Mi excitante vida

Comienzan los problemas

Luego de unos días de mucha locura, pude estar tranquilo y descansar un poco, o al menos eso pensé. Al ir a mi trabajo me encuentro con una compañera llamada Andreína que conocía desde hace un tiempo. Ese día fue con una falda corta que dejaba ver sus piernas bien torneadas y duras. La saludé y me dijo que hoy trabajaríamos juntos en un informe que nos pidió el jefe. Fuimos a un salón a trabajar y allí me pregunta:

-¿Qué te parece mi falda Max?

- Te queda hermosa, la verdad muy linda y resalta muy bien tus piernas.

- Te lo agradezco mucho

Sonrió y me habló de unas ideas para el informe y trabajamos así durante unas dos horas. Luego de eso le dije que iría al baño ya que nos quedaba todavía una parte del final y quería pararme un rato. Es ahí cuando voy y decido ver si esto sigue funcionando con otras chicas, me masturbo un poco hasta que se moje mi pene y al regresar toqué su mano con mi líquido diciendole que tenía algo y al acercarse se empezó a sentir extraña:

- No se por qué, pero me estoy sintiendo excitada.

Fue entonces que saque mi pene que estaba duro y le dije:

- Creo que es por esto

Lo olió todavía más y me dijo:

- ¿Nos desestrezamos un poco?

Entonces ella comenzó a chupar fuerte mi pene, comiendolo con todo y usando su lengua en mi glande que me excitaba todavía más. Lo bueno del salón en que estábamos es que únicamente teníamos acceso los que estábamos dentro por lo que no nos descubrirían. Después de chuparme mi pene sentó en mis piernas y nos comenzamos a besar, movíamos nuestras lenguas como locos y nos comimos los labios hasta el punto en que estábamos rojos como tomates. Ella se desnudó para mí y me dijo:

- Tenías antojo de este cuerpo cierto? Pues te lo doy a cambio de que me quites estas ganas.

Su cuerpo en fotos y desnudo eran dos mundos, si ya en fotos se veía rica, en persona era mejor, tetas pequeñas y duras, abdomen bien marcado y culo duro y unas piernas que son la envidia de cualquiera y un color blanco de piel que excita a cualquiera. Sus ojos eran verdes y tenía una enorme sonrisa y una melena castaña clara. Se acostó en la mesa y abrí sus piernas y comencé a comer toda su vagina rosada. Se mojaba a medida que lamía y su sabor era indescriptible, pero delicioso. Le agarré sus tetas y gemía demasiado rico. Me puse tan duro que me dispuse a penetrarla y cuando lo entré sentí su vagina apretada y me dijo:

- ¡Se siente tan rico! Siento tu pene dentro se mi, pareciera que va a explotar en cualquier momento ¡Ahhhhhhh!

- Me pones durísimo pero no gritemos mucho aquí y sigamos disfrutando.

Sentía mi pene duro como roca dentro de ella y nos miramos y sabríamos que no aguantaríamos, entonces nos besamos con lengua y todo mientras para no hacer ruido. Le agarré su culo y era toda una ricura. Su vagina se mojaba cada vez más, podía sentirla y las venas de mi pene querian venirse dentro de ella.

Después de un rato era momento de correrme y le dije:

- Me correré dentro de ti y te llenaré con todo mi semen.

- ¡No lo hagas! Me quedaría embarazada.

- No pasará tranquila.

- Estoy tan caliente que ya ni me importa realmente ¡Córrete mucho dentro!

- Tienes un cuerpo hermoso, rico y tus piernas son una delicia.

- Te gustan las piernas eh, no paras de hablar de ellas ¿Por qué?

- Se le ven tan sexys a una chica, sobre todo cuando se ponen faldas que dejan ver los muslos o medias de liga y latex.

- Eres todo un pervertido, ¡Dame tu leche adentro entonces!

Me corrí dentro de ella y sentí como la llenaba con mi leche, pero al sacar mi pene estaba muy caído ya y Andreína me dijo:

- No te culpo, mi vagina chorrea un montón de leche ¡Tu leche!

Ella sonreía mucho y me besó de nuevo y aunque eso hubiera bastado para parar mi pene no fue así. Nos pusimos nuestra ropa y decidimos dejar el informe para terminar mañana. Me empecé a preocupar de que no tuviese más leche para tener sexo con chicas, entonces comencé a buscar más información sobre lo que se me inyectó en casa y encontre algo increíble.