«Amigas»

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El salón de té principal está lleno de mujeres y niñas, todas vestidas con elegancia y finura, acorde al ambiente que ofrece estar tomando el té en un enorme castillo en medio de un campo. Un pequeño grupo de niñas, cuatro de ellas para precisar, charla sobre que peinado seria el mas correcto para cada muñeca en sus regazos.

Marie Anne, una pequeña morena de ojos pardos, sugiere que el mejor peinado para la muñeca de Claire es una media cola. 

—No—dijo una pequeña rubia de lentes—, una media cola es demasiado vulgar para la hermana de la reina.

A pesar de que el señor Russell es un duque, su título sólo era eso, un título. Lo había heredado, por su puesto, pero la relación de sangre que tiene con la familia real es la mínima, por lo que heredar la corona es prácticamente imposible. No obstante, a las amigas de Claire, niñas adineradas y un poco mucho bastante mimadas, les gusta pensar que Claire hija de la hermana de la reina Elizabeth II, a pesar de que la madre de Claire ni siquiera es la heredera.

Claire, a pesar de que es adinerada y la menor de tres hermanos, no piensa de la misma manera. Ella no querría ser hermana de la reina porque sería muy aburrido. Sus amigas pueden pensar lo que quieran.

—Creo que con sus cabellos atados en una media cola de caballo basta—contesto Claire, y aunque sonríe naturalmente y como una niña de diez años lo haría, su voz es afectada y levemente estirada, imitando a su hermana.

Ser hermana de Elizabeth es mejor que ser hermana de la Reina Elizabeth II.

Las niñas continúan peinando a sus muñecas, y hablan comentado que moño usar, como hacer una trenza, y un montón de cosas que las niñas hablan. Claire, sin embargo, se siente un poco fuera de lugar, a pesar de que no lo demuestra. No es que no le gusten las cosas lindas, ni tampoco las cosas rosas, pero cada vez que miraba por el enorme ventanal y veía el verde brillante del pasto o tomaba atención al sonido del agua de la pileta, le dan ganar de ir a por Niall y decirle que se perdieran un rato en el bosque tras la mansión.

Maldita fuera la presión social.

Ah, Niall. Ese pequeño traidor la había abandonado en cuando había oído a Marie Anne. Claire lo entiende, por supuesto, porque de sus amigas ella era la más estirada, adorno de mesa que puede existir. Claire la quiere, pero detesta su narcisismo porque atacaba su amor propio y protagonismo.

El típico problema de niñas, por supuesto. El orgullo de una siempre es herido por el de la otra.

—Oye, Claire—susurra la niña que estaba sentada junto a ella, Jessica, inclinándose levemente hacia Claire.

—Hum—asiente ella, dandole a entender que la está escuchando.

—¿Donde está Niall?

Claire deja de mirar y peinar a su muñeca y alza la mirada sin moverse un milimetro. Contiene la respiracion por diez segundos, el suficiente tiempo para saber si alguna de las otras niñas la ha oído pronunciar el nombre de Niall, y luego mira a su amiga, con el ceño fruncido.

—En la cocina.

En el mismo milisegundo en que ella termina de decir cocina, Marie Anne salta en su lugar y chilla, no muy fuerte porque su madre la puede castigar, pero lo hace de todos modos, y Claire se arrepiente incluso de haber nacido.

La cuestion es que sus amigas están horriblemente enamoradas de Niall, algo así como obsecionadas con sus mejillas sonrojadas y su sonrisa rápida, y Claire no las puede culpar, pero le molesta porque Niall siempre huye de ellas cuando las ve y Claire no puede pasar tiempo con él por eso.

—¿De verdad está Niall en la cocina?—chilla, aunque en voz baja, algo así como diez tonos mas alto, y Claire hace una mueca.

—Claro que no, tontita. Niall ha salido con su padre—réplica Claire, ya molesta, aburrida y cansada de las muñecas y de sus amigas. 

Once upon a time; n.h auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora