-capitulo 1°-

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Actualmente estamos en la Copa América, Pablo Aimar es mí ayudante; cada vez que la paso junto a el me hace sentir un calor en el pecho, trato de ignóralo pero cada vez se me hace más difícil, es una sensación linda, te hace sentir como si te abrazaran, es un calor del cual no te quieres desprender, se siente acogedor y muy cómodo.
En fin, creo que me gusta Pablo, es muy lindo, me encanta su pelo, su sonrisa, su lunar, sus ojos y como me trata, Pablo me hace sentir especial, pero no creo que el sienta lo mismo por mí.
Hoy tenía planeado invitarlo a charlar en mí habitación, porque ser DT de la selección te mantiene bastante ocupado, y deseo hablar con el.
Después de que terminamos el trabajo le pregunté si quería que fuéramos a mí habitación para charlar a lo cual el contesto que si, mientras caminábamos por los pasillos del hotel para llegar a mí habitación le conté sobre el nuevo planteo que tenía para el próximo partido, a lo cual el aporto opiniones y cosas que podía cambiar o agregar, por lo visto su trabajo lo hace feliz, ya que no para de sonreír, sonrisa a la cual miro bastante y es una de las causantes de mis noches de insomnio.

Cuando llegamos saque las llaves para abrir la habitación y le di paso a Paulo para que pasara, apenas cruzo la puerta se fue a mí cama y se sentó en el borde de está, la habitación no era muy grande, solo contenía un sillón, una heladera, la cama de dos plazas y su respectivo baño.
Me senté al lado de el, nos preguntamos cosas básicas "¿como te fue hoy?" Y cosas por el estilo, en la conversación salió el tema de los rumores de Riquelme y Pablo, yo lo empecé a joder mientras que el negaba rotundamente que esos rumores no eran ciertos, yo le creía, pero me gustaba cargarlo.
Mientras charlábamos de temas triviales sin importancia, en un momento me quedé admirándolo, es muy tierno, muy lindo, muy.....todo, que hombre (para mis ojos) perfecto; revise la hora y vi que era bastante tarde, así que le pregunté si se quería quedar a dormir, total la cama era grande y me respondió que si.
Le preste una camiseta mangas largas media vieja que tenía y unos pantalones medio holgados, yo me puse mí pijama; se cambió en la habitación ya que tenemos bastante confianza, lo mire de reojo y wow que tiene un cuerpo lindo, tiene pecas en su cuerpo y un abdomen bastante formado, para cuando se estaba por poner el pantalón preferí mirar para otro lado.
Teníamos habré, así que encargue una pizza a domicilio, la dejaron en recepción y baje a buscarla, cuando subí encontré la mesa ya puesta (solo había dos platos, cubiertos, vasos y una botella con agua).
Nos sentamos a comer mientras hablábamos de temas triviales y el río cuártense pregunto -para ti ¿Qué tiene que tener una persona como para que te traiga?- A lo que respondí -una personalidad hermosa, cariñosa, amable, que me haga sonreír, que tengamos gustos similares y siendo un poco superficial que tenga una sonrisa hermosa, como la tuya- vi la cara de sorpresa de Pablo al decir lo último, el solo volteo la mirada y la posiciono en cualquier lugar en el que no estuvieran mí ojos, note un leve sonrojo en sus mejillas, me pareció muy adorable, viendo que no iba a contestar le pregunté -¿Y para vos? Digo, que tiene que tener una persona para que te atraiga- pude observar que logre que su sonrojo aumentara; el contesto con un -¿Y si mejor vamos dormir? es que ya es medio tarde- todavía evitaba mí mirada, me digne a responder con un "si", bastante seco de mí parte.
Nos fuimos a dormir, nos dijimos "buenas noches" y cada uno miro para el lado contrario que miraba el otro, sinceramente no me podía dormir, no sabiendo que Pablo estaba al lado mío; en tal punto de la noche escuche un sollozo proveniente de mi espalda, a lo cual me di vuelta y encontré a Paulo transpirando y con cara de horror llorando, me senté en la cama y trate de despertar a Paulo, lo cual logre y apenas se despertó me abrazo, tenía la cara que parecía que había visto un fantasma, lo tranquilice acariciando su pelo mientras el seguía aferrado a mi, no se cuanto paso, pero no me quería mover de esa posición, pero sabía que debía hacerlo, así que sólo me separe un poco y vi que Pablo estaba más calmado, aún con algunas lágrimas por sus mejillas, así que decidí sacarlas; pude notar un leve sonrojo por parte de Paulo y que evitaba mi mirada, le sostuve el mentón para que me mirara y lo conseguí, así que le pregunté que había pasado a lo que el me contestó "una pesadilla" por lo visto no tenía ganas de hablar sobre el tema, así que sólo me recosté mirándolo, como vi que el se quedaba sentado mirando perplejo la pared, rodé con mi brazo su cintura para que se recostara de nuevo, lo logre, así que lo abrase y quedamos cucharita, el solo murmuro un "gracias".

Al despertar no encontré a Paulo en la cama, solo encontré el ""pijama"" que le preste doblado en los pies de la antes nombrada, así que lo llame, no contesta, le mandé mensajes, tampoco, así que decidí salir de la cama, bañarme, cambiarme y ir a buscar al río cuártense.

Gracias a una pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora