7- Miedo y Escalofríos

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Mar.

Larry entró en mi habitación sin pregunta alguna, intrigo en mi armario sacando un vestido el cual detestaba, pero no podía desarme del, el vestido era azul de tela fina que dejaba la parte de la espalda descubierta, pero juré que jamás me pondría algún regalo de ese idiota, mi ex.

—Se te verá precioso— comentó el sonriendo, pero yo tenía un poco los pies fuera de la tierra.

—No me lo pondré, estaré en mi habitación toda la noche y si llego a ver a la policía o alguien entrando a mi habitación, lo asesinare— dije y él se cruzó de brazos.

— Si no vas, no habrá fiesta esas son las condiciones— me respondió con cierto tono de temor.

—¿Quién dijo eso? — pregunté imitando su posición.

— Félix lo dijo, pero Charlie lo ordenó— respondió Julian, entremetiéndose en nuestra conversación—. Y será mejor que vayas a Charlie no le gusta que le nieguen una orden— comentó, a mí me importa una mierda ni siquiera lo conozco solo se su nombre, pero pude ver el temor en las voces de ellos, así que averiguare que necesita de mí y me iré a comprar dos hamburguesas.

—Está bien iré— les respondí y pude sus rostros de asombro, y salieron de la habitación para que yo pudiera arreglarme.

Estuve mirando el vestido por un largo tiempo y olfateándolo sintiendo el olor de ese imbécil, hasta que me decidí por ponérmelo, pude ver que me quedaba un poco más justo que la última vez y resaltaba cada parte de mí, me hacía soltar una sonrisa, me maquille un poco, en verdad un brillito para que mis labios no estén secos y el delineado, al bajar pude ver rostros que no conocía menos a Charlie, pero pude reconocer a la chica con quien hablaba Julian en la biblioteca y también la vi cuando conocí a Demetria, además de ella había un chico y también estaba atenea, sentí un escalofrío al verla.

—Así que viniste— me dijo Louis y yo solo sonreí.

—No, voy a comprar hamburguesas— le respondí con sarcasmo, el tan solo rodeo sus ojos, dramático.

—Mar Romano— oí una voz pasar y lo vi, a Charlie.

— Nunca te dije mi nombre, ¿dime lo que quieres?, y que sea rápido quiero ir a comprar mis hamburguesas — le respondí le regale una sonrisa falsa, y pude ver los rostros de los demás sorprendidos.

—Que respeto, Charlie Goodman, es un gusto, y del tema es personal preferiría hablarlo en la cocina— dijo y yo tan solo me fui a la cocina con el siguiéndome.

— Entonces señor Goodman, dígame, ¿qué quiere de mí?, porque encontré un lugar donde dicen que venden las mejores hamburguesas de Dokarion— dije sonriendo y con mis brazos cruzados.

— Necesito sabes si eres de confianza, bueno ya sabes, a veces es difícil ser novio de Félix con hombres y mujeres detrás del— me respondió y yo tan solo reí, él tenía su rostro serio.

— Te juro que nunca, en la vida me va a gustar el, es un engreído, el típico ricachón, que toma lo que quiere, además él es gay, siendo gay mi sistema amoroso lo descarta, no te preocupes— le respondí, y él me sonrió tomando un sorbo de su vaso.

—Eres agradable, ¿quieres que te acompañe por las hamburguesas? — me pregunta y yo tan solo niego con la cabeza dirigiéndome a la puerta trasera y el me sigue.

—Basta, no te comprare hamburguesas, y no quiero que me sigas— dije deteniéndome de golpe y mirándolo.

—¿Qué está pasando? —dijo una voz aguda a lo cual me volteé, viendo a Félix con su rostro serio.

uno y unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora