4 de enero de 2013
Desde que era pequeña me había encantado todo lo relacionado con la música gracias a mis abuelos maternos. Podría pasar horas cantando con ellos nuestras canciones favoritas. Cada vez que íbamos a Los Ángeles me llevaban a un show diferente para que así pudiera conocer todos los estilos de música que existían.
Cuando cumplí 7 le rogué a mama que me inscribiera en clases de canto luego de la escuela pero eso significaba un gasto más y aunque no nos faltara el dinero, papa creía que cosas como esas eran perder el tiempo en basura, ni hablar de el hecho de que el odiaba cuando me oía cantar, por eso no lo hacía en casa. Cuando mis abuelos se enteraron de que mis padres no querían que fuera porque era "mucho dinero" ellos fueron quienes me inscribieron haciéndose cargo de todo gasto. Claro que no sabían que el problema no era realmente el dinero sino mi padre.
Una semana después comencé mis clases de canto acompañada de mi osito Gabriel y, aunque tuve que sufrir las consecuencias de desobedecer a mi padre, fue lo mejor que pude haber hecho.
Ahora me encontraba en la sala junto a mamá. El reloj marcaba las 6:18pm, aun faltaba para que papa llegara. Ella estaba sentada en el sofá observándome parada frente al televisor apunto de mostrarle la nueva canción que había aprendido para ella, House of gold de Twenty one Pilots. El ingles no era un problema para mí ya que aprendí a hablarlo casi al mismo tiempo que el español y mi familia materna era bilingüe ya que mis abuelos tenían una empresa internacional, en la cual mi madre trabajaba también, y eso hacía que viajaran constantemente de Argentina a los Estados Unidos y, aunque mi mama se encargaba principalmente de todo aquí en Argentina, siempre fui de viajar con ellos.
Antes de empezar la observe. Se veía tan apagada. Habia manchas negras bajo sus ojos estaban acompañadas de algún que otro golpe o rasguño. Sus brazos estaban llenos de marcas que ocultaba con camisas largas. Se veía tan débil, cada vez perdía mas su brillo y verla de esa forma solo me hacia preguntarme algo que una niña normal de mi edad no se preguntaría. ¿Hasta cuándo debemos soportar todo esto? ¿Cuándo podre tener una infancia normal y feliz sin tener que actuar como un adulto con tan solo 9 años?
Odiaba cada vez que alguien decía que era muy madura para ser tan solo una niña, ellos no sabían que ser así era mi única opción si quería sobrevivir, hacer todo por mi misma porque a mi padre lo último que le interesaba era lo que hacía y madre debía ocuparse de él para asegurarse de que no me hiciera nada a mí.
Estaba harta de esta vida. De sentirme a salvo solo cuando el no está. De no poder usar cualquier ropa porque los golpes podrían notarse, de cuidar mis palabras frente a mi familia porque ellos podrían descubrir el monstruo que en realidad era mi papa, de todo. Sé que mi madre en parte no se aleja de el porque cree que necesito crecer con una figura paterna, además de que le asusta lo que sería capaz de hacer si nos vamos, porque a pesar de todo, mi padre asegura que nos ama y no podría vivir sin nosotras.
Un carraspeo interrumpe mis pensamientos.
-Vamos Julianne, no tenemos todo el día. Tu padre podría llegar en cualquier momento.
-Emm si lo siento –respondí poniendo la canción de fondo y comenzando a cantar.
-She asked me, Son, when I grow old
Will you buy me a house of gold?
And when your father turns to stone
Will you take care of me?
She asked me, Son, when I grow old
Will you buy me a house of gold?
And when your father turns to stone
Will you take care of me?Una sonrisa melancólica comenzó a formarse en su rostro lentamente.
-I will make you
Queen of everything you see
I'll put you on the map
I'll cure you of disease
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Tell me about tomorrow- Jaden Hossler
FanfictionPara dejar todo el pasado lleno de sufrimiento que tienen, Darah y su mamá deciden mudarse a Los Angeles para poder empezar de nuevo. Darah tiene la ilusión de poder olvidar todo, sin embargo, no para todos el mundo es color de rosas y su vida es u...