez veces más que esa estúpida, ahora hazme una taza de café así como me gusta —

— eres idiota o acaso tienes mierda en tu cabeza, ok estuvo divertido tu juego pero adivina tengo trabajo mañana así que me voy — salí del despacho a la entrada principal intentando abrir, me voltee observando a Mei.

— no he sido clara yuzu, hazme una taza de café, no me digas que prefieres estar en ese trabajo que aquí —

— Abre la maldita puerta, yo jamas estaré contigo, eres igual o peor al resto de Alfas, tengo una relación con Kenia, dejame ir... — sentí un golpe en mi mejilla, ella me había dado un golpe  que me hizo perder el balance.

—  mira lo que provocas, yo no te quiero lastimar yuzu lo único que quiero hacer es protegerte del mundo egoísta, no vuelvas a mencionar a Kenia o te castigare —

Qué había pasado, Mei me estaba cargando y me dejó recostada en la cama acercando sus labios a mi mejilla pero apenas me tocaron hice un quejido pues dolía y mucho,  pude verla se molesto cuando me dolió así que salió y cuando volvió me entregó una pastilla dejándome sola.


Tú  Amor Es Mi Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora