Capitulo 3

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─Máxime respalda los datos de...

Una leve explosión se registró en la mansión, encendí la alarma general, Athena se resguardo en uno de los cuartos secretos para no ser encontrada, la puerta del laboratorio callo y con ella apareció una densa capa de polvo, vi los pequeños rayos establecerse en mi cuerpo, se escuchaban los pasos a mi alrededor, me rodeaban era una de sus típicas formaciones

─Manos a la cabeza y al suelo─grito un hombre frente a mi

─Carajo...quiero ver la orden

Lanzaron una tabla con la orden de aprensión, la leí lomas rápido que pude, su orden era entrar y llevarme a la justicia, no especificaba nada de los que estuvieran conmigo, o de que confiscarían la propiedad.

Ese maldito traidor había ido con el chisme de mi posición, no podía creerlo, después de que me dijo que no diría nada, tal vez había leído los archivos más rápido de lo que creí y pensó que esos eran mis planes de aniquilación mundial, pero el, ese idiota de cabello castaño se había ganado alguien que nadie jamás tubo, Mi odio

Me lanzaron a suelo y me esposaron con mucha rudeza, subí las escaleras literalmente a rastras, en la puerta de entrada estaba Marcus con la mirada desviada y un gesto frio, tenía tantas ganas de matarlo, no intentaba convencerlos de soltarme, no darían con mi familia ni con Athena, nunca conseguirían nada de mí, Marcus portaba un chaleco con la leyenda, FBI, este idiota había subido de puesto entregándome, me sentí como una mercancía, como si me hubieran vendido

─el sensor de calor detectaba a otra persona búsquenla, además esta la voz de un hombre, destruyan todo

─si dañan la casa, o algo dentro de ella estarán en problemas, la orden es para mí, no para las cosas dentro del inmueble, pagaran cada cosa de su salario─resople luchando porque me soltaran─ si tocan algo dentro de la casa los dejo en la ruina, y no, no es una amenaza es una advertencia

─No podrás hacer nada, a donde vas no habrá internet, te mantendremos alejada de las computadoras y aparatos electrónicos

─Me siento amenzada─grite sonriendo, Marcus se lanzó a el suelo, la alarma del sótano detecto mi grito y libero la onda expansiva lanzándolos a todos por los aires, incluyendo al poco hombre de marcus─eso demuestra cuán equivocado estas

se puso de pie furioso, lo mire fijamente, comenzó a reír y antes de darme cuenta ya estaba chocando su puño contra mi estómago, me doble adolorida, cerré los ojos y cogí aire tratando de regularizar mi respiración, el aire entraba a mi organismo lentamente, levanto mi rostro bruscamente, trataba de intimidarme pero no lo dejaría, había soportado cosas peores cuando estuve en Alemania, algo mis manos con fuerza, sentía que mis hombros se zafarían en pocos segundos
me arrastro hasta una camioneta negra, Marcus y los demás agentes salieron de mi casa y subieron los autos, el idiota que parecía ser el de mayor rango luchaba por hacerme entrar en el auto

─me tienes arto, entra o te vuelo la cabeza─amenazo colocando el arma en mi frente, la puerta del auto de al lado se abrió, Marcus bajo aprisa pero fue detenido por un grupo de agentes

─anda, jala el gatillo, ambos sabemos que no lo aras, me necesitan viva

─podemos decir que sacaste un arma, todos aquí siguen mis órdenes, matarte nos quitaría un peso de encima, el nuevo sería un grandioso remplazo tuyo, dejarían de hurtar archivos secretos y ya no robarías dinero de la banca nacional

Mis ojos se abrieron como platos, sentía que se brotarían de sus orbitas, los movía de un lado a otro, típica reacción mía cuando recordaba, o buscaba explicación de algo, acababa de decir que entre a robar dinero, yo no necesitaba robar, con lo que tenía en el banco y en mi caja fuerte me alcanzaría para vivir media vida en total calma

PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora