El que se enamora pierde

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Como cada mañana Eiden escuchó la alarma que sonaba insistente para despertarlo y levantarse.
Con pereza retiró las sábanas que lo cubrían, y descubrió que se había acostado tal cual se encontraba vestido la noche anterior, pero había estado tan cansado que ni siquiera pensó en cambiarse; ahora debía bañarse para empezar su rutina en la casa, mientras estaba escogiendo su ropa para vestirse después de bañarse, un golpe en la puerta lo alertó.
Sobresaltado abrió y observó que era una de las chicas que ayudaban en la cocina, quien traía una bandeja con el desayuno, —buenos días joven Eiden, dijo la chica sonriendo con amabilidad.

—Buenos días... ¿Eso es para el señor Casanova?, Eiden señalaba la bandeja que llevaba la chica, aunque le pareció extraño ya que la rutina era... Chema preparaba los alimentos y Eiden los subía.
La joven soltó una risita muy tierna, —el prometido del señor Casanova ya no llevará el desayuno, ahora lo haré yo y también le atenderé a usted.

—¿Prometido?, Eiden se notaba confundido, pero rápidamente recordó la plática de ayer con el señor Casanova.

Sonriendo y soltando una ligera risa mientras sentía el rostro rojo por la vergüenza trató de disimular su confusión, —estoy tan emocionado que creo que no me acostumbro aún y es como si fuera un sueño, el muchacho abrió más la puerta dejando pasar a la joven quien diligentemente colocó la bandeja y felicitó al chico. —¿se le ofrece algo más, joven?

—No, no, muchas gracias, así está bien.

La chica salió dejando a Eiden con sus pensamientos. Este trato iba enserio y le parecía bueno, sí, era bueno, —el desayuno para mí, en la recámara... Nunca he tenido siquiera ese privilegio, suspiró y se fue al baño para empezar su rutina de aseo personal, —esto es lo normal, ya que soy el 'prometido', una risita tonta escapó de sus labios, —creo que podría acostumbrarme a ello.

Iker desde temprano se había levantado, ya que Mónica no dejaba de llamarlo para saber si se verían hoy, habiendo acordado una cita con la mujer, bajó hasta la amplia cocina, saludando a todo el personal que lo observaba extrañado de verlo por ahí.

Rosa se acercó a él, —señor ¿necesita algo?, es muy temprano, ¿quiere que vaya a despertar a Eiden?

Iker la observó y de manera cortés le respondió, —no es necesario, de hecho, he venido a solicitar que una persona nos atienda a Eiden mi prometido y a mí, a propósito, levanto más la voz para que los que estaban ahí se enteren de la posición del muchacho en su casa, un silencio sepulcral y, bochornoso invadió la cocina.

Chema el chef entraba en ese momento a la estancia, acomodándose su uniforme; cuando de pronto vio a Iker parado ahí en medio del lugar, siendo testigo de las miradas atónitas de los empleados, tampoco él podía creer lo que acababa de escuchar.

Rosa la mujer mayor se acercó y lo abrazó de forma genuina, — ¡muchas felicidades señor, estoy bien alegre. Eiden es un niño muy bueno, usted se está llevando una joya de persona y necesita de alguien que lo cuide y lo quiera, y señor es usted la persona correcta.
La mujer no supo cuánto poder tendrían aquellas palabras en Iker, quien aceptó ese abrazo que sintió sincero, al igual que el de los demás empleados, y todos le repetían lo buen muchacho que era Eiden.
Chema se acercó, comprendiendo que era lo que sucedía en la estancia, y al abrazar al magnate para felicitarlo le susurró —Eiden es un buen niño, no sé qué demonios estás tramando, pero él no es como las putas que traes aquí. Los dos hombres se miraron en silencio hasta que el sonido del celular de Iker los interrumpió, provocando que este saliera de la cocina.

—¿Cómo que tenemos algo urgente de que hablar?
Mónica detrás del teléfono no comprendía la situación, pero su intuición femenina le decía que algo estaba tramando el magnate.
—A las diez está bien... ¿En el restaurante de siempre?, ¿una noticia?, la mujer no podía contener la emoción en su voz. —¡Claro Iker, ahí estaré! colgó el teléfono y de inmediato empezó a arreglarse para el momento que solo en su cabezota se formaba.

Contrato Inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora