Mi vida

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Salgo una vez mas  de una casa cuya fachada ni siquiera soy capaz de recordar, con quien habrá sido esta vez? reviso mis bolsillos para encontrar algo que me haga recordar la noche anterior, pero lo único que encuentro en mi bolsillo derecho es un paquete de preservativos, y en el izquierdo aparte de mi teléfono celular hay unos 250 dólares, al parecer hice bien mi trabajo.

Veo mi rolex, sí un rolex de 12 quilates, me gusta darme ciertos lujos, son las 9:15, tengo 30 minutos  para llegar a la universidad, y aún no se si me encuentro en capacidad de escuchar al Sr. Mccurdy y su aburrida historia del derecho.

Tomo el primer taxi que veo pasar, y aunque solo son 12 manzanas, hoy amanecí con un bolsillo millonario, me río de mi propio sarcasmo por que sé que la mayoría de ese dinero es para pagar mis estudios  y no para malgastarlo.

llegó a la universidad y...

-Hola, es mi primer día en la facultad y tengo clase de historia del derecho y no sé cuál es el salón del profesor McCurdy- escucho una voz dulce y a la vez sensata proveniente de unos delicados y provocativos labios, acompañados de una mirada directa y que me llenó de intriga.

-Hola, vamos, yo te guío, casualmente también voy hacia allá.- exclamé.

Esas fueron todas las palabras que intercambiamos en una semana, tal vez dos, pero fueron capaces de dejarme pensando en que clase de persona es ella.

-Formen parejas- ordenó el profesor de la única clase que compartíamos ella y yo. Como yo me la pasaba más pendiente de mi imagen y mi mundo exterior fuera de la U, no tenía amigos dentro de ella.

-Sr white forme pareja con la señorita Da Silva- fue lo único que logré escuchar antes de quedarme perplejo al oír su apellido.

-Hola- dije con una mirada y sonrisa coqueta.

-Limitemonos a lo que tenemos que hacer- captó mis verdaderas intenciones.

-Esta bien!

-Bueno dime, por que te gusta el derecho?

-De verdad quieres saber, o solo es parte de ese cuestionario?- pregunté ilusionado.

-No me entendiste al parecer, lo volveré a decir. limitémonos a esto!

Así termino aquel día en la U, pero a penas estaba comenzando mi noche...

-Michael, paga la botella y vámonos de aquí, necesito dinero.

-Nos vamos más tarde, si necesitas dinero yo te presto!.

Suena mi teléfono, no contesto, pero insisten hasta el punto que contesto para que no me estrese el ringtone.

-Aló.

-Tengo una botella, unas pastillitas de color, y 300 dólares, que me imagino que no te caeran mal.

-Es una gran oferta,pero hoy no estoy de ánimo, será otro día!

-jajajaja, no me hagas reír, sabes que los necesitas.

-Que no! no insista señora Parker.

-Esta bien, que tal si son unos 350?

Cuelgo la llamada. Le pido una botella del mejor vodka al barman, cálculo que pasaron unos 45 minutos entre el primer sorbo y el instante en que vi el fondo de la botella!

Agarré un taxi para ir a un encuentro desastroso.

-Sabría que vendrías.

-Salgamos de esto pronto.

Elige prontoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora