Esta historia de trata de unos gemelos llegando a la academía Hellmort, dónde pasaran una vida muy complicada abriendo sus ojos a un mundo donde no todo se puede, pero si se puede ser felíz. Acompaña a los protagonistas Marilyn y Henry, un par de jó...
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La tetera sonaba como campana de recreo escolar mientras que Neria, una de las sirvientas, acomodaba las tazas con sus platos relucientes sobre la mesa. Oscar, el mayordomo real, se encargó de servirles el té a la familia. Una de las otras sirvientas empezó a traer los pasteles con galletas de todo tipo para el desayuno. Las hermosas cortinas gigantes se abrieron dando paso a la luminosa luz del día con sus encantadores tonos brillantes hacia el salón. El rey William se sentó en su lugar de siempre, la gran silla del final de la mesa. Acomodando su diario, decidió ver que novedades había para el día de hoy. Mientras que la reina, Alicia, se acomodaba las perlas que le había heredado su querida Abuela Petunia cuando era una niña aún.
-Marta, aún no despertaste a los niños? se les hará tarde para su sorpresivo viaje- dijo la reina Alicia preocupada con una mirada un poco enfadada.
-Si su Majestad, de hecho, acaba de ir Roseta para ver si ya están vestidos para su día- dijo de forma pacífica.
-Está bien, y por favor encargaté de preparar mi agenda para hoy, el duque German vendrá esta tarde para preparar la ceremonia con su Esposa. Asegúrate de que la lista de aperitivos esté lista.-Avisó.
-Si su majestad, con permiso.-dijo retirándose.
Por otro lado, la sirvienta Roseta llegaba a la habitación de la Señorita Marilyn, mientras los ruidos de sus zapatos resonaban por el pasillo, prosiguió a tocar las altas y elegantes puertas de ese cuarto en silencio, dando minis golpecitos:
-Disculpe, señorita Marilyn? su madre, su majestad, dice que ya debe levantarse y arreglarse antes de ir. Su equipaje ya está listo.-Y al terminar de decir eso se retiró de la puerta dejando a una Marilyn somnolienta.
Después de unos minutos Marilyn decidió levantarse y empezar a prepararse, podría irle bien en la nueva escuela pensó, tal vez consiga una pareja, haga nuevas amistades o tenga una gran aventura, quien sabe. Pensar todo esto solo la animó e hizo que su tristeza se vaya sin darse cuenta, hasta que un nuevo pensamiento agradable le pasó por la cabeza, haciendo que sus ojos se iluminan con un brillo esperanzador:
-y si... ir a ahí es un cuento de hadas? MI cuento de hadas? Tal vez abran puertas para mi y mi futuro, haré amistades con las princesas de mejor rango, me haré popular entre los caballeros, nobles, duques, marqueses, etc!, hasta que encuentre al príncipe de mis sueños y tendré mi final feliz!-
Qué jovencita tan soñadora, es realmente adorable, qué pena, no sabe lo que le espera.
La sirvienta fue a revisar a ver si Henry ya estaría listo como todas las mañanas, y si, si lo estaba, Henry se encontraba en el pasillo de los espejos de cristal (que él mismo había ordenado que preparen)viendo su reflejo con mucho amor y sintiéndose muy guapo estaba el día de hoy, bueno como todos los días, según él.
Cuando ambos estaban listos, fueron a desayunar con sus padres, los reyes, por última vez(por ahora), la mesa larga hasta el fondo del salón estaba repleta de platillos deliciosos; Pasteles, cupcakes, panes recién horneados, galletas de todo tipo, masitas secas y otros aperitivos sabrosos. Todos se sentaron y tomaron sus tés en silencio, pero no un silencio frío o incómodo, todo lo contrario, era lindo y relajante, bastante cómodo para decir verdad, aunque a veces se miraban entre sí dando algunas pequeñas risas o caras graciosas. Al rato de terminar, los padres hablaron
