Erostismo

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Hemos llegado a un burdel, esta lleno de lumias jóvenes y otras mayores, estoy seguro que varias son atractivas pero no hay nadie como ella.
Sigo sus pasos y con la idea de "¿qué hará esta pequeña chiquilla?" Y claro, de que pensara sobre mi. Entonces ella interrumpe mis pensamientos diciendo - ¿Qué quieres hacer esta noche? - le respondo mirándola a los ojos - Conocerte - ella ríe un poco y gira la cabeza mirando a unas chicas que me miraban con ganas de devorarme.
Sinceramente por primera vez no me fijo en cualquier otra damisela mas que en ella, todas parecen tratar de atraerme para poder darles dinero pero solo quiero estar con ella, en seguida ella se dirige hacia un cuarto, saca unas llaves de su bolsillo y abre la recamara.
La pieza tiene luces neón, una cama aseada y ordena pero lo demás es un desastre. - Esta es mi oficina - dice mientras se sienta sobre la cama, yo hago lo mismo y le tomo un mechón de cabello con aroma a aceite y se lo pongo detrás de su oreja, susurrándole - Primero me gustaría saber tu nombre.
Ella se sorprende al escuchar eso y responde acercándose lentamente a mis labios.
La he vencido. Ella me toma de la camiseta y me la desabrocha rápidamente, mientras yo me encargo de quitarle la polera. Estamos listos, ella me avienta bruscamente a la cama y se posa sobre mi. Pero ha hecho algo especial, algo que ninguna chica ha hecho conmigo. No despega sus labios de los míos. Esos labios, son como me los imaginaba, suculentos y como el borde de la galaxia.
Mientras esta en acción, siento ese placer como cuando un cazador tiene a su presa derrotada, esta chica... me ha dejado escuchar su alma aunque sigo sin saber su nombre.

ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora