Capitulo 4

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Han pasado 15 horas desde que me entregaron las muestras, nada de lo que he encontrado es de utilidad, sospecho de algún gas que al estar expuesto a las corrientes de viento y mareas del mar desapareciera sin dejar rastro, de otro modo no logro explicar cómo esto sucedió,

Había algo que me inquietaba.
La manera en la que estos químicos habían sido elegidos, pudo haber tomado ingredientes más letales, pero los escogió tal y como yo lo hubiera hecho, protegió su señal tal y como yo lo habría hecho,

─quien quiera que hizo esto me conoce bien...Mierda

Mis padres estaban informados de mi nueva alianza con el gobierno, cosa que alerto mucho a mama, las puertas de la mansión estaban cerradas por dentro, nadie tenía acceso a estos compuestos excepto yo, tal vez me estaba dando demasiado crédito por esto, tal vez era un maldito psicópata con una mente similar a la mía, solo que yo no tengo ese delirio asesino, los metales de la bomba no eran difíciles de conseguir, la manera de armar el detonador me daba menos respuestas y más preguntas

¿Por qué usar un motor de un juguete?

─señorita detecto altos niveles de estres─como siempre Máxime analizándome sin permiso, pero tenía razón, me dolía la cabeza y tenía ganas de vomitar, nada de esto embonada, no lo comprendía y eso me destrozaba lentamente─El joven Marcus trata de entrar a mi sistema

─Fríe su ordenador, roba sus datos y respalda los que consideres importantes, lo quiero lejos de mis asuntos

siempre fui capaz de explicar las cosas, la ciencia siempre me acompaño, pero esta vez no servía de nada, deje de lado la bata y las demás cosas, subí a la cocina por algo de comida, debía despejar mi mente, dejar de pensar cosa imposible para alguien como yo, todos siempre creyeron que esto que poseo es un don, pero el ser de las pocas personas que recuerdan cada cosa, cada momento, cada sensación como si la vivieras nuevamente , es una manera de torturarte, los malos recuerdos pueden aparecer en los peores momentos, debes tener mucha fortaleza y eso era algo que ahora tenía en muy poca cantidad,

Athena había dejado comida lista, había cocinado mucho suponiendo que duraríamos muchos días aquí tome un plato de tacos de pollo y los poche en aceite, tome la bolsita de salsa de poblano y bañe mis taquitos, camine al patio trasero y me senté en una banquita columpio, movía mis pies para balancearme suavemente y relajarme, el viento golpeaba mi rostro, mis ojos lloraban levemente, el viento los golpeaba directamente, tome mis estorbosos lentes y los coloque en su lugar, ahora si parecía una Nerd completa, el pasto estaba algo largo y las flores habían sido atrapadas por las espinas de las rosas, el agua de la piscina estaba llena de hojas secas y basurillas flotantes

─Ha pasado tiempo─ gire aprisa─Maxine me dejo entrar

Era Manolo, seguía teniendo el cabello más negro del mundo, y los ojos más indiferentes de la historia, portaba un traje de la marina adornado con un sin fin de medallas, la vida le había tratado bien, era alto fornido y con una voz bastante imponente, unos labios gruesos y una nariz bastante cómo llamarla "varonil", no tenía la nariz respingona de su madre y sus abuelas, de brazos fuertes y manos grandes

Continúe disfrutando mis alimentos, se sentó a mi lado contemplando todos los alrededores,

Manolo fue el primer "novio" que tuve, un día sin decirme nada se fue, se alejó de mi abandonándome cuando más lo necesitaba, era como todos los demás, generalmente todos los seres humanos argumentan no ser "como los demás" no ser uno más del montón, pero la verdad es que todos son iguales, hay algo dentro de ellos que los impulsa a traicionar, a mentir, robar... incluso a matar, se le llama instinto de supervivencia

PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora