Capítulo 2: ¿Seré capaz de agradecer el regalo que me da el presente?

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-¿Entonces tuviste otra crisis?

-Ujum.

-¿Y que sentiste?

-Un poco de esto. Un poco de aquello. Lo normal. ¿Oye, puedo coger un donut con café?

-Sí puedes.

-¡Gracias! -Me levanto del sofá que hay en el despacho de mi psicólogo para ir a la mesa de comida.

-Pero... -Creo que se viene un chantaje de nuestro querido psicólogo.

Ruedo los ojos.

-No sin antes hablar sobre tu crisis. Sí me dices que fue lo que exactamente paso podrás comer un donut con café. -Vuelvo a rodar mis ojos. Siempre hace lo mismo. -¿Estamos de acuerdo?

Asiento.

-Bueno, entonces, cuéntame. ¿Qué fue lo que sucedió?

-Mateu sucedió. Otra vez.

—Oraciones compuestas, Danelle. —Confirmado, lo odió.

—Se me junto todo cuando lo vi mal en el recreo. Sentí que me necesitaba y recordé que me abandonó. Me sentí sola. Mi padre vino a mi mente. Sentía que había sido mi culpa que él, mi padre, se hubiera ido durante 7 años. Babette también se presentó en mis pensamientos. De nuevo me sentí sola contra el mundo. Y volví a pellizcarme la muñeca. -Le mostré el moratón. -Me estrese, me agobie, me deje llevar por mi ansiedad y no puede tranquilizarme. No hasta que Irma y Kata me apoyaron. Fueron las que con una sonrisa me hicieron sentir que pertenecía a algo.

-Toma. -Tom me da un pañuelo. No entiendo el  porque me lo da hasta que empiezo a darme cuenta de lo calientes que están mis mejillas. Del agua salada que brota de mis ojos. Y de mi mano derecha en mi muñeca. -Y deja de hacer eso. Apreta tus puños y cuenta hasta diez. Lentamente.

Obedezco.

-Uno... Dos... Tres... - Y por fin me siento tranquila. En paz. -Ocho... Nueve... Diez...

Abro los ojos, pongo mis manos sobre mis muslos y le sonrió en forma de agradecimiento.

-Anda, ve y coge tu dinit quin quifi. —Sabe que detesto que me imite así que se ríe cuando ve mi reacción.

—Tráeme otro a mí y si puedes prepara otro café. -Nos reimos los dos. Siempre hace la broma del café después de que "me ayuda"

En verdad si nos ayuda, malagradecida.

¡Shhh! Nadie te ha llamado.

-Oye tú.

-Dime otro tú.

-Tengo que decirte algo. -Él sonríe.

-¿Me vas a contar algo sin que use una estrategia? -Lo miro mal pero asiento y él en respuesta forma una O dramática con su boca. -¡Dios mío! Eso es nuevo de parte de Danelle.

-Calla y escucha.

-Esas no son formas de hablarme, querida. -Le lanzó una mirada matadora. -Ok, perdón. A veces se me olvida que la que manda eres tú y no yo. Cuéntame la novedad, Honey.

-Umm, ok. -Pienso cómo decírselo pero creo que no hay una forma correcta así que lo suelto sin más. -El innombrable se ha colado en mi habitación y me ha dado esto.

Su expresión cambia totalmente. Deja su café en la mesa para coger la nota que me dejó Mateu.

-Ok. ¿Estás lista para hablar de Babette?

Niego con la cabeza.

—Algún día tendrás que sacarlo.

—Lo sé.

5 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora