Parte XIII

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Dos días completos, ninguna noticia de mi Omega, llamé a la policía quienes dijeron que ya se estaba haciendo una investigación pero no había ni una sola noticia; me negaba a creer que Julia estaba perdida, que jamás volvería, ella sabía bien qué hacía, sabía a dónde ir, sin embargo yo sin conocerla o si quiera intentar investigar más sobre ella, me conformaba con cuidarla del presente, me maldecía por no saber dónde buscarla.

Fui a la estación de policías, preguntando por mi novia, todos los oficiales no sabían si quiera de que hablaba excepto por uno que mencionó ese caso estaba cerrado pues la persona en cuestión no estaba perdida o secuestrada, simplemente se había ido de viaje, claro que ellos no sabían a dónde, pero si sabían quién había levantado mi reporte. Conduje apresurada, el coraje recorriendo mi ser y mis ganas de estar con Julia fueron las que me llevaron a ahorcar a aquel Beta, él se reía mientras me pateaba intentando zafarse de mi agarre

-Estás demente Paula, Julia no está aquí, te lo he dicho ya- masculló, gruñí en respuesta, él solo se tocó el puente de la nariz -Paula es mejor que la dejes, ella me dejó en claro que ya no quería saber de ti- pidió, me senté inclinando mi cara sobre mis manos, estaba perdida ¿en qué momento ella se había apartado así?

-Dime dónde está, solo necesito eso, arreglaré mi error- dije levantándome de nuevo, él me sentó de nuevo negando

-¿Qué error Paula? ¿Si quiera sabes cuál fue tu error? Por Dios los alfas son tan tontos. Mejor, ve a conseguir otra Omega, en el mundo hay muchísimos- Giovanni se sentó frente mío esperando mi respuesta

-No cometí ningún error pero me disculparé por todo si con ello ella regresa a mi lado, yo soy su alfa- Giovanni miro su reloj ignorandome

-Sabes que el lazo se romperá si otro alfa la marca ¿verdad? Ella no te pertenece solo por una estúpida marca que ni siquiera cuidaste- golpee la mesa enojada -No empieces con tus actitudes de típico alfa, es de esperarse que ella huyese, desde que tuvo ese aborto la dejaste de lado seguiste con la pornografía

-Giovanni, la empresa me necesita- él rio

-Joder, qué idiota, la empresa seguramente es más importante que "tu Omega", en verdad Paula, me agradas, eres buena en lo que haces pero he cuidado por más de tres años a Julia, no pretendas venir a enseñarme de amoríos falsos, desde que la conozco a estado con alfas igual o peores que tú, no te sientas especial- me levanté y lo jale de su camisa listo para golpearlo, él se rió más -Anda, golpeame, tienes más que perder que yo- dijo y era cierto pero en aquel momento lo golpee una y otra vez hasta dejarlo en el suelo

-Solo eres el típico mejor amigo enamorado, por Dios ese tipo de personas me dan asco, nunca pudiste confesarte y solo preferiste ser el segundo en todo- finalice saliendo se ahí, él me siguió tomándome del brazo

-Quizá tengas razón, pero a mí Julia me sigue amando y queriendo a pesar de tenerte enfrente, tonta alfa- me empujó antes de regresar a su departamento dejándome fuera, maldije en voz alta, no había conseguido más que hundirme más, preguntándome qué habría hecho para perder a mi Omega.

Volvía a casa más desanimada y estresada que antes, pase al supermercado por unos cigarros encontrándome con Julia, la miré unos instantes, ella tomaba las cosas con delicadeza, mientras sonreía, me acerqué lentamente hasta llegar a su lado

-Julia- llamé tocando su hombro, ella me miró, su mirada de felicidad se apagó en segundos

-¿Qué haces aquí?- preguntó, me encogí de hombros, ella se giró de nuevo ignorandome, movió su carrito rápido por los pasillos, la seguí, ella se apresuraba hasta que encontró algo, o más bien a alguien

-Lamento tardar, no encontraba nuestros dulces- escuché, ella tomaba el brazo de aquel chico bastante animada, mi alfa se retorció de celos ¿lo hacía a propósito? Compré mis cigarros y salí esperé en un taxi a que salieran para decirle al taxista que los siguiera, ellos salieron abrazados hacía frío sin embargo no hacía tanto para presumir su abrazo, se subieron a la camioneta y yo junto al taxista fuimos tras ellos, él la dejó en un apartamento pequeño, beso su frente y se fue dejándola, en ese momento pagué el taxi y salí furiosa, la arrinconé contra la puerta su respiración se aceleró sujetando su bolsa con paletas contra si misma, gruñí y ella se cohibió, la marca aún tenía poder sobre ella haciéndola actuar a mi merced

-¿Quién es él?- pregunté, ella no respondió -¿Julia, QUIÉN DEMONIOS ES ÉL?- pregunté con mi voz de alfa ella me pateó el estómago y gritó

-Déjame ya maldita sea, entiende que quiero estar sola- gritó empezando a llorar -Estoy cansada de que me trates así, quiero que me entiendas, perdimos a nuestro bebé, me presionaste en vez de solo aceptar que quería tenerlo, siempre siempre te escucho pero no haces lo mismo conmigo- empezó a temblar mirando al suelo, aquello que parecía un berrinche no lo era

-Cariño, por favor vuelve a casa, vamos debes estar conmigo- ella levantó la mirada estaba enojada

-¿PARA QUÉ? Por qué debo estar conti...- y la besé, la callé con mis labios sobre los suyos, mi alfa interno estaba contento, tan contento que aquello me causó una erección, apreté los glúteos de Julia contra mi rozando nuestras partes íntimas, ella jadeo intentando apartarme, la cargué terminando de abrir la puerta de su departamento, nos metimos seguía besándola ella intentaba quitarse mordiendo mi labio pero no lo permití, se rindió, empezando a seguir el ritmo del beso.

02/07/2021

Cámara, Enfoque, ¡Ya Me Enamore!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora