VI ✫

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La idea de un viernes por la noche, para la mayoría de las personas de su edad, era beber hasta perder la conciencia, bailar con tanta gente fuera posible en una apretada pista de baile donde el sudor ajeno se pegue al propio y terminar en cama de alguien a quien acabas de conocer.

Pero para Chan, aún en sus veinticinco años, era mucho más  divertido pasar la noche de un sábado bajo una casita de mantas, viendo por nonagésima vez "La Cenicienta", con su hija recostada entre sus piernas, comiendo helado de Chocochips.

Esa noche podrían dormir hasta tarde, podrían comer postre en la cena y vestir su pijama iguales con dibujos de Rilakkuma, porque es cumpleaños de HyeWon.

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Las puertas del estudio Pulse se abren dejando entrar al joven de cabello castaño y saco a cuadros, que ocasionalmente llega por esos rumbos a altas horas de la noche, siempre en busca de cierto bailarín.

Minho recibió un mensaje es tarde de parte de su mejor amigo pidiendo verlo en el estudio al terminar su práctica, cosa que no sucedería hasta dos horas después de la llegada del profesor, porque conoce lo suficientemente bien a Choi San y su obstinada personalidad de seguir ensayando aunque su cuerpo le grite clemencia.

Afortunadamente, no se queda solo y su novio siempre le obliga a salir de ahí, aunque no es nada sencillo porque una más, Woo, juro que es la última y así, Minho y WooYoung se hicieron buenos amigos, esperando que San estuviera medianamente satisfecho con su coreografía.

No es de sorprenderse que el salón III sea el único con las luces encendidas a esa hora de la noche. San está practicando para la audición de DREAMCATCHER en busca de nuevos bailarines de apoyo y no hay poder humano en la tierra que lo despegue de ese suelo de madrea hasta que o se le rompa las piernas o le corten la electricidad.

Minho entra con su mochila al hombro, saludando en silencio al chico de cabello oscuro sentado en la esquina del salón, observando a su novio bailar.

—Hola Min—. El pelinegro se acomoda la gorra y parte de su flequillo cae, formando un "," en su frente que Minho mira por quizás, demasiado tiempo. —Uh... ¿Minho?

El profesor espabila y zarandea su cabecita a los lados varias veces. —Perdona, me acordé de alguien ¿Cómo estás? 

—Ah, Minho-ah, no puedes mentirme—. WooYoung se sienta con las piernas abiertas al compás y sus talones juntos, en posición mariposa. —¿En quién pensabas, hm?

Minho se ríe nervioso, muy nervioso, tratando de esquivar la mirada curiosa de su amigo sobre sus gestos. Sacude el aire con un manotazo tratando de restarle importancia a lo que oculta hasta de sí mismo. —Es sólo, tu cabello, me es familiar ya sabes... Está de moda o algo así.

—¡Mierda!

Ambos chicos voltean hasta donde San acaba de maldecir en su idioma natal, pateando fuertemente el suelo de madera que rechina al derrapar la suela de goma de sus tenis. Antes de que siga en su rabieta, el joven coreógrafo sujeta por los hombros a su novio, a la vez que le susurra que es hora de descansar, acariciando su cabello negro.

—San Hyung...—. Minho se aproxima hasta el bailarín, palmeando su espalda. —Debemos irnos, ya has hecho todo por hoy.

Resignado y claramente frustrado, San asiente y deja caer su cabeza en el hombro de su novio, refunfuñando que puede haber hecho otro ensayo, pero malditas piernas camino a la puerta de salida.

—¿Por qué no le dices a Lee para que lo has citado, eh?—. Detrás del mayor, WooYoung rodea los hombros del bailarín, caminando empalagosamente a un lado del profesor.

Un novio para papá ꒱Banghino/ChanHo♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora