-Bianca, ven...
No quería acercarme a la figura oscura que se alzaba frente a mi, sabía que pasaría, cada noche pasaba lo mismo, aunque no quisiera acercarme había una fuerza que me hacía avanzar hacia él. Sin poder evitarlo ya estaba delante suyo.
-Sabes que nunca te haré daño, siempre estoy aquí para protgerte. Lo sabes ¿verdad?
Empezó a acariciarme suavemente el cuello mientras decía las palabras una y otra vez, yo estaba temblado sabía que debía estar alerta. De repente sus manos dejaron de ser suaves y apretaron con fuerza mi cuello, intenté gritar o forcejear pero sabía que era inútil igual que cada noche. Aunque supiera que era un sueño nunca me despertaba hasta que me "moria" y siempre era doloroso, cada noche era una tortura aunque intentara aguantar sin dormir siempre al final caía dormida en mi doloroso sueño.
Estaba ya a punto de sentir el cosquilleo en la punta de los dedos cuando de repente sentí como unos brazos a mi alrededor que alejaban las manos que me estaban ahojando. Inspiré rapidamente en busca de aire, me sentía comoda y por primera vez en mucho tiempo me sentia protegida.
Una luz cegadora me estaba molestando en la cara, me sentia aplastada no podia moverme. Abrí los ojos lentamente y situé mi mente en el hotel de Australia. Miré hacia la mesilla de noche, eran las 11 de la mañana! Nunca había dormido tanto y tan bien. Sentí un cosqilleo en la nunca y una presión en mi pecho derecho, giré levemente mi cabeza y me encontré con un James dormido. Pero no solo eso, sino que con un James dormid, abrazado a mi en forma de cuchara y con una mano en mi pecho masajeandolo.
-Se puede saber que coño haces?! - grité yo levantandome de un salto pero tropezandome con el canton de la cama y cayendo al suelo.- Aii!
-Que? Yo? Que pasa? - James se levantó de golpe en posición de ataque encima de la cama. Me miró y empezó a reír.- Ninguna chica antes había salido tan rapido de mi cama, normalmente tengo que echarlas yo per gracias por simplificarme el trabajo.
- James! Has pasado la muralla de los cojínes! Y de sobras! Y por tu culpa me he caído!
- Haber bonita, primero no me dirás que no has dormido bien en mis brazos, no lo niegues porque lo se perfectamente, todo el mundo duerme bien en los brazos de James. Segundo te has caido tu sola yo no he hecho nada para que te levantarás así, pero si quieres eso tiene solución vuelve conmigo a la cama y areglaremos este problema.
-Ni en tus sueños bonito! - grité yo dándome la vuelta y entrando en el vestidor de la habitación del hotel.
Teníamos un vestidor en la habitación, dónde la agencia ya se había echo cargo de que disponieramos de la ropa adequada para la gala y nuestra estancia allí y además de subministrarnos también las armas y otros dispositivos interesantes.
Cogí un biquini marron con cuentas rosas, y un vestido de brochet. Mi intención era dirigirme a la piscina del hotel a disfrutar del buen tiempo y así poder pensar en la misión.
-¿Dónde vas?
- Al artico si te parece- este chico de verdad era agente especial? Si era más tonto.
- Había pensado que podriamos ir hacer surf
-Paso, prefiero tumbarme bajo el sol.- dije dando media vuelta y poniendome mis gafas de sol.
- Quizás es que no quieres que una ola se te lleve,o es que tienes miedo de que te vuelva a ganar.
Me paré en seco y sin girarme
-Vamos. Ahora vas a ver quién rie el último querido James.
Una vez llegados a la playa y ya equipados para hacer surf, yo me puse una camiseta de poliester azul pegada al cuerpo par no rasparme en la barriga con la tabla pero al final me la quité para que no me quedara la marca de paleta en los brazos por el sol, mientras James prefirio ir solo con su bañador.
Nos miramos desafiantes y empezamos a correr para entrar ya en la marea.
-Tranquila princesita, si te pasa algo yo estoy aquí para hacerte el bocaboca.
Gruñí en respuesta y rapidamente coguí una ola que me venía perfecta. Así que pasamos toda la mañana haciendo surf, la verdad es que tenia que admitir que James no lo hacia nada mal es más parecía como si hubiera surfeado toda la vida y que las olas que montaba estuvieran echas para él. Me facinaba cada vez que cogia una ola, me quedaba embelesada mirandolo. Bueno, esto no iba a admitirlo delante de él.
Hubo una vez que me quede encima de la tabla mirandolo tanto rato que una ola gigante me tiro de la tabla, cuándo salí del agua y me subí otra vez a la tabla, ví que James se había acercado a mi lado y me estaba mirando muy fijamente y con una sonrisa de idiota en la cara, mirando hacia abajo noté el porqué, mi parte de arriba del bikini había desaparecido. Rapidamente tpe mis pechos con un brazo y le di una bofetada en toda la cara.
- Serás idiota, pervertido, imbecil....
-Ay princesa, que quieres que te diga, si me lo enseñas todo yo no me puedo negar a estas vistas. Sabes...- me miró y vió mi cara de mono enfadado y decidió callarse por su bien, mejor para él.
-Dejame subir a tu tabla y nadamos hasta la costa.- alarge un pie para pasarlo por su tabla y me peje a su espalda para que nadie viera nada.
- Anda, que haces? Despues soy yo el perveritdo, pero mira que tu.. eres la que incita.
-Cállate y empieza a remar.- él bufó
- Haber como quieres que reme, si me tumbo te dejo a la vista de todos. Espera.
El se dió la vuelta y nos quedamos cara a cara, yo le iba a soltar otra bofetada por hacer eso, pero el se tumbo encima mío.
-Pero que haces? El agua salada te ha entrado por la nariz o que?
- Quedate quieta que si no no te tengo equilibrio. Y juro no mirar ¿vale?
Él empezó a remar. La verdad es que nos encontrabamos en una situación un poco de pelicula. En medio del mar, yo con los pechos descubiertos y pegados al torso de James, él encima mío, sólo podia ver su cara con las mechas castañas brillando por el sol y con el fondo aul del cielo, con sus labios solo a centimetos, su nuez estaba muy cerca y me dieron ganas de besarla, que James me coguiera de la caderas y que esa portuberancia de allí abajo que se me estaba clavando en la barriga... Espera ¿que? James estaba excitado! No podía ser de mi, seguramente era el mar, el sol, la arena, o lo que he dicho antes que el agua le ha entrado por la nariz y que se a vuelto más idiota de lo que es..
-Sé que te gusta estar debajo mío y eso, pero me gustaría levantarme sabes- James rompio mis pensamientos tal qual las palabras salieron de su boca, si definitivo, el agua salada le ha entrado por la nariz.
-¿Como me levanto eh listo? Espera.- enganché mis piernas alrededor de su cintura, cualquier persona podria malpensar.- Vamos levanta.
- Después soy yo, lo ves si no te puedes resistir a mis encantos, pero te advierto que yo no soy hombre de una sola mujer.
Le iba a soltar otra cuando él al fin se levantó conmigo enganchada encima suyo como un pulpo, las planchas las dejamos en la arena, como era la parte privada del hotel no creíamos que nadie nos las robara ya que eran propiedad del hotel en verdad. Nos diriguimos a la parte dónde estaban las toallas y yo rapida me baje y me tapé con la mía.
- Me voy a la ducha, por hoy ya basta.
-Vale princesa, yo creo que me quedaré aquí un rato más, nos vemos luego. - Creo que ya no me escuchaba, su vista se quedó fijada en una chiringuito dónde habían dos mujeres, seguramente modelos, muy guapas, que se lo estaban comiendo con la mirada.
Coguí mis cosas y me subí a la habitación a darme mi relajante ducha. Hombres, solo tienen la vista para una cosa.

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La espía
RomantikaBianca Bond, una chica normal, estudiante de periodismo, vive en la residencia de la universidad y tiene un empleo que la hace viajar mucho. Eso es lo que todo el mundo piensa de Bianca, pero bajo esos ojos verdes esconde algo mucho mas grande y poc...