Joanie.
—¿Por qué te fuiste? Me quedé esperándote como un idiota, Joanie, ni siquiera tuviste la decencia de avisar que te habías ido.
Es lo primero que escucho en cuanto acepto la llamada de Belmont y pego el aparato a mi oreja.
—¿En verdad estás preguntando por qué me fui? —es lo único que emana de mi boca. Estoy afuera de la mansión Salvatore, no quería hablar por teléfono adentro, no quería arriesgarme a que escucharan—. Estabas tan ocupado coqueteando con aquellas mujeres que ni siquiera te diste cuenta cuando pasé a tu lado y me largué.
—¿Coqueteando? —pregunta del otro lado de la línea—. Estás loca, Joanie. Absolutamente nada es como lo estás pensando e insinuando.
Suelta un bufido que de inmediato me hace saber que está molesto.
—¿En dónde estás? —pregunta después de unos segundos—. Debemos hablar.
Me quedo callada mientras trago saliva.
—No creo que hablar sea una buena opción en estos momentos —respondo después de unos segundos.
—¿En dónde estás? —vuelve a preguntar. Estoy a punto de responder pero antes de lograr decir algo es él quien se adelanta haciendo que mi boca se cierre—. Estás con alguien más, ¿no es así?
Mi ceño se frunce.
—Responde dónde mierdas estás, Joanie —ordena entre dientes, su voz sube de intensidad y por un momento agradezco que estemos hablando por celular y no frente a frente, no tengo ánimos de discutir con él.
—¿Estás preguntando si estoy engañándote? —pregunto finalmente—. ¿Cómo demonios puedes pensar eso, Belmont?
—No has respondido mi pregunta —insiste.
—¡Por supuesto que no estoy engañándote! —exclamo molesta y ofendida—, y es una verdadera tontería que pienses eso por tan solo un segundo.
Ambos nos quedamos en silencio por lo que parecen algunos minutos que se sienten eternos.
—¿Dónde estás? —insiste una vez más—. No estás en tu casa así que dime, ¿dónde estás?
Masajeo mi sien y me recuerdo a mí misma que debo tranquilizarme.
—Deja tus inseguridades a un lado —respondo con cautela—, cuando estés tranquilo y confíes en mí, hablamos.
—¡Joanie! —advierte pero antes de que pueda decir algo más termino la llamada, cortando sus palabras.
Trago saliva mientras veo como la pantalla de mi celular se ilumina de nuevo mostrando una vez más que se trata de él, lo único que hago es apagar mi celular para después entrar de nuevo a la mansión Salvatore.
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Herederos: Inevitable
RomanceBastien Salvatore y Joanie Leduc se conocen de toda la vida, ambos unidos por una persona en común: Sophie Salvatore, la hermana mayor de Bastien y la mejor amiga de Joanie. Pasiones desencadenadas comienzan a crecer a medida que ambos coinciden má...