Alguien como Solar [Moonsun]

Capítulo cuatro - Un cielo estrellado

Después de desayunar los chicos se despidieron de la tía Ji-hyo, Yong-Sun le dio un fuerte abrazo y prometió escribirle en cuanto arribaran a Seúl. Ji-hyo se quedó en casa preocupada por su sobrina, ella conocía muy bien a Ye-Rim, la madre de Yong-Sun, jamás se habían llevado bien, ni siquiera cuando la mujer era solamente la novia de su hermano. Pero ahora estaba más aterrada por lo que pudiera pasarle a su sobrina quien había salido tan lejos sin permiso de nadie.

Yong-Sun iba en el auto de copiloto nuevamente, sin embargo, esta vez Hwasa conducía su furgoneta. Yong-Sun y Moonbyul se veían a través de las ventanas del auto, compartían sonrisas y miradas mientras el viento mañanero de Seongnam les acariciaba la piel. Yong-Sun saco el brazo por la ventana del auto y simulo que, hacia una ola con este, mientras Jessi​ se escuchaba en la radio.

Durante el trayecto Moonbyul llamó a sus padres para hacerles saber que todo estaba bien y que apenas pusieran pie dentro del hotel en el que se hospedarían en Seúl les volvería a llamar.

Los padres de Moonbyul le habían dado el suficiente dinero para apagar su habitación y la de sus amigos durante esas vacaciones en un hotel bastante cotizado del centro de Seúl.

Se hospedaron en el hotel Naksan, porque quedaba más cerca de la playa y era más rápido llegar a la feria en dónde se organizaba el Oktoberfest. Al recibir las llaves de sus habitaciones cada uno fue a la indicada. Yong-Sun y Moonbyul dormirían juntas de nuevo, esta vez, Hwasa se había sentido mal al dejar dormir solo a Yoongi por lo que insistió para que compartiera habitación junto a ella y Loco.

Al ingresar a la habitación, se encontraron inmersas en un ambiente acogedor y elegante. Las paredes estaban decoradas con tonos suaves y relajantes, creando una atmósfera serena que invitaba al descanso y la relajación. La iluminación cuidadosamente seleccionada resaltaba los detalles y aportaba calidez al espacio.

Las camas dobles eran el centro de atención de la habitación. Vestidas con sábanas suaves y lujosas, invitando a sumergirse en un sueño reparador. Alrededor de las camas, se encontraban mesitas de noche elegantes y funcionales, con lámparas de lectura que ofrecían una suave luz ambiental.

Moonbyul colocó sus mochilas en la mesita de la entrada y luego se arrojó a la cama blanca de la habitación, el aire acondicionado se sentía perfecto, las sábanas eran suaves y acolchonadas y la vista a través del balcón era hermosa.

—Oye, no desarregles la cama —se quejó Yong-Sun arrojándose un lado de ella.

La habitación contaba con dos camas, esta vez no habían pedido una habitación matrimonial, pues Moonbyul creyó que era demasiado el hacer que Yong-Sun compartiera cama con ella por segunda vez.

—Tú acabas de acostarte en la que yo elegí, ahora tengo derecho a desarreglar la tuya —dijo arrojándose al segundo colchón.

—¡Moonbyul! —se carcajeo Yong-Sun —no puedes tener las dos camas.

—Sí puedo, mírame.

Moonbyul intentó juntar las camas moviéndolas, pero la madera era demasiado pesada para poder alzarla o moverla al menos un centímetro. Moonbyul se rindió.

—No saques nada, vamos a ir a la playa, acamparemos allá, así que ponte traje de baño.

—¿Ya? —preguntó Yong-Sun.

Moonbyul asintió.

Yong-Sun se encerró entonces en el baño, en donde iba a vestirse con el traje de baño que Wheein le había dado. Sintió ganas de llorar al ver el pequeño sostén que Wheein había añadido en la mochila, no alcanzaba a cubrir por completo el pecho prominente de Yong-Sun, la diferencia en tamaño era abismal. Desde afuera del baño Moonbyul se había colocado un buzo y su tanga de traje de baño.