Viernes, 10 de julio de 1992

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Viernes, 10 de julio de 1992

Hola de nuevo.

Quisiera pedir disculpas por no haber hablado por más de una semana, pero sinceramente, no tengo tiempo ni ganas para eso. Estos últimos días fueron aterradores. No nos atacaron aún, pero cada vez hay más chances de que lo hagan, y tenemos que estar preparados para eso, tengo que estar preparado.

Sin embargo, aunque quiera escribirte y desahogar mis sentimientos dolorosos, no puedo. Apenas puedo estar en mi habitación, siempre nos hacen entrenamientos y distintas cosas que llevan tiempo, así que apenas puedo verte, Fénix. Y cuando estoy en mi habitación, simplemente quiero dormir por el cansancio... O llorar sin que White me escuche.

A veces quisiera poder contárselo a él, poder hablar sobre lo que siento y dejar de ser tan serios y firmes todo el tiempo. White cambió bastante, ¡y no es que no me guste! ¡Se nota su buen entrenamiento! Pero empieza a actuar como un soldado, y antes actuaba como un amigo.

Escribo esto mientras él duerme, y debo admitir que extraño el lado tierno de él que siempre mostraba.

Aun así, todos duermen, solo algunos soldados se quedan despiertos merodeando por el cuartel en caso de que alguna amenaza o ataque surja. Hoy no me tocó a mí, pero podría tocarme cualquier día.

De fondo, puedo oír como la galaxia me habla. Sus palabras no se oyen bien, pero puedo escuchar los sonidos. Me calman y me alivian un poco, además de ti, creo que el cosmos es mi amigo también, aunque me aterra acabar ahí, flotando a la deriva hasta la muerte.

Espero poder hablarte mañana, eres un gran amigo, Fénix.

Con amor, Crow.

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