Fiebre de Aves

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En un pequeño pueblo pobre de Perú, al amanecer del primer día de enero, la gente murmuraba lo que pasaba en el asentamiento de los Torres, se decía que el niño más pequeño había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era causa de la pestilencia.

El tumulto de personas se acercaba cada vez más a la casa por curiosidad, para entender aquello nuevo que estaba sucediendo. Nunca se arrimaba nadie con la intención de ayudar, Afuera de la casa se podía oír como la madre gritaba a su marido:

-Oscar! -decía la mujer- pásame mas paños mojados! Fernando está cada vez peor! -

Mientras tanto, en la habitación se veía al niño balbuceando cosas sin sentido que nadie podía comprender. A lo lejos se lograba divisar como una bandada de cuervos volaban desesperados encima de las personas, que sin entender lo que sucedía, observaban el cielo con descaro. Atónitos, empezaron a ver como muchas de las cabezas de los hombres, empezaron a transformarse en esas aves horrorosas. Al principio este suceso horroroso, les llamó la atención, pero siguieron luego cotilleando como si nada sucediera.

En el interior de la casa se podía ver como los padres del niño, gritaban sin cesar para que la gente se vaya.

-Fuera! ¡No hay nada que observar aquí! - decía el padre, mientras veía como se amontonaban cada vez más en la ventana, mirándolos de manera incrédula.

Entre las personas, no lograban comprender lo que se decían, ya que cada vez que abrían su boca, de ella salían plumas negras sin cesar, pero lo desconcertante es que a nadie le inmutaba la situación.

La mañana continuó de la misma manera. Sin embargo, por la tarde, desde la habitación del niño, los padres de Fernando asombrados veían como a los perros que jugueteaban por la calle, se les habían transformado sus patas traseras en patas de gallina, a excepción del perro de Fer, que se había convertido en una lechuza, que no paraba de observarlo fijamente desde la punta de su cama.