Capítulo 1: Ideas Brillantes

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Querido diario:

Parecía una idea tan buena en ese momento... ¿Cómo me las arreglo para meterme en estas cosas? Honestamente!

Quiero decir, comenzó como algo bastante simple, bueno, tan simple como ofrecerse a besar a tu mejor amigo. Y no es cómo suena, o cómo lo hago sonar, es decir, es mucho más complicado que eso... O no? (suspira) 

Quizás debería empezar desde el principio.

Verás, fue hace unas dos semanas cuando comenzó todo este lío. Harry y yo habíamos terminado de repasar los planes para la próxima Reunión de Prefectos más tarde de lo esperado. Entonces, para cuando dejamos la Sala de los Menesteres y regresamos al dormitorio, todos los demás acababan de terminar sus estudios y se habían ido a la cama. Sin embargo, dado que aún teníamos que comenzar con nuestra tarea para el próximo día de clases, nos quedamos sentados en la Sala Común estudiando, bueno, reformulemos eso. Yo estaba estaba estudiando mientras Harry estaba mirando su libro con una mirada ausente que a menudo tiene cuando su mente está en otra cosa que no sea el texto que tiene frente a él (generalmente Quidditch)...

-Hermione- dijo Harry finalmente renunciando a la pretensión de estudiar.

-Hum- respondí, completamente absorta en el capítulo treinta y siete.

Después de un minuto de silencio continuo me di cuenta de que Harry estaba esperando que yo realmente le prestara atención, así que finalmente levanté la vista de mi libro 'La perdición de Runas: Una lección de historia'. Al ver la cara de mi mejor amigo, instantáneamente me preocupé y me aseguré de brindarle toda mi atención.

Harry me estaba mirando ansiosamente, sus ojos verdes mostraban signos reveladores de preocupación, su cabello estaba increíblemente más despeinado que de costumbre y estaba jugueteando con las páginas de su libro.

-¿Harry?- pregunté suavemente, con expresión preocupada. -¿Está todo bien?-

Harry abrió la boca para responder y la cerró como si se lo hubiera pensado mejor. Le di una mirada impaciente mientras me inclinaba hacia adelante y ponía mi libro sobre la mesa.

-Harry, ¿Qué es?

Vaciló brevemente.-Nada, todo está bien- chilló, luego volvió a mirar su libro.

Dando un suspiro de irritación, recogí una pluma del brazo de mi silla y se la arrojé, Harry miró hacia arriba con una expresión de descontento. -¿Por qué fue eso?

Arqueé una ceja y le di una mirada inquisidora antes de responder. -Sabes porqué- le respondí verbalmente, -¿Cuál es el problema Harry?-

Continuó mirándome sin responder, así que colocando mis hombros le di mi mirada más decidida. Ya sabes, el que dice: "Deberías darte por vencido, porque no descansaré hasta que me digas qué te pasa". Cuando dio un suspiro de tristeza, puse los ojos en blanco.

-Oh, vamos Harry, ¿desde cuándo eres tan melodramático? Pensé que este tipo de comportamiento estaba reservado para Ron-. Él frunció el ceño; Sonreí. -Deberías parar de una vez, sabes que quieres decírmelo, de lo contrario no me estarías mirando ahora como si alguien hubiera robado tu escoba-.

Cuando frunció el ceño, supe que era solo cuestión de tiempo antes de que finalmente se quebrara. Si hubiera sabido lo que iba a decir y adónde llevaría todo eso, querido diario, déjame decirte que habría estado haciendo otra cosa además de reajustarme en el lujoso sillón y sonreírle. Si lo hubiera sabido, no habría presionado a Harry para que me lo dijera, sino que habría ido directamente a la cama. Pero no lo sabía, así que me pilló completamente desprevenida con su respuesta, y esa falta de conciencia es a lo que culpo por mi absurdo error de juicio.

Harry Potter y las Crónicas del BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora