Cap. 10

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Me termine tirando a mi cama a pensar todo, después iré a ver a Yuki para hablar de zero, estaba haciendo las cosas mal, apenas era mi segundo día de academia y ya le había borrado las memorias a Kaname, Yuki tal vez me odie por la relación que tengo con Zero, y por los acercamientos que he tenido con Kaname, sin duda esto va de mal en peor, ahora más que nada, me preocupa Zero, que caiga en el nivel E, necesitaría sangre de Shisuka para controlarse, ¿De donde rayos conseguiré eso?, Maldita sea, que impotencia, ojalá todo fuera más fácil.

–¡Akira!–grito Aidou casi tumbando la puerta.

–¡Quítate rubio!–grito alguien detrás, dándole una patada a Aidou haciendo que este caiga al suelo, Era Amida.

–Chicos.... –dije sentando me en la cama para poder verlos–¿Qué hacen aquí? –les pregunte, no creo que tiren la puerta por nada.

–Perdón Akira, venía verte, pero la mula se colo conmigo, anda de chicle pegado a mi–Dijo Aidou levantándose y sacudiendo su uniforme.

–¿A quién le dices mula?, Rubio oxigenado–dijo Amida enojado acercándose a Aidou.

–¿Ves a otra Mula aquí?–pregunto Aidou imitando su acción provócando que sus frentes se pegaran.

–¡Basta!–Grite–Amida, ¿Qué haces aquí?–le dije Sería.

–¿Qué querías que hiciera?, después de que mire que Seiren modificar las memorias de todos–Dijo el enojado.

–¿Que? –fueron las únicas palabras que salieron de mi boca, ¿Cómo se libro de Seiren?

–Sobre eso... Akira–dijo Aidou nervioso–Se opuso y Seiren no lo pudo dejar inconsciente, trate de ayudarla pero me fue imposible–Dijo escondiéndose detrás de Amida.

Maldita suerte, ¿Porqué me pasa todo esto a mi?, estoy empezando a creer que cargo con una Maldición, y todo esto empezó desde que entré a esta maldita academia.

–Bueno, ¿Me lo dirán todo–Hablo Amida impaciente con los brazos cruzados.

–Sinceramente Amida, no es como si fueras una persona de Fiar–Me atreví a decirle, era hora de que supiera todas sus verdades ¿no?

–¿De qué hablas?–se hizo el indignado.

–y todavía preguntas? Después de que en mi infancia me hiciste la vida imposible solo por ser humana–Le respondí algo enojada, esto ya era el colmo, nisiquiera tiene la vergüenza de aceptarlo.

–Esta bien, ¡Lo acepto!, pero sabes que ahora tengo de meta enamorarte, Por favor dame una oportunidad–Hablo de rodillas.

–¡¿QUE TU QUE?! –Grito Aidou enojado, acomodandoce las mangas de sus saco y caminando directo hacia Amida.

Rápidamente me levante y salte para sostenerle el cuello mis brazos e impidiéndole el paso.

–Sueltame que lo mato!–Grito con todas sus fuerzas, me empezó a congelar los brazos pero aún así yo no deshice mi agarre.

–¿Qué pasó Aidou? ¿También te gusta?–contestó Amida con una miranda burlona, no se si esa mirada iba dirigída a mi, que tengo los brazos congelados, o a Aidou.

–¡Claro que no!, es como mi hermana, crecí con ella, la protegi de ti para que vengas a decirme eso después de todo lo que hiciste–grito con enojo.

Literalmente ya no siento mis brazos pero hice un esfuerzo, prácticamente como el es más alto que yo mis pies no tocaban el suelo.

Lo único que se me ocurrió fue aplicar más fuerza para los dos caer en el suelo, pero todo su peso callo sobre mi, provocando que soltara un quejido de dolor.

LA MENOR DE LOS KURANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora