Por alguna razón tengo ganas de saber qué era lo que ella me quería decir, no soporto la idea de tener que esperar a esta tarde para que me cuente, no tengo tanta paciencia.
Afortunadamente mi padre mi cedió su moto, aunque ya es mucho, estoy en deuda con él y con mamá por haberme dado también esta casa, que a decir verdad, es muy bonita y espero no arruinarla con mis tonterías.
Bueno supongo que jugar un rato antes de mi "cita" no hará daño a nadie, sólo espero que no sea nada malo.
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.- Ya voy para allá, por favor, espérame ahí y no vayas a ninguna otra parte. - Digo de forma apresurada ya que estaba yendo 10 minutos pasada la hora de llegar -
Bueno llegó la hora, espero no estar exagerando con esta chaqueta de cuero negro y las uñas del color más oscuro que encontré en esa tienda de esmalte. En fin, se le pasará con el detalle que le llevaré, espero le guste.
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.Llego al lugar y ahí está ella, luce tan hermosa con ese vestido blanco y negro, ese encaje le queda completamente fabuloso y esas perlas en su cuello adornan por completo un panorama de una chica sacada de una película de princesas, además, su cabello está perfecto, esas ondas le lucen tanto que me quedo completamente deslumbrado ante su angelical presencia, y el brillo en sus ojos denota más claridad que las mismas estrellas. Esa sonrisa suya, que deja diez mil delirios en mi cabeza me lleva a un prado lleno de flores blancas como la nieve, y me transmite una sensación que nadie en este planeta podría describir, ni siquiera yo.
Al momento de acercarme, siento como revolotean miles de mariposas en mi estómago, y recuerdo la última vez que sentí algo igual. Era un niño, y mi papá me compraba el juguete que más había querido desde que tenía consciencia. Era un robot enorme, hacía muchas cosas y además te daba abrazos cuando estabas mal. Ese día no sabía cuándo iba a acabar, pero lo disfruté de principio a fin, y esto me lleva a ese día, pero es algo incluso más fuerte.
De pronto, su boca se abre para expresar esas delicadas palabras que en su voz se oyen como un coro de ángeles que caen del cielo a recitarme las mil maravillas. El viento en su cabello la hace lucir cien mil veces más perfecta y su piel reluce con el brillo del sol. La forma en la que la estoy viendo no se puede ni explicar, es intangible, incomprensible, innombrable e irrepetible. Hasta que decide acercarse más a mi y yo salgo de mi profundo trance de ideas y sensaciones.
- Hey, oye, ¿Hola, alguien en casa? - Su voz se oye como una canción siendo recitada en mi mente.
- ADAM, HOLA, ¡¿ME OYES?! - Termino de salir del trance.
- Ehhh... AH, sí, perdona, no sé qué me pasa, estaba atrapado en mis pensamientos. - Digo de forma nerviosa y torpe, ya que aún no caigo en cuenta que estaba parada frente a mi.
- Pensé que te sucedía algo malo, hasta iba a gritarte al oído. Te pasaste 20 minutos en la hora de llegada, los demás están impacientes. - Espera, ¿Los demás, hay más gente?
- Lo siento, esto de los vídeojuegos es un vicio y a veces no sabes cómo parar. Dices los demás, ¿Hay gente esperando? - Digo en tono dudoso.
- Sí, están allá sentados, y si no vamos ya, pensará que somos una pareja o algo así. Ya me contarás bien porqué te tardaste. - Frunzo el ceño, claro que le dije porqué me tardé.
- Ah, genial, bueno, compañía, supongo que está bien. - Susurro.
- ¿Qué dijiste Adam? - Pregunta ella al ver mi expresión.
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Tú y Yo
RandomAdam Smith es un joven estudiante universitario, de apenas 22 años, que inicia su vida adulta de la forma más inusual pero peculiar posible, y a medida que pasen los días, la vida que creía conocer, se verá alterada por una serie de sucesos que siqu...