4- amigos

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— ¿Estás bien? — dijo y me miró Louis.

—No lo sé, ni siquiera recuerdo como llegué — respondí y dejó una taza de café en la mesa de noche.

— No debiste emborracharte — dijo una voz era adrián en la puerta.

— No creí que me pegaría tan fuerte el alcohol — dije y tomé la taza de café.

— ¿sabes si mamá llegó anoche? — miro a Adrián y él se encogió de hombros.

— Es Antonella no se sorprendan — dije y los tres reímos, en eso se escucha abrir la puerta principal, Adrián se fue a ver.

— La has invocado — reí ante el comentario de Louis.

— Bueno, tenemos que ir a la escuela. — el asintió con la cabeza y salió de la habitación.

Tomé mi uniforme y me lo puse, me fui a maquillar en verdad esta horrible bueno al menos no tengo heridas. Salí de mi habitación y me dirija hacia la sala principal, levanté mi mirada para ver a todos y fue cuando lo vi, mi padre.

— ¿Cuándo llegaste? — dije y lo abrasé a lo cual el me siguió el abrazo.

— Esta mañana — estaba demasiado feliz.

— Bueno, a la escuela no quiero que lleguen tarde — dijo mi madre de brazos cruzados.

— Papá, ¿puedes llevarnos? — suplico mienne y el tan solo asintió con la cabeza. tomamos nuestras mochilas y fuimos al auto, dejó a los chicos primero y después a mí.

— Adiós papá — iba a bajar, pero me tomó del brazo.

— Adiós cariño, al llegar a casa vamos hablar — estaba demasiado serio, soltó mi brazo y bajé del auto, entre a la escuela y vi a Nuria e Larry.

— ¿Dónde fuiste anoche? — vi sus rostros preocupados.

— A casa, y no sé cómo llegué — dije y ellos rieron, en eso me llega la imagen de alguien de traje.

— Hace demasiado frío, ¿cómo puedes venir con esa falda? — dijo Nuria abrazada de Larry.

— No tengo frío, bueno en otras noticias, llegó mi padre — dije feliz.

— Que bueno — dijo Larry.

— Larry, el grupo uno llegó de la universidad — dijo Nuria y ambas miramos a Larry, no tenía idea de que estaba hablando.

— Bueno, te voy a presentar a mi hermano, Mar — me dijo Larry y yo solo sonríe.

— Sería un honor — respondí y reí.

Empezamos a caminar hacia el salón, cuando lo vimos a Félix, a mi cabeza llegaron los recuerdos, mis mejillas estaban rojas y la cara de Nuria seria.

— ¿Qué quieres? — dijo Nuria y se cruzó de brazos, el tan solo río.

— A ella — respondió y me apunto, estaba en shock, ¿porque me quería?, esa era la pregunta que resonaba en mi cabeza.

—No — le respondió Nuria, con molestia.

— No eres su dueña — dijo con una sonrisa en sus labios y me tomó del brazo llevándome con él.

— hey, idiota, se caminar — dije, al fin dándome el valor de hablar.

— Bueno, solo te quería decir que no digas nada de lo que viste — dijo y su expresión era seria, pero cual de todas las cosas.

— ¿Qué cosa?, para tu información tengo diecisiete, he visto demasiado —dije y le me tomó de ambos brazos acorralándome contra la pared, que costumbres.

uno y unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora