¡¿Soy una princesa?!

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Bueno, gracias al cielo que ya es sábado, maldita escuela no deberías de exisitir pero que más da, como sea será mejor que baje.

¡Oh! lo siento no he dicho mi nombre, soy Macarena Correa pero me dicen "Maca", tengo 21 años, vivo con mi padre en un departamento amplio pero acogedor y ahora me doy cuenta de que estoy hablando sola, creo que ya me volví loca.

S: ¡MACARENA! ¡YA ESTÁ LISTO EL DESAYUNO!- Oí gritar a mi padre, ¡Dios mío!

M: ¡YA VOY PA'!-me voy al baño pues para bañarme obvio, y después de esa relajante ducha salgo, me pongo un conjunto casual, claro no les dije, soy intersexual, si tengo un aparato reproductor masculino, información demasiado importante de saber.

S: Dios te tardaste- Dijo mi papa poniendo mi desayuno en frente de mi.

M: Lo siento, pero es que necesitaba reflexionar en la ducha...oye papá.

S: ¿Pues qué tanto reflexionas?- me contestó en forma de burla- ¿Qué pasa Maca?.- preguntó mi papá mientras se sentaba a mi lado.

M: ¿Puedo ir con unas amigas al centro comercial después del desayuno?.- decía mientras me llevaba un bocado de mi desayuno a la boca.

S: Claro, pero no tardes.- me dijo de una forma muy dulce, amo a este hombre.

M: Ok, prometo no tardar.- pasó el desayuno de lo más normal entre plácticas con el y risas, terminé, me lave los dientes y me dirigí al centro comercial, donde vería a mi mejor amiga Josefa.

Al llegar la pude divisar de lejos, ella era mi mejor amiga de la infancia y la única que se quedó aún y cuando le dije mi secreto, si, porque varias personas se alejaron por eso pero que mas da, amigos falsos no los necesito, pero ella es diferente.

J: Hola Maca, ¿Lista para las compras?.- preguntó con entusiasmo.

M: Si, vamos.- pasamos el día así, entre mucha diversión porque cuando salimos las bromas no paran y a veces llegamos a ser el centro de atención, y no compramos muchas cosas pero que la hayamos pasado bien me es suficiente. Hasta que llegó la hora de regresar a casa, ella no vivía muy lejos del centro comercial y podía ir caminando, pero yo debía tomar un autobús. Llegué a mi humilde morada y vi a mi papá sentado en el sillón algo preocupado, extrañada me acerco y le preguntó.

M: Papá, ¿qué pasa?.- con paso rápido me voy acercando hacia él y dejando mis compras en un lado.

S: Macarena, hay algo que debes saber.- su voz la tenía entre cortada, cuando me dijo eso yo me asuste un poco por su actitud y manera de ponerse.

Xx: Buenas noches, Macarena.- escuché la voz de un hombre con traje elegante de esos que se ven carisímos, parado como si estuviera esperando a alguien en la entrada de la cocina.

M: ¿Quién es usted? Papá...¿qué pasa? no entiendo.- Todo esto me tenía tan confundida, ¿quién era ese hombre y por qué mi papá estaba así?

Xx: ¡Oh! perdona, no me he presentado. Soy el señor González, Carlos González. Y que su papá tiene que explicarle algunas cosas.- decía lo más calmado y con una sonrisa.

M: ¿Papá?.- dije viendo a mi papá que tenía la vista pérdida hasta que me vio a los ojos.

S: Macarena, mira tu madre era una gran mujer pero, yo... me decidí separar de ella porque las cosas eran complicadas, eso fue después de que nacieras, luego me quería acercar a ella, pero me enteré de que había muerto.- dijo con ganas de llorar.- Yo era el único marido que había tenido. Sé que esto se esta revolviendo un poco y créeme que igual para mi es difícil de explicarte.

M: Si y mucho, ¿pero esto qué tiene que ver?.- Dije tratando de entender y razonando por qué mi padre metía a mi mamá en esto.

S: Mira se que te va a sorprender, pero tu mamá...ella...hija, ella era la próxima reina de Francia; y tu en lo general eres la princesa.

M: ¡¿QUÉ?!.- Estaba en shock, no lo podía creer. Pasaban muchas cosas por mi cabeza. Pensaba que era una broma,    ¡DEBÍA SERLO!.- ¿Es una broma verdad?.- pregunté a mi padre con una risa sarcástica porque en serio, está siendo muy bueno con esto.- Papá, dime que es una maldita broma.- Estaba por alterarme.

S: No, no lo es hija.- dijo con tristeza.- Yo jamás metería a tu madre en una broma así. Pero por favor, Macarena, tranquilízate.

M: Y pues, ¿por qué el esta aqui?.- señalé al señor González.

C: Bueno, ahora yo le explicaré. Su abuela, o sea, la reina me mandó a buscar a la única heredera al trono, que es usted, ya que como es costumbre si su abuela llegará a fallecer, usted tomaría el cargo. Pero eso no sería tan pronto, usted ya tiene la edad suficiente para saber sobre esto y ella fue clara con sus palabras de que vengamos por la heredera. Usted me debe acompañar hasta Francia, ya que debe de aprender mucho antes de tomar el gran trono.

M: P...pero, ¿cómo se supone que voy a ser una princesa? no sé si sab...- no me dejó terminar de hablar.

C: Si habla de su "problema", el consejo del reino de España lo sabe, y han decidido considerarla un caballero excéntrico, pero usted será siempre una princesa.

M: Ok, pero ¿qué pasará con todo lo que tengo aquí? Mis estudios, mi padre...- pregunté algo exaltada y pensando sobre lo que dejaría al acompañar a este, aún, extraño.

S: Maca, no te preocupes por mí, tienes que ir hija, es por tu bien.- agarrándome de los hombros mi padre se acerco a decirme lo que fue devastador para mi por verlo de esa manera.

M: Pero, papá...- no le quería dejar, no debía dejarlo.

S: Estaré bien, tienes que ir.- dijo mi papá tratando de no llorar y fundiéndose conmigo en un gran abrazo.

M: Ok, padre, lo haré.- le decía lo más sincera que podía. Después de ese abrazo me dirigí al señor González.- ¿Y cuándo se supone que nos vamos?

C: Ahora mismo, la dejaré empacar algunas cosas, ya que en Francia le compraremos lo necesario para la princesa.- me lo decía muy cortés que hasta daba miedo.

Subí a mi habitación, no sabía qué hacer, iba a dejar todo lo que tenía aquí, porque aunque no sea mucho le tengo gran aprecio y no solo cosas materiales, dejaría a personas importantes, empecé a empacar como me dijo el señor González y en una pequeña maleta guardé lo necesario. Baje con mi maleta y vi a mi papá llorar, lo que rápidamente le abrace.

S: Cuídate Macarena.- dijo mi papá llorando.

M: Lo haré, no llores por favor, que me haces más difícil irme papi.- seguimos así un buen rato hasta que llegó la hora de partir. Me despedí y al salir de mi ahora vieja casa, pude ver la limusina con las banderas de Francia a los costados. Me adentré a ella rápidamente y sin suscitar ni una sola palabra.

C: Bueno, antes que nada no me digas Señor González, sólo dime Carlos, ¿ok?.- dijo tratando de romper el silencio.

M: Está bien.- dije ya que no quería hablar con nadie y me dispuse a ver por la ventana. Pasaron los minutos hasta que llegamos al aeropuerto. Me sorprendí ya que no íbamos a viajar con los demás, si no, que había un jet privado obviamente con los logos del reino y agentes esperándonos.

C: Es hora de irnos.-dijo Carlos ayudándome con mi maleta, entramos al lujoso jet y me senté a un lado de la ventana. este sería un largo viaje a Francia.

MI PRINCESA-RUBIRENA (ADAPTACIÓN) GPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora