Advertencias: Contenido explícito.
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15.
En realidad, Loki no necesitaba quedarse en casa de Thor, pero por alguna extraña razón, el omega tenía la idea de que su residencia era un mar interminable de escaleras y que no contaba con ascensor y él no tenía intenciones de corregirle. Además, quien era él para negarle tal amabilidad, cuando llevaba años sin ser consentido por estar convaleciente.
Ya iba una semana desde el inicio de su convivencia y Loki no podía sentirse más feliz, acomodado en el sillón de la sala de estar con su pierna en alto mientras Thor se agachaba en busca del control remoto de la televisión, ofreciéndole una vista periférica de su redondo y apetecible trasero.
—¡Aquí está!
Loki estaba girando la cabeza para mejorar el ángulo de visión cuando el rubio se dio la vuelta enseñando el artefacto y acabar pillándolo en el acto. No es como si su evidente erección, pudiera sacarle del aprieto y fingir demencia.
—Entonces, ¿qué quieres ver?— intentó.
Por la forma en que los ojos de Thor se desviaron a su entrepierna pudo saber exactamente bien que era lo que el omega quería ver.
—¿Shrek?— preguntó Thor, desviando su mirada para acto seguido volver a su punto de origen.
—Bien, Shrek será...
Las cosas entre ellos habían estado así desde entonces, la tensión sexual entre ambos era una cosa obscena de ver. Loki estaba intentando tomárselo con calma, aunque cada tanto perdía los estribos y terminaba por comerle la boca a Thor, manosearlo e intentarle arrancar la ropa sin éxito, ya que el omega parecía firme en su decisión de esconder su cuerpo rechoncho.
Ese era el límite y algo sumamente difícil de traspasar si no podía entender cuál era el problema de verle desnudo, sabía que era necesario hablar del tema, pero el miedo estaba aún muy vivo en su mente. No quería arruinar las cosas con Thor cuando ni siquiera habían establecido el nombre de su emergente relación.
—Iré a hacer palomitas— avisó el omega, escapando de la lasciva mirada que le devolvía Loki desde el sillón.
Podía ser paciente, después de todo había estado esperando tener una oportunidad desde que era un mocoso que fingía temerle a los truenos con tal de que Thor lo apretujara contra su pecho e invitara a dormir juntos en su cama. Un par de meses e incluso años no eran un impedimento para alguien tan terco como él.
Mientras el ogro verde iba en busca de su princesa en la televisión, él fantaseaba con la boca redonda de Thor recorriendo su pecho, dejando un rastro de besos y ofreciéndole un oral con una sonrisa bien dispuesta mientras Loki le tomaba de su desordenado cabello y guiaba con rudeza. De sólo imaginar su húmeda lengua rodeando su sensible piel, su vello se erizaba y sentía su mano escocer por ordeñarse él mismo y dar algo de alivio a toda esa semana de deliciosa frustración.
Por supuesto, cuando Thor regresó Loki había cambiado su fantasía y pensaba salvajemente en fórmulas que había aprendido de memoria, pero no era suficiente, incluso en su faceta desarreglada Thor seguía pareciéndole encantador.
Durante toda la película sus ojos estuvieron fijos en el omega, que de la nada se había dormido a la mitad y roncaba copiosamente con sus mascotas rodeándole, si eso no le bajaba la calentura nada lo haría.
Acabó por quedarse dormido a eso de la segunda película, arrullado por los propios ronquidos de Thor. Para cuando despertó, se sintió terriblemente confuso y algo mareado.
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Terapia
RomanceA modo de terapia Mobius aconseja a Loki cerrar ciclos, sólo que este ciclo tiene nombre y apellido: Thor Odinson, el omega del que se enamoró de niño. Historia thorki de cuatro capítulos, omegaverse.