Capítulo 29 - Amber

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Estoy aquí sentada esperando una respuesta, mi papá solo mira encantado al peque que esta dormidito en el sillón a mi lado

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Estoy aquí sentada esperando una respuesta, mi papá solo mira encantado al peque que esta dormidito en el sillón a mi lado. Debería llamar a Damien, él es el padre.

¿Y como se lo pienso decir?

Hola, Damien, se que no nos hablamos, pero eres papá.

Pésimo, no sirvo para esto.

—No piensas llamar a Damien —cuestiona mi padre viéndome a la cara y yo niego.

—Bueno, no es que no quiera. Pero quiero conocerla —lo suelto y él solo cierra los ojos, debe pensar que estoy loca.

—No es tú responsabilidad. Sabes que tienes que llamarlo, no puedes evitarlo.

—Papá, por favor. No.

—Lo hablaremos mañana entonces. El pequeño necesita descansar y tú igual.

Asiento y él se levanta para irse a su recamara. Papá siempre es recto en las cosas de la vida, pero en esta no me va a ganar, quiero conocerla, quiero verla y quiero ayudarla. Tiene todo el derecho de ver a su hijo crecer en lo poco que le queda. Aunque me lo niegue.

Cargo al pequeño en mis brazos, por mientras que Zeus sigue mis pasos sigilosamente. Seré mamá por una noche y él un buen cuidador. Sonrió y así fue, en toda la noche el pequeño no hizo ningún ruido, estaba mas dormido, hasta que en esta mañana sentí sus manitos en mi pecho y sus piecitos en mi barriga, se estaba moviendo.

Al despertarme me encontré a Zeus sentado en el borde de la cama viendo al pequeño.

—Al pareces te encariñaste.

Me quedo ahí mirando al pequeño, sus ojos me encuentran y no pude apartar mi mirada de él, sus ojos brillaban, su manito lucha por querer tocar mi rostro. Me acomodo un poco pegando mi rostro a su manito, es calientita, es de hogar, es de amor. Intento no llorar, pero los ojos se me nublan, los cierro y lloro en silencio.

—Hay que ir a verla.

Mi papá lucho conmigo para que no lo hiciera, que llamara a Damien, pero es que no quiero llamarlo, primero quiero verla, conocerla, ayudarla y que después pueda él aparecer. Pero es que tampoco estoy preparada para verle. Pero al final mi papá suspiro y acepto mi petición.

Y aquí estoy, en una de las salas de quimioterapia.

El pequeño esta en mis brazos, juega con mi pelo, a veces me toca el rostro y sonríe cuando lo veo hacerlo. Su cabello es tan rubio, brilla con el sol, y sus ojos son magia como los de él.

Decido entrar, pero no me lo permiten por el pequeño, pero lucho a que me dieran permiso, que necesitaba hablar con la madre del pequeño, pero era inútil. Ni sabia su aspecto, pero este era el ultimo hospital que me tocaba por visitar. En las otras ninguna reconoció al niño, pero en esta fue donde la vi.

Un amor escrito en palabras #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora