Capítulo cuatro

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Jaemin se sentía como un tonto, tal vez en realidad sí lo era. Los días habían pasado entre todos tratando de mantener a flote la amistad que ahora se sentía tan rígida como un hielo que los apretaba hasta dejarlos casi asfixiados, además el estrés de los finales los tenía alterados. Ni siquiera Haechan o Chenle eran tan ruidosos como de costumbre, el primero de estos casi todo el tiempo le solía ver con enojo que no lograba entender mientras que el segundo parecía compadecerlo.

-No entiendo qué pasa. - El castaño miraba a la nada mientras bebía al tan acostumbrado café que le brindaba el primo de Renjun todas las mañanas. -Parece que mis amigos me ven como el ser más tonto del mundo, pero Renjun sigue siendo el mismo de siempre. Debería rendirme a todo ¿Sabes? No soy bueno en mis clases, en mi trabajo no soy particularmente sobresaliente y parece que todo se cae por todos lados.

-Jaemin, no hay nada malo contigo sólo debe ser el que tienes mucha presión. Si quieres hoy cuando salgas del trabajo puedo recogerte y podemos ir a cualquier lugar que quieras sólo para que te distraigas.

- Eres tan amable Jeno, agradezco tu invitación pero no estoy seguro a qué lugares te dejan entrar, o sea que sean apropiados.

Aquí vamos de nuevo, Jeno evitó rodar los ojos pero de igual manera logró convencer a Jaemin para salir, luego de que le diera la dirección el menor se retiró por prisa a su primera clase mientras Jeno emprendió su camino hasta el edificio donde estaba su especialidad, al otro lado del campus.

-Hey, Lee, el proyecto que entregamos fue muy bueno.

-El trabajo que yo hice, Jungwoo.

-Te ayudé esta vez.

-Hiciste la portada.

-Pero por lo menos esta vez sí lo leí. - El chico de voz molesta se colgó en el hombro la mochila de Jeno quitándosela de detrás de la silla.

- ¿Te has dado cuenta que cuando estamos juntos las chicas nos miran más? Por eso me gusta pasar tiempo contigo, es como salir a pasear con un cachorro en el parque. - El pelinegro se detuvo sólo un segundo para terminar negando y seguir con su camino. -Como sea, desde que dejé de molestarte en el instituto he escuchado a algunas decir que he pasado de chico malo a alguien con quien saldrían.

Sabía que era un tonto por ayudar a alguien que le había causado tanto daño en el pasado pero era mejor dejar las cosas, pensaba que ser tratado bien por Jungwoo, Yuta y Yukhei durante la universidat tenía sus ventajas, como por ejemplo que ya no le dijeran bromas pesadas como "¿Vas a correr a tus clases Lee?" y aunque las bromas fueran algo estúpido y no le afectaban por lo menos se ganaba favores, aún no estaba muy seguro de cuáles eran esos favores pero seguro algún día los necesitaría.

Una chica se aproximó a ellos mientras acomodaba su cabello de manera coqueta y les saludó, la reconocía como Seulgi de licenciatura, y aunque quiso responder al saludo el golpe de su mochila siendo extendida por Jungwoo para que se apartara le evitó hacerlo. El golpe había sido tan fuerte que terminó con dos ruedas fuera del asfalto, jodidamente atorado en el césped, y aunque trataba de poner todo su peso hacia adelante parecía que la lluvia hacia el lodo más pesado logrando que no pudiera volver a subir las ruedas. Esto podría ser peor, pensó, y se golpeó mentalmente cuando comenzó una tenue lluvia.

-Jamás elegiría a ese tipo como compañía. -Una voz grave vino desde atrás de él justo antes de que sintiera un fuerte empujón que le sacó del lodo. - Compartimos clase de programación.

-Claro, ¿Jisung, cierto? Gracias por eso.

-Sep. La lluvia es una patada en el trasero trayendo siempre problemas, pero por lo menos es mejor que el calor. - El chico levantó sus Converse completamente enlodados demostrando su punto.

Tardes con olor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora