Prologo.

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Niall Horan, hijo de Bobby Horan, sirviente del duque de Bedford, mira por la ventana a la que será su casa

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Niall Horan, hijo de Bobby Horan, sirviente del duque de Bedford, mira por la ventana a la que será su casa. Es enorme, como un castillo, pero todo lo enorme a él le parece como un castillo porque no es muy alto. Greg, que tiene doce ahora, no está tan impresionado.

Bueno, si, tal vez un poco, pero no lo va a decir porque sino Niall puede emocionarse demasiado y no sabe como los van a recibir todos.

Greg sabe que su padre no es el dueño de esa enorme casa-castillo-lo-que-sea, pero Niall no, así que si él comienza a emocionarse, Niall también lo hará y comenzara a gritar y a saltar y a saludar a todos y a correr por todos lados y eso no es bueno. Al menos que los dueños de esa cosa fueran amigables. Si asi son, Niall puede emocionarse todo lo que quiera porque él es una maldita cosa tierna.

—¿Aquí viviremos ahora?—pregunta Niall, sonrojado y con los ojos brillantes y Greg se tuerce de ternura—. ¿Aquí vive papá?

Greg lo mira unos segundos. Si le dice que si, Niall saltaría de felicidad; si le dice que no, Niall saltaría, también...

—Creo que si.—Es mejor dejarlo en algo intermedio.

Niall deja salir un Whoa de emoción y vuelve a mirar a la ventana. Ese castillo es gigante. Se va a perder en esa cosa. 

La puerta del taxi se abre de repente y Niall se agarra de Greg para no caer, pero ambos caen al piso, sorprendiendo a un hombre alto, de nariz enorme y cabello gris. Sus ojos los tiene un poco cerrados y Niall, sacudiéndose la grava de los pantalones, lo mira atentamente. Sonríe entonces, porque le agrada su nariz; es como un pequeño resvalin. 

El señor le sonríe también, y luego se inclina para tomarle la mano. Lo mismo hace con Greg y él se ve un poco reacio a hacerlo, pero lo hace de todos modos. Los lleva a la puerta del castillo, donde otro grupo los espera. Hay cuatro personas con ropa sin pelusas ni arrugas y otras cuatro con ropas negras y blancas. 

Niall pega un salto y corre a uno de los hombres con ropas negras y blancas y le abraza la pierna fuertemente. —¡Papá!—grita, aun mas sonrojado y sus ojos aun mas brillantes y mas azules.

Bobby se inclina y lo abraza a él y luego a Greg, que se ha tomado su tiempo para llegar junto a ellos. Los aprieta, estruja y los besa mucho, porque diablos, cuanto los ha extrañado. Su felicidad es enorme, pero debe presentárselos a la gente que le ha permitido traerlos, así que se separa de ellos, sonriendo ampliamente. Entonces se levanta, cargando a Niall y tomando la mano de Greg, que esta totalmente incomodo con todo ese amor. Niall, curioso, mira a la gente de ropa estirada y sin saber como tratarlos, dice: —Hola, me llamo Niall ¿como se llaman ustedes?

Una chica adolescente lo mira con un poco de risa, la mujer hace una mueca, el hombre sonríe ampliamente y una niña, que esta junto a la adolescente, da un brinco y aplaude entusiasmada: —Yo soy Claire—dice la niña, y luego mira a los demás, preguntándose porque ellos no contestan.

Entonces el hombre de ropa estirada suelta una carcajada y sacude el perfecto cabello de Claire y luego le aprieta la pequeña mano a Niall, encantado por su audacia. —Soy George Russell, Niall. Ella es mi esposa, Monique Russell. Mi segunda hija, Elizabeth Russell y la pequeña aquí, Claire,  ya acaba de presentarse.

Greg mira a todos y se da cuenta de que no son tan malos. Bueno, la mujer puede lucir realmente mala, pero quizás caiga ante los encantos de Niall. Y a Greg se le ocurre algo, mientras la mira. —¿Vamos a vivir aquí, papa?—pregunta, como niño desamparado que no tiene hogar.

—Por supuesto que si—contesta el señor Russell en vez de Bobby, con una sonrisa enorme en sus labios.

Y con eso detona Niall. Él salta de los brazos de su padre y comienza a gritar «¡Si!» emocionado mientras corre con los brazos abiertos alrededor de todos. Después se detiene y comienza a dar saltos, tarareando una canción de la victoria que siempre cambia de letra y luego hace el baile —Greg se siente un poco culpable de habérselo enseñado, Niall lo hace un poco mal. Pero esta funcionando, la mujer sonríe cada vez mas, hasta que una risita estúpida se sale de sus labios y con los ojos entrecerrados, invita a todos a pasar.

Niall quizás podía quebrantar la rectitud de algunas personas.

Y definitivamente quebraría un montón de reglas.



Once upon a time; n.h auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora