1. Estoy embarazada

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1 mes y 2 semanas más tarde...

Mamá nunca fue una madre exigente ni estricta. Mamá nunca me dijo "No pierdas tu virginidad antes de los dieciocho", "No bebas, no fumes, no te drogues". Ella sabía que era mejor no esperar mucho de mí. Los adolescentes más rebeldes son los que detrás de sus orejas tienen a sus padres gritando qué hacer y qué no —no todos—, así que mi madre jamás fue una de esas, por lo tanto yo no le salí rebelde y desastrosa.

Mi madre tampoco me dijo "Debes casarte antes de formar una familia" o "No puedes tener un hijo con alguien antes o fuera del matrimonio". Pero sí me dijo "Nunca tengas un hijo con alguien fuera de un romance". Era su manera de decirme "Cuídate" o "No cometas el mismo error que yo". O al menos eso me decía hasta hace un par de años, antes de que yo misma me enterara que eso no podía ser posible para mí.

Mamá me había tenido a mi fuera de un romance. No me veía como un error en su vida. El error para ella fue dejarse llevar por sus sentimientos e intentar estar con mi padre, existiendo yo. Estuvieron juntos hasta que yo cumplí dos años, pero luego mi padre me abandonó por querer alejarse de mi madre.

Jamás culpé a mi madre, pero tampoco le hice saber que estaba mal por no tener un padre. O por no tenerlo específicamente a él, al biológico. Así que para mí no hacía falta que mi madre me dijera que si me embarazaba de un desconocido, no intente unirme románticamente con él.

Si me imaginaba la situación, pensaba en un desconocido al que no querría volver a ver.

Pero nunca pensé en embarazarme de uno.

Pero aquí estaba, mirando el tercer test, aún sin poder creérmelo.

Las lágrimas comenzaron a salir incontrolablemente. Sollocé. Ni siquiera sabía qué pasaba por mi mente, cómo me sentía al respecto. Solo tenía ganas de llorar.

Pensé en las últimas semanas. Era obvio. Lo sabía de algún modo, solo que no lo quería creer. Apenas me había recibido con veinticuatro años y había tenido la suerte de conseguir trabajo rápidamente de lo que tanto me gustó, de lo que tanto esfuerzo le había puesto durante cinco años y tanto quise. Todo estaba saliendo como yo quería y alargué este preciso momento. No podía ser posible, pero lo estaba siendo.

Tocaron la puerta del baño. Mamá. Llevaba bastante tiempo metida en el baño, obviamente se preocuparía.

Sí, vivía con mi madre a mis veinticuatro años y no era algo de lo que me avergonzara.

—Hija ¿Está todo en orden?

Rápidamente agarré los test y los guardé en sus respectivas cajas.

—Sí, mamá... sólo estoy... —lo pensé por un momento— descompuesta. En un momento salgo.

—Bieeeen.

Lavé mi rostro rápidamente y me miré al espejo varias veces hasta asegurarme de que no se notara que había estado llorando.

Los ojos me picaron unos segundos, pero contuve las lágrimas. Respiré hondo por la nariz y exhale por la boca.

Estuve a punto de salir pero me detuve.

No mentía muy a menudo, pero si mentía... lo hacía bien. Así que me dirigí al váter y tiré la cadena. Luego tire aromatizador de ambiente.

Perfecto, creíble.

Otra vez estuve a punto de salir hasta que me di cuenta de que estaba olvidando las cajas. Qué estúpida. Las tomé con manos temblorosas y escondí mis manos detrás de mi espalda. Respiré hondo y exhalé en un suspiro por última vez antes de finalmente salir.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2021 ⏰

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