Ziensos (Wigetta)

El Comienzo

Capítulo 1

El gran día había llegado. Guillermo estaba listo para una de las decisiones más importantes de su vida. Con tan solo 13 años, este talentoso chico logró ser elegido para permanecer a una de las agencias más importantes del mundo. Aunque parezca imposible, Guillermo Díaz fue elegido de millones de personas en todo el mundo para poder ser educado y entrenado sobre el arte de su elemento. Su madre es experta en este arte así que Guillermo aprendió varios trucos sobre esto, es por eso que la agencia lo escogió, ya que observaron que tiene un gran potencial y podría ser de mucha ayuda.

Guille traía puesto una camisa blanca, unos pantalones oscuros y unos zapatos negros. Tenía el cabello bien peinado gracias a su madre y venía perfectamente preparado gracias a su padre. Este era de los momentos más importantes de su vida y obviamente no iba presentarse en fachadas. Su madre ya tenía los ojos hinchados de tanta felicidad y al mismo tiempo tristeza, le dio un pequeño beso en la frente al pequeño muchacho y volvió a mirarlo. Ese perfecto niño con las mejillas rosadas y los pequeños ojos color marrón que se enchinaban cada vez que mostraba su encantadora sonrisa. Su madre sonrío y lo abrazo con todas sus fuerzas ya que podría ser la última vez que lo viera.

-Muchas suerte Hijo.- Fue lo último que pudo escuchar después de que cruzara la puerta donde se encontraba el comienzo de una inmensa aventura.

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Su padre estaba tan orgulloso al igual que el mismo. Había llegado el momento en que todas las enseñanzas y entrenamiento que brindo el padre de Samuel a su hijo soltaran frutos. La razón de esto es que después de tanto tiempo Samuel por fin podrá convertirse en algo como su familia. La familia De Luque está compuesto por grandes agentes de la historia y en unos minutos su hijo tendrá la posibilidad de lograr lo mismo. Aunque el pequeño chico de 13 años estuviera nervioso hasta las puntas, él estaba decidido y dispuesto a hacer lo posible para que el apellido De Luque siga en la cima.

Samuel llevaba una camisa morada, unos pantalones de mezclilla oscuros y unos tenis negros. Venía bien peinado con una pulsera puesta de cuero que le había regalado su madre antes de morir. El pequeño chico no solo hacía esto por su padre, si no, también le había jurado a su madre que se convertiría en un gran guerrero solo por ella. La Señora De Luque había fallecido cuando Samuel tenía tan solo nueve años y desde ese entonces el muchacho nunca ha vuelto a ser el de antes.

Abrazo a su padre tan fuerte como pudo y se abrió paso hacia lo que ahora podría ser una de las oportunidades más grandes de su vida o en los casos más desafortunados, su muerte. Pero él estaba dispuesto a hacer lo posible por regresar a su hogar victorioso.

Se acercó muy despacio a la perilla de la puerta y la abrió. Lo que vio fue justamente como se lo habían contado. Era una gran plataforma en forma de círculo, alrededor se encontraban los asientos con todos los afortunados que ya habían conseguido y elegido su elemento. A su lado derecho se encontraba el presidente de la A.I.E. (Agencia Internacional de Elementos), el general de la E.I.M. (Escuela Internacional Militar) y el Represéntate del planeta. Los elegidos estaban divididos en grupos, cada uno con su respectivo elemento. Primero estaban los fuertes guerreros del fuego, seguidos de estos estaban los gentiles elementos del viento, a un lado los astutos compañeros del rayo, después los pasivos chicos de hielo y finalmente los audaces alumnos del agua.

Samuel aún no estaba seguro de que elemento le tocaría, pero aún tenía tiempo para pensar ya que otro niño había entrado antes que él y ya se encontraba arriba de la plataforma donde estaban los elementos. Para Samuel le parecía un chico normal, con los ojos más hinchados de lo normal pero a Samuel verdaderamente no le importaba, lo que él no sabía es que ese niño cambiaría su vida para siempre.

Samuel noto que el chico estaba más rojo que un tomate y temblaba como si de un temblor se tratase. Estaba dando vueltas observando cada elemento que se encontraban alrededor de el y lo único que se escuchaba en todo el auditorio eran los pasos de aquel niño. Samuel comenzaba a desesperarse ya que el chico no se apuraba, pero no podía culparlo, sabía que él se encontraría en la misma situación en unos minutos.

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Guillermo no estaba tan listo como se lo había dicho a su madre ya bastantes veces. Aún seguía pensando que pasaría cuando cruzara la puerta, pero para su mala suerte, ya la había cruzado. Estaba de pie frente a la plataforma mirando a un punto hacia la nada. No sabía qué hacer ni cómo reaccionar hasta que dio unos pocos pasos hacia la plataforma. Camino cuidadosamente mirando cada elemento fijamente, sabía que tenía que concentrarse para que su corazón y su cerebro lo guiasen, por alguna extraña razón no se podía concentrar y el responsable de esa extraña razón era el chico que seguía esperando a que Guillermo a que acabara. Guillermo volteo a todos lados hasta encontrar al chico desconocido que lo seguía mirando, lo miro fijamente hasta que por fin el extraño desvió su mirada hacia otro lado.

Guillermo por fin se pudo concentrar y logro poder conectarse con su cuerpo, algo que solo este tipo de personas saben hacer. Pronto pudo sentir como su inconsciente lo empezó a mover a una de las pequeñas columnas donde se encontraba el elemento más audaz de todos, el agua. Camino lentamente hasta que hizo contacto con el agua que se encontraba en un recipiente. Al momento del más mínimo toque las habilidades, los poderes y todas las enseñanzas relacionadas con el agua ya se habían infiltrado en Guillermo. El chico fue rodeado por un espiral de agua hasta ser levantado, en esos momentos el solo podía sentir frescura y protección. De pronto sintió como se descargaba un nuevo poder, algo bastante fuerte que casi no podía resistir. Pego un gran grito ahogado hasta que logro aguantar y dejo que todo se infiltrara en el dejándolo rendido en el suelo. Toda la multitud se quedó impactada, eso no era para nada normal. Aunque Guillermo pensaba que era parte del proceso, en realidad eso no había pasado nunca. Se creía que solo era una especie de mito, una historia para divertir a los niños, una simple ficción, pero en esos momentos se volvió realidad, El Gran Zienso Elementar del Agua había llegado.

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Samuel estaba confundido. Había observado como toda la multitud miraba perpleja al chico que había obtenido el elemento del agua. Para el le parecía lo más normal del mundo, mientras que todo el mundo pareciera como si hubieran visto lo imposible, aunque en parte era cierto.

El pequeño chico de la camisa morada tenía bastante curiosidad acerca de lo ocurrido, pero en esos momentos ya no tendría tiempo para pensar, el chico que acababa de hacer lo imposible ya había bajado de la plataforma y era turno de Samuel.

Respiro hondo y subió a la plataforma. Notaba como toda la gente lo miraba cuidadosamente aunque en realidad, todavía una parte miraban perplejos al niño que finalmente se había sentado en la sección del agua. Samuel estaba demasiado nervioso, le sudaban las manos y no dejaba de temblar, pues con una multitud tan grande ¿Quién no se pondría nervioso? Camino al igual que el chico anterior cuidadosamente alrededor de los elementos. A diferencia de los demás, a Samuel se le hacía fácil conectarse con su alma, así que lo hizo rápidamente. Se dio cuenta que se dirigía al elemento de la fortaleza, el fuego, que al darse cuenta mostro una amplia sonrisa y finalmente lo toco. El poder, la adrenalina y la fuerza que el chico sentía en esos momentos eran extraordinarios. Pudo sentir como su cuerpo se llenaba de calor y se hacía más fuerte. Poco tiempo después se dio cuenta que era demasiado poder para que lo soportara y por las historias que le había contado su padre sabía que no era normal. Trato de controlarlo pero no pudo, ahora lo único que podía hacer era aguantar. Tantas llamas en su cuerpo lo hicieron pegar un fuerte grito hasta que quedara casi al igual que el chico del agua.

Cuando terminó todo, dio un largo suspiro mientras respiraba con dificultad. La multitud se quedó callada hasta que el representante de la humanidad hablo.

-¡Dos de Los Zienzos Elementares han llegado!-

Después de eso toda la gente comenzó a gritar y celebrar. Un grupo cargaba a Guillermo, mientras que otro cargaba a Samuel. Ambos se dirigían a la salida pero cuando estuvieron a metros cerca del uno al otro, ambos recibieron una gran descarga como si fuera una fuerza magnética. Esto significaba que ningún de los dos podía estar junto al otro. Ambos son Ziensos pero son completamente opuestos y con toda la fuerza que tienen, la naturaleza no les permite estar juntos.

Los dos nuevo alumnos se miraron mutuamente y continuaron su camino.

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Diganme si les gusto, esta es mi pimera novela larga y que le dedico mucho tiempo <3 Espero que si les haya gustado.