Como cada día normal desde el fin de la cuarentena, los protagonizas de nuestra historia caminaban por las calles de puente ̶a̶s̶a̶l̶t̶o̶ alto, disfrutando de los maravillosos días de clases gracias a que su querido colíder habia regresado junto a ellos, Martin habia regresado ya cuando estaban cursando segundo medio, al final de las clases siempre pasaban por el mismo lugar, pero específicamente este día, habia algo nuevo, una tienda que no habían visto antes, ocupaba un lugar donde antes yacía los escombros de lo que anteriormente fue un local que termino quemado, pero todos recordaban los escombros ahí el día anterior, decidieron entrar por la curiosidad y lo extraño que les parecía, tras cruzar aquella puerta adornada por las luces de neón usadas para llamar la atención de los peatones, lo primero que sus ojos captaron al entrar fue a aquella señora de unos 60 años, su cabello ya con incontables canas y arrugas que mostraban el paso de los años, pero extrañamente aquella señora se le4s hacia peculiarmente familiar,
—Hola— Saludó Martin por cortesía.
—Hola, que busca?— La señora le devolvió el saludo con una sonrisa.
—Ahm nada, estamos mirando— Dijo Cony mirando a su alrededor, de pronto sus ojos captaron un extraño objeto que capto su atención,
—Cuanto vale el reloj?— Preguntó Fran mirando el reloj que estaba junto a lo que cony miraba, Fran no era de usar relojes, pero era bastante lindo.
—Eso viene junto a la maquina que esta viendo tu amiga, es el temporizador que les permite usarlo adecuadamente, vienen 4 con la maquina —Explico la señora.
—Y esto para que sirve?— preguntó cony.
—Esta es una maquina que te permite viajar donde tu quieras, si tienen curiosidad pueden probarla— Sugirió en respuesta.
—Yaa!— Soltó martin con emoción.
—Primero deben ponerse los relojes — Dijo la señora dándoles un reloj a cada uno— Ahora acompáñenme— Todos caminaron tras el mostrador pasaron la cortina que colgaba por el umbral y llegaron a lo que parecía una sala de descanso, no tenia muchas cosas, pero habia 2 sillones uno frente a otro, la señora los invito a sentarse con un ademan, todos se sentaron, la señora dejo el objeto cubico en la mesita de centro que estaba en medio de ambos sillones y apretó una de las caras y se desplego la misma permitiendo ver una pantalla con un teclado táctil.
—Como funciona?— Preguntó Cony con nervios al haber sentido aquel mareo y zumbido que caracterizaba el momento donde algo le daba mala espina.
—Ahora solo hay que apretar el botón y en cuestión de segundos estarán ahí, listos?— Anuncio la señora.
—Si— Respondieron todos a la vez.
—Entonces aquí inicia la primera aventura real de IS, disfrútenla— Soltó la señora apretando un botón, todos quedaron sorprendidos.
—Como sabe de... —Cony no termino de hablar cuando se dio cuanta de lo que pasaba, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban en un lugar totalmente distinto al que antes habían visto, todo había cambiado.
—Funciono!— Exclamó Martin sorprendido.
—Donde estamos?— Preguntó Deni mirando al rededor.
—Oigan... me parece conocido el lugar— Comentó Fran.
—Ooooh que hay allá?!—Exclamo Martin alejándose hacia una multitud que estaba toda junta en un mismo lugar, Martin miró el espectáculo y de inmediato dio la vuelta mirando a Cony quien lo habia seguido, Ambos se miraron sorprendidos, ahí estaba, aquel escenario tan conocido para los ojos de ambos, sus ojos reflejaban impresión, emoción y un sin fin de emociones más sobre todo por el increíble fanatismo que compartían por el anime.
ESTÁS LEYENDO
one shots de mi vida - By Cony la estupida
Losoweestas son historias totalmente exageradas pero basadas en echos reales. todas estás historias pasan entre mi estupido grupo de amigos ineptos y yo (que me incluyo en todos esos insultos), nos hacemos llamar "inadaptados sociales", el punto es que se...