IX

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Sasuke uchiha

Me costó mucho despedirme de Sakura por la mañana, no quería dejarla sola, después de lo que había pasado siempre dedique a estar a su lado, gracias a dios ella no recordaba nada y la verdad es que no quería que lo que hiciera, ver a mi hermano encima suyo comportándose como un maldito animal me tenía furioso.

Me cegué por la ira en esos instantes torturé a mi hermano por varios días, incluso quise arrancarles las manos por tocar de esa manera a Sakura, pero me contuve, pero él seguía negando lo sucedido, repitiéndome una y otra vez que no tenía idea de que droga le hablaba, quedándose en shock, incluso me hizo pensar por un segundo que realmente no sabía de lo que estaba hablando.

Quería mostrarle la forma en la que le hacía daño a Sakura, pero las grabaciones de ese día habían desaparecido misteriosamente, mis sospechas contra de él eran más fuertes ya que él es un experto en informática, fácilmente pudo preparar todo para eliminarlo.

No sabía que creer, dude que fuera una trampa, ya que quien se tomaría el tiempo para tanta planeación y sobre todo con qué fin.

Hice de todo para no torturarme con las imágenes de ese desagradable día, le pedí a mis guardias que alejaran a Karin de la mansión, no quería tener a nadie, solo deseaba estar con Sakura, rogando cada día que no recordara nada, todos en la mansión tenían prohibido mencionarlo, y sobre todo hablar o mencionar algún tema sobre mi hermano.

Karin en repetidas veces me llamaba o me mandaba mensajes con fotos de ella en poca ropa, provocándome para que fuera hasta su apartamento para follarmela, no tenía cabeza para eso, solo en mi mente estaba en cuidar y proteger a Sakura, no había espacio para cosas tan triviales.

- Mi señor, Kakuzu ya ha llegado – Me indica mi guardia de cabellos naranjas, logrando sacarme de mis pensamientos.

- Bien – Respondo a secas y entro en el edificio indicado para nuestra reunión.

El lugar estaba completamente rodeado por mis agentes ya que era una reunión de suma importancia, subo por el elevador hasta el noveno piso, donde me esperaba mi informante, camine por aquel pasillo hasta llegar a la pequeña oficina que había en ese lugar, al entrar se encontraba Kakuzu esperándome sentado sobre un sillón individual de cuero blanco.
- Mi señor – Se pone de pie y me recibe con una reverencia.

- Basta de formalidades, ¿Qué es lo que tienes para mí? – Camino hasta el ventanal y miro detenidamente a través de ella.

- Jiraiya está invadiendo nuestro territorio en Rusia, y esta es la mercancía – Escucho como deja un paquete en la mesa que se encontraba frente a él, me giro saco mi navaja del bolsillo lo rasgo un poco e inhalo, hago una expresión de dolor agitando un poco mi cabeza.

- ¿Qué es esta mierda? Es de pésima calidad – Arrojo el paquete molesto.

- Es la mercancía que Jiraiya reparte a los pequeños comerciantes diciendo que es de nosotros –

- Ese maldito hijo de perra, si nuestro proveedor de Rusia se entera de esto nuestro trato terminara, ¿Como diablos se atrevió a algo así?  – Digo furioso.

- Al parecer su amante le dio esa idea, pero no he podido averiguar quién es, ya que Jiraiya hace que sus agentes no tengan contacto con ella, ni mucho menos yo que soy su guardaespaldas –

- ¡¡¡Maldita mujer!!! Averigua quien es, por ahora esa es tu prioridad, yo me encargo del resto – Doy un fuerte puñetazo en la pared.

- Si mi señor –

- Regresa con Jiraiya, no debe sospechar de ti, mantenme informado de cada uno de sus movimientos – Doy la media vuelta y me dirijo hacia la puerta de salida.

Եհҽ ʍɑƒíɑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora