Capítulo 2

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-Bianca, siempre ......aquí, recuerda que.....

No podía escucharle bien, y cada vez era peor, la distancia que nos separaba iba augmentando poco a poco y si corría parecía que nos separabamos aún más. No podía hablar, no podía preguntarle que me intentaba decir. 

De repente una mano me agarró la garganta y me empezó ha ahogar. No podía respirar, mi visión se estaba tiñendo de puntitos negros. No podía girarme y ver quien me estaba matando.

Me faltava el aire, mis manos perdieron fuerza, ya no podía moverme. ... no podía más....

De repente todo se tambaleó.

-Bianca!!! Despierta! Por Dios que vamos a volver a llegar tarde cómo cada día!- Rebecca estaba encima de mi cama y no paraba de saltar y darme con el cojín en la cara. 

-Coño que haces?!-Grité yo como pude con mi voz más soñolienta posible. Me giré y miré el despertador, las 7:50 de la mañana, sólo había dormido 3 horas i dentro de 10 minutos teníamos clase. Cómo?! -Mierda!

Me levanté cómo pude, peró tropezé con las sábanas que estaban todas por ell suelo y me caí con la mala suerte que me dí en la cabeza con el cerrojo de la puerta. 

-Joder! - aunque sea un agente taaan super especial siempre tengo unas mañanas malisiimas y ms si he dormido tan poco.

-Bianca para de decir parabrotas por dios, vete a poner guisantes en esa cabezota tuya!

-Rebecca que no hay tiempo, que el Asaltacunas nos va a echar de clase y quedarnos despues.- El asaltacunas es el profesor de história del mundo que tenemos. Su mote viene porque ya es un poco grande, bueno no mucho debe tener unos treinta y algo pero siempre esta encima de las chicas jóvenes de la Universidad.

Cogí lo primero que vi por allí, camisa blanca, tejanos y mis botines beige. Fuí al baño y me puse un poco de corrector rimel i lipgloss.

Me dirigí hacia la zona central del apartamento dónde estaba la cocina-comedor, con un gran ventanal dónde entraba toda la luz natural del día, me gustaba que el apartamento fuese tan luminoso.

Rebecca que ya estaba vestida y preparada estaba en la puerta y me tendió mi bolso, mi móbil, una botella de agua y una barrita de cereales.

-Lo siento no hay nada más, hoy te toca a ti hacer la compra ¿recuerdas?.

Salimos de la residencia de estudiantes y nos dirigimos casi corriendo hacía el edificio de classes, las escaleras, el pasillo, la puerta y finalemente la clase.

-Disculpe nuestra interupción señor Berry (assaltacunas), podemos pasar por favor?- dije yo, Rebecca aun estaba corriendo.

-Señorita Bond, y señorita Derety me alaga vuestra presencia, cómo hoy estoy de humor os dejaré passar si me respondéis a una pregunta si la acertais entráis peró sino no podréis pisar esta clase durante todo el semestre, por lo que no os podreis presentar al examen. - dijo el señor asaltacunas. Si faltabamos más del 50% de las clases no nos podiamos presentar al examen, y era muy importante presentarse a los examenes ya que dependía de ello tu futuro en la universidad. -Bien, el tema de la clase de hoy es el espionje en la guerra fría. Mi pregunta es, ¿cuál fue el mayor espía por parte de los estados unidos durante este periodo? Quiero saber su nombre en clave.

Rebecca me miró, todo el mundo sabía que esa pregunta estaba echa para que nos echaran de clase para siempre. Pero lo que si nadie sabía es que despues de 8 años recibiendo entranamiento especial sobre espionaje esa pregunta para mi era muy fácil.

-Morris Childs.-Respondí sin pastañear.- Es decir, CG 5824-S.

Todo el mundo se me quedo mirando, yo simplemente cogí a Rebecca del brazo y la diriguí hacía el fondo de la clase dónde siempre nos sentabamos.

La clase paso sin más problemas. El Asaltacunas no dijo nada más respecto a nosotras hasta a final de la clase

-Señorita Bond, quedese un momento porfavor.

A saber que quería el pesado este. Tenía un poco de prisa, no había comido nada y tenía que ir a la agencia ha hacer el informe de la noche pasada.

Cuándo todo el mundo se fue me diriguí hacía la mesa del profesor.

-Escuchame bien, Bond, nadie me toma el pelo de acuerdo, nadie. Así que no te me vengas de tan altiva señorita porque te puedo fastidiar tu vida aquí. - El Asaltacunas me cogió de la muñeca arastrandome hacia  él, y me empezó a toca el culo. Yo por acto refejo doble la rodilla y le di en sus partes nobles.

-Señor Berry, será mejor que usted no me toque las narices a mi y a la señorita Derety. Hasta mañana.

La espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora