Capítulo doce - Nuevo inicio

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Cuando hubo finalizado el año escolar Yong-Sun decidió ir a su antigua casa, acompañada por Moonbyul y la tía Ji-hyo. Había tomado la decisión de visitar aquel lugar por última vez. Ji-hyo se quedó en el auto mientras Yong-Sun y Moonbyul caminaban al interior de la casa, creyó que era un momento intimo entre las dos, por lo que prefería no intervenir, a no ser que fuera necesario.

—¿De verdad quieres estar aquí? —preguntó Moonbyul tras su novia.

Yong-Sun no volteó, solo abrió la puerta de la casa.

—Hay cosas importantes que debo buscar —respondió.

Entró en el lugar sintiendo un fuerte olor a húmedo, a viejo. Como flashazos en su cabeza se paseaban todos los malos momentos que había vivido en ese sitio; Moonbyul tomó su mano y caminó hacia el interior junto a ella. Subieron a la habitación de Yong-Sun, en donde abrió el cajón del pequeño mueble que estaba a un lado de su cama y sacó una foto de ella y sus padres. Sonrió al verla. A pesar de todo, ver la sonrisa de su madre en aquella foto hacía que Yong-Sun no pudiera odiarla. Su padre, quien en aquel entonces parecía feliz, la había amado hasta en sus últimos días.

Yong-Sun le pasó la foto a Moonbyul, está la observó y al voltearla notó que había un texto escrito:

Yong-Sun, cariño, te amo más que a nadie en este mundo. Por favor, perdóname.

—Papá.

Moonbyul entendió todo. Decidió no preguntar, porque parecía algo delicado, no era algo de lo que pudieras hablar en cualquier momento, pero Yong-Sun pensaba que era necesario que Moonbyul conociera aquella parte de su historia.

—Fue la última nota que me dejó mi padre... Se ahorcó ahí —dijo señalando el pasillo que daba a las escaleras —Engañaba a mi madre con una mujer más joven, le dio todo, incluso nuestro dinero, quedamos en la quiebra cuando ella le robó todo a mi padre. Se suicidó entonces... casi perdemos la casa, pero mamá pidió ayuda al mejor amigo de mi padre. Es el padre de Wheein, el señor Hy-un.

Escuchaba atentamente, no se atrevía a interrumpirla. Era la primera vez que Yong-Sun tocaba un tema tan delicado como aquel. Moonbyul sintió su corazón estrujarse, pero no dijo nada.

—Sé que es un pecado lo que hizo —continuó —Pero, también sé que Dios es bueno. Él era demasiado especial, incluso si cometió errores, fue el mejor padre que hubiese pedido.

Se acercó a Moonbyul entonces y le sonrió.

—¿Sabes algo? —dijo Yong-Sun —Creo que Dios te puso en mi camino para que me salvaras.

—Es muy listo entonces —señaló —Sabes, siento que todo esto pudo ocasionar un efecto mariposa horrible —se quejó cubriéndose el rostro.

Yong-Sun rio.

—Ya vámonos —se carcajeo saliendo de la habitación —¡Oh! ¡Espera! —dijo regresando. —Mi Jesús.

Tomó el crucifijo que tanto le había apoyado durante todos esos años de sufrimiento junto a Ye-Rim.

El día en que Yong-Sun tenía que irse de Sejong había llegado. Moonbyul estaba algo triste, desde ahora, no vería a Yong-Sun todos los días. Se encontraba en la casa rentada de Yong-Sun y la tía Ji-hyo, ayudaba a ambas a guardar sus pocas pertenencias para viajar hasta Seongnam.

Yong-Sun sentía un vacío en el pecho. Sus fieles amigos no habían ido a despedirla. El vuelo hacia Seongnam salía durante la mañana del día siguiente, pero era hora de prepararse. Esa misma noche, las chicas salieron a dar un paseo por el centro de la ciudad, fueron al cine, comieron pizza en un restaurante y luego se dirigían a casa. Mientras iban en el auto, Yong-Sun notó que Moonbyul había tomado otra calle. Detuvo el auto entonces.

Alguien como Solar [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora