¡¡¿MI HIJO?!!

Baby Dazai

Chūya ponía un poco de talco en la zona íntima de su bebé para luego ponerle el pañal. Recién le había dado un baño, sólo quedaba vestirlo y ponerlo a dormir.

El pequeño castaño era muy inquieto. Sujetaba sus pies con sus manitas y le hacía el trabajo más difícil a Chūya.

— Oye, cariñito de mamá. ¿Por qué no te quedas quieto un momento? Ya después vendrán los juegos.

Shūji balbuceaba y le sonreía al pelirrojo, agitando brazos y piernas. Chūya era lo único que tenía, no necesitaron de otro chico para concebirlo, su existencia no tenía explicación, aún.

— Wawawawawa...

— ¡¿Qué?! No entiendo nada. Ven, vamos a dormir.

Finalmente terminó de vestirlo y lo levantó delicadamente en sus brazos, para ir a su habitación. Tenía un biberón con leche preparada, aunque el niño prefiriera la materna.

Chūya era el único en el mundo y en Yokohama en haber estado embarazado y tener un bebé, siendo hombre y sin ayuda. También era el único experimento en su especie, había otros pero distintos.

Nadie en Yokohama lo sabe.

Se recostó sobre su cama, recostando al niño sobre su pecho y abdomen, boca abajo. Conocía otra manera de dormirlo que no fuera alimentándose: dándole palmaditas en la espalda mientras tarareaba una canción para él. Funcionaba.

Después de pocos minutos, el bebé empezaba a bostezar y a cerrar sus ojitos, lo que causaba satisfacción en el pelirrojo.

— Vamos, ya casi bebé.

Cubrió con una mantita al niño, misma que también lo cubría a él.

•••

Shūji se quedó dormido sobre el pecho del mayor, quien también se quedó dormido.

Al despertar horas más tarde, el bebé ya no estaba sobre él ni sobre la cama. En ningún lugar. Se alertó.

— ¡Shūji! ¡¿D-Dónde estás?! ¡¡Hijo mío!! ¡¡SHŪJIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!

Gritaba entre llantos, derrotado.

•••

21 AÑOS MÁS TARDE...