Asher Woods definitivamente no estaba entusiasmado por un nuevo año atrapado dentro de los desabridos muros de la única escuela en el pequeño pueblo de Forks, Washington. Lleno de cientos de alumnos que como hormigas recorrían en filas y predecibles patrones la institución; pero Asher Woods no era una hormiga, no, el era el niño travieso que tomaba una lupa del estudio de su padre y usaba la luz del Sol para tratar de quemar a los pequeños insectos solo para ver como estos rompían sus ordenadas filas intentando llegar bajo tierra, si, definitivamente no podía decirse que estuviera particularmente feliz por este hecho y se notaba a simple vista por el ceño fruncido que llevaba aquella mañana.
El trato de ignorar los susurros y murmullos de los alumnos que , a pesar de que usualmente trataban de el, todos hablaban del mismo tema desde que se había esparcido la noticia de la llegada de nuevos alumnos casi una semana atrás y parecía que finalmente seria el día en que estos asistieran a su primer día de clases. No le interesaba para nada escuchar por decimocuarta vez cómo Jessica Stanley contaba que, al parecer, los nuevos alumnos eran todos hermanos adoptivos y que, según las fotos de su archivos, estos eran extremadamente atractivos.
El hace un tiempo había dejado de preguntarse como siquiera había visto sus archivos y en su lugar sigue caminando hasta llegar a sentarse en los escalones de la entrada y saco de uno de los bolsillos de su chaqueta de cuero una arrugada hoja de papel y extendiéndola la prendió usando un encendedor que saco de su otro bolsillo.
Ya casi se había vuelto una costumbre para el cargar esas dos cosas en sus bolsillos, su madre había sido firme en que sobre su cadaver el se acercaría a un cigarrillo y el la amaba demasiado como para decir no, era ya casi como un instinto que definitivamente ponía de los nervios a los demás estudiantes.
No levanto la mirada incluso cuando todos los demas en el estacionamiento murmuraban entre si y observaban con atención como un Volvo plateado se hacia paso en el lugar siendo seguido por un jeep, el papel se consumía y el fuego se acercaba cada vez mas a las puntas de sus dedos, cuando este estuvo lo suficientemente cerca como para sentir el calor en su piel lo soltó antes de alcanzar a ser quemado y entones y solo entonces also la mirada sintiendo como el era observado y esta se conecto con un par de ojos dorados.
El jamas había visto unos ojos como aquellos, le recordaba a las pequeñas chispas que salían al tronar y quemarse de la madera, se movía casi bailando como si a ella misma la llevara el viento, su cabello era negro y se encontraba en un corte pixie que en ella parecía resaltar sus afiladas facciones y que contrastaba con su pálido tono de piel, completamente opuesta a su propia piel morena, y su sonrisa, la forma en la que le sonreía, como si fueran viejos conocidos que por fin se reúnen finalmente, era salida y le recordaba al calor de su propio hogar, contrastaba enormemente con la fría y refinada imagen que ella poseía, casi como una estatua de mármol, una pequeña, en comparación con su metro ochenta de estatura, y tenia que admitir que adorable en una manera en que en lugar de hacerla lucir infantil la hacia lucir incluso mas bella.
A su lado se encontraba quien suponía era su hermana, de cabello rubio y los mismos ojos dorados y piel pálida, era increíblemente bella, le recordaba. a esa pintura acerca del nacimiento de Afrodita o Venus, sinceramente no recordaba, detrás de ambas estaban los que suponía eran sus hermanos, el mas alto tenia cabello rubio y su postura parecía casi militar, con ambas manos en su espalda y su rostro expresaba que preferiría estar en cualquier lugar antes que ahí, el otro tenia cabello negro y ligeramente rizado, musculoso, casi como un luchador, mas llevaba una sonrisa infantil mientras se adelantaba a los demas para tomar la mano de la rubia y mirarla con pura adoración en sus ojos, y por ultimo estaba un chico de cabellos cobrizo su cara era seria mas tenia una postura ligeramente mas relajada y susurro algo en el oido de la chica pixie que al parecer logro ampliar aun mas su sonrisa, si acaso eso era posible, y ella murmuro algo en respuesta que le hizo sacudir su cabeza y volver al lado de su rubio hermano.
El grupo se hizo paso entre el mar de estudiantes curiosos hacia la entrada de la escuela, al acercarse el pudo notar como todos lo miraban a el, mas a diferencia del resto de los estudiantes, ellos lo hacían con ligera curiosidad, como si todos supieran algo respecto a el que el mismo no
"Hola, soy Alice, Alice Cullen" dijo la chica de cabello negro, Alice.
"Asher Woods" se presento el con un ligero asentimiento
"Un placer Asher Woods, ¿pondrais mostrarnos la oficina?" pidió ella
"Claro" dijo levantándose de su lugar "Bienvenidos a Forks, el pueblo donde nunca sucede nada" dijo el antes de caminar frente a ellos
Mas no noto las miradas de ligera gracia y burla ante sus palabras que compartieron los Cullen, si, Forks, el pueblo donde nunca sucede nada, hasta ese día.
¿Y? ¿Que les pareció? Estoy muy emocionada respecto a esta historia y se que tal vez mi escritura, y sobre todo mi ortografía, no es la mejor asi que les agradesco por darle una oportunidad a esta historia, hasta el próximo capitulo
Besos, Marie
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See you // Alice Cullen
Fiksi PenggemarI see you, across the fire and ash, I see you or En donde Asher Woods logra ver el fuego en los ojos de Alice Cullen